En 2024 cuando el entonces Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció la nacionalización de la Exportadora de Sal (ESSA) de Guerrero Negro, aseguró que éste era el comienzo de una nueva historia para Baja California Sur y el país. Sin embargo, por segundo año consecutivo, la empresa reporta estancamientos de ventas de millones de toneladas del producto, situación que pone en alerta a habitantes de la comunidad y que ya ha llegado hasta el Senado de la República.
La senadora del Partido Acción Nacional (PAN) por Baja California Sur, Susana Zatarain, presentó esta problemática desde la Cámara Alta del Congreso de la Unión para exhibir la preocupación que hay en torno al contexto comercial que enfrenta la salinera más grande del mundo desde que el Gobierno de México se convirtió en el único accionista.
Zatarain cuestionó al titular de la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, sobre las estrategias que están implementando para revertir la situación ante el desplome de la venta de sal.
Recordó que por décadas esta empresa, que fue privada-pública hasta hace unos años, fue un ejemplo de eficiencia, de estabilidad y un orgullo nacional.
Expuso que, durante años, Exportadora de Sal abasteció a buena parte del mercado japonés y asiático, y colocó a México como un referente global de calidad y confiabilidad; además de la relevancia económica que tiene, ha sido el corazón de Guerrero Negro y sostén de más de mil 300 empleos directos.
“Hablar de la salinera de Guerrero Negro es hablar del orgullo de mi tierra, de Baja California Sur, y del país entero. Es la salinera más grande del mundo a cielo abierto, orgullosamente y tiene una capacidad de producción de más de ocho millones de toneladas métricas de sal al año”, expresó desde tribuna.
“Sin embargo, desde que el Gobierno Federal en la administración pasada adquirió la totalidad de la empresa y sacó a Mitsubishi, su rumbo se ha visto comprometido”, señaló.
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En este sentido, la senadora declaró que considera que la nacionalización impulsada por López Obrador no vino acompañada de una estrategia comercial ni de fortalecimiento institucional, y que hoy eso se puede observar con los números.
De acuerdo con los datos presentados por la legisladora, en el 2023 se vendieron 5.9 millones de toneladas, pero en 2024 las ventas cayeron a 4.2 millones, el nivel más bajo en los últimos 35 años de la empresa.
También acusó que en estos momentos reportan que más de tres millones de toneladas permanecen apiladas a cielo abierto, situación que no se había registrado nunca en la historia de la compañía.
“En el 2025, en este año, a septiembre sólo se han vendido 3.12 millones de toneladas, menos del 40 por ciento de la meta anual y ya estamos a punto de terminar el año”, precisó Susana Zatarain.
En este contexto, agregó que esto genera también un problema ambiental en la zona por la salmuera, además de que la sal con su alta calidad está totalmente expuesta a la lluvia, al viento, al deterioro natural.
“Claro que queremos que haya beneficios directos para Baja California Sur y para México con esta nacionalización. El propio director general declaró que hay contratos por más de nueve millones de toneladas, pero, si hay contratos, ¿por qué está la sal estancada? ¿Por qué no se ha vendido?”, cuestionó.

“¿Tienen garantía estos contratos? No hemos tenido acceso a los contratos. Esta información es fundamental que la aclaremos porque de eso depende la supervivencia financiera de esta empresa de la que dependen miles de sudcalifornianos y que es estratégica”, agregó.
En este escenario, la senadora hizo tres solicitudes al secretario de Economía:
1.- Un informe público y transparente sobre la situación financiera contractual y operativa de ESSA, incluyendo los términos de los contratos internacionales de venta y el destino de los inventarios acumulados.
2.- La reactivación inmediata de las exportaciones mediante una estrategia diversificada de mercados y precios competitivos, con apoyo de la Secretaría de Economía.
3.- El compromiso formal de proteger a los trabajadores salineros, garantizando el diálogo con el sindicato y evitando cualquier medida que afecte sus derechos o la paz laboral, que históricamente ha sido una referencia de ESSA.
“La Exportadora es mucho más que una empresa; es un símbolo de soberanía económica de México, es un patrimonio ambiental que tenemos en Baja California Sur. Lo invito a que, dadas sus ocupaciones, pueda agendar una visita a Baja California Sur y a la salinera, y que yo sea convocada por su equipo de trabajo para ser testigo del funcionamiento y futuro de la empresa”, demandó.
Además, enfatizó que en Isla de Cedros más de 250 familias dependen de manera directa de que esta empresa sea exitosa y ha sido una fuente de bienestar y cohesión social, en una de las zonas más aisladas que tiene México y Baja California Sur.
Desde 2024, trabajadores de la ESSA han manifestado incertidumbre sobre la problemática de la empresa que ha mantenido económicamente a Guerrero Negro durante décadas. Incluso llegaron a amenazar con un paro por diversas irregularidades y abusos que denunciaron por parte de la directiva.
En estos momentos, mencionan que la inquietud persiste y que son temas que llevan al Sindicato Salinero, sin embargo, hay temas como la venta de la sal que quedan en manos de las autoridades y directivos, ya que el Gobierno de México ahora es el único propietario de ESSA.
Antes de la nacionalización, en promedio el volumen de sal llegaba a los ocho millones de toneladas, pero desde el año pasado este monto cayó a alrededor de cinco millones de toneladas, según datos de la misma empresa.
Asimismo, destacan que cada año se rebasan los dos mil millones de pesos en ventas. No obstante, entre 2023 y 2024 se reportó una caída del 13.86 por ciento, al pasar de una recaudación de más de dos mil 575 millones de pesos a dos mil 218 millones de pesos.

ANTECEDENTE
En una de sus últimas visitas a Baja California Sur como Presidente de la República, López Obrador presentó la firma de un convenio con el que oficializaron la compra del 49 por ciento de las acciones de ESSA que estaban en posesión de la empresa de capital japonés Mitsubishi.
En ese momento recalcó que no se trataba de una expropiación, sino más bien de un acuerdo económico que convenía a las dos partes, y que la compañía debía ser administrada bajo la política de “cero corrupción”.
La Secretaría de Economía del Gobierno Federal precisó que invirtieron mil 500 millones de pesos para comprar este 49 por ciento de las acciones que pertenecían a Mitsubishi.
El 25 por ciento del recurso provino del Servicio Geológico Mexicano y un 75 por ciento del Fideicomiso de Fomento Minero, recordando que este último fondo desapareció por decisión del Congreso de la Unión en 2020.
López Obrador sostuvo que la economía moral de su mandato permitió adquirir ESSA, con el objetivo de alejarla de la quiebra y la privatización, garantizando que funcionaría muy bien y con buenos resultados.
EBRARD RECONOCE PROBLEMÁTICA
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, respondió a la solicitud de la senadora Susana Zatarain, reconociendo la problemática en la caída del volumen de venta, sin embargo, aseguró que ya trabajan en estrategias para revertir la situación.
Expuso que se hizo la compra de la empresa porque había “mucho” abuso en la intermediación y la comercialización, que estaban en manos de Mitsubishi.
“Esa empresa se llevaba la mayor parte de las utilidades porque es hasta cierto punto lógico que ocurra porque la cartera de clientes la manejaba la empresa”, acusó.
Incluso mencionó que los precios finales de venta de ESSA nunca los conocieron, por lo que al nacionalizar la compañía se retiró el comercializador.
Esto obligó al Gobierno Federal a empezar un nuevo camino, en el que deben abrir un mercado propio y crear su infraestructura logística para reemplazar la que manejaba Mitsubishi.
“Eso no ha sido tan fácil, pero estamos en vías de”, respondió Marcelo Ebrard a la senadora.

De acuerdo con el secretario, el último informe de contratos firmados con garantías indica que son 4.8 millones de toneladas las que ya han sido vendidas, por lo que estarían ligeramente por encima del 2024.
Expuso que el año pasado se vendieron 4.3 millones de toneladas de sal, por lo que para 2025 la colocación del producto en el mercado aumentó en poco más de un 10 por ciento, sin embargo, sigue siendo un desplome en comparación del contexto de comercialización al que llegaba ESSA, con un monto de alrededor de ocho millones de toneladas anuales.
En este sentido, el funcionario federal compartió que para el 2026 ya tienen plan para aumentar la capacidad logística de la empresa y su independencia de la comercialización.
“Sí tengo que ir, ya les había dicho en Baja California Sur que iríamos, pero entiendo perfectamente lo que me dices. Preparamos ese informe, que claro que sí, es una empresa pública y te lo compartimos”, comprometió el secretario.
Sobre esta situación, el gobernador del Estado, Víctor Castro Cosío, aseguró que se ha mantenido al tanto de la problemática y que mantiene comunicación con autoridades federales.
Aunque reconoce que las condiciones no son las adecuadas, el mandatario sostiene que confía en la directriz de la administración de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Por su parte, la alcaldesa de Mulegé, Edith Aguilar Villavicencio, externó que la situación es relevante ya que la Exportadora es la principal fuente de empleo en Guerrero Negro, por lo que se mantiene en la expectativa y en la disponibilidad de atender inquietudes de las y los trabajadores de la empresa ante cualquier inquietud.







