Kismet en turco significa destino y el destino es extraño. Las cosas cambian a velocidades insospechadas; por ejemplo, los israelíes estaban de fiesta cuando en un alucinante ataque fueron raptados y muertos mil doscientos, mas creó una guerra que se ha prolongado por casi tres años.
Ucrania estaba tranquila cuando de pronto las tropas rusas los invadieron y se han causado más de un millón de muertos con terrible dolor para ambos contendientes y aún no se acaba.
En Nigeria desaparecen 300 niños de una escuela y el mundo permanece indiferente.
El gobierno americano decide de pronto poner aranceles y afecta dramáticamente la economía de muchos países.
El mundo ya no es igual.
En México, una Presidenta inteligente se encuentra afectada por las decisiones equivocadas del presidente anterior y el país se encuentra dividido profundamente y económicamente en declive, acosado por una inestabilidad social e inseguridad causada por el haber soportado a los narcotraficantes y al crimen en general ser permitidos y en ocasiones auspiciado.
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Por otro lado, la tecnología evoluciona a velocidades asombrosas con la inteligencia artificial, los cambios de valores, de conocimientos, de trabajos y de seguridades son asombrosos. La mentira se extiende con noticias falsas con técnicas que transforman la verdad. Se ha llegado a un momento en que las herramientas de comunicación borran las realidades y de pronto el hombre se ve envuelto en difamaciones, mentiras, acosos que se extienden en las redes sociales tachando conductas impecables que se difaman con facilidad y sin castigo a los detractores. Se ve cómo se oculta la corrupción, cómo se roba con descaro, cómo el gobierno actúa simultáneamente con la mafia presionando a los ciudadanos con búsqueda de “piso” u otras diabluras que se les ocurren en el entretejido de las leyes gubernamentales, usadas para maltratar y castigar al pueblo.
Kismet, el destino; me pregunto: ¿Qué nos depara el destino en un mundo inestable, borrascoso, inseguro e incierto? ¿Dónde está la seguridad? ¿En la religión? ¿En la familia? ¿En la carrera? ¿En el trabajo? ¿En el amor?
¿Dónde encontrar certeza? ¿Qué nos depara el destino? ¿Y qué podemos hacer para tranquilizar el presente y el futuro de nuestras patrias, de nuestras familias, de nuestros trabajos? ¿Qué personajes mundiales nos garantizan una visión de un mundo tranquilo, próspero? Prácticamente estamos viviendo en una vorágine donde las derechas y las izquierdas, donde la libertad y la verdad se confunden, buscando poderes en las noticias falsas, en las mentiras, en las ciencias y en las armas.
Kismet, el destino incierto, incógnito, desconocido, que como una nube no nos deja ver con claridad el futuro, Dios nos proteja.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.
Correo: [email protected]







