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lunes, octubre 27, 2025
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El dios Tláloc inundo el país

En Álamo, Veracruz, casas de dos pisos fueron colmadas de agua color fango que el río Pantepec desbordó con su fuerte caudal. Llegó la muerte, y muchos estados del país han sido afectados por la inclemencia de las lluvias veraniegas; ha habido lluvias en zona con vistas catastróficas. El cambio climático, que pocos quieren hacer algo para evitarlo, se pone de manifiesto.

Huracanes, lluvias tropicales, tornados y pequeños ciclones hacen de las suyas en el país; la infraestructura pobre, la construcción de casas sin inspección de protección civil, en zonas no aptas para vivir, hacen la diferencia. Muchos muertos cuando hay temporal de tormentas en estas zonas privilegiadas de hartas lluvias, para mantener bosques, sembradíos, pozos de agua, ojos de agua, vitales para el ganado y maizales; pero hoy, el dios Tláloc se mandó y dejo caer su furia liquida a cántaros, provocando perdida de materiales.

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Vendrán los censos para el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, habrá vivales, como siempre, quien saque provecho de notas, faltas, y falsas pérdidas. Aparte querrán apoyos para sepultar a sus fallecidos en desgracia por la naturaleza; la que fue tocada, mancillada, transformada, puesta al revés, con un gran agujero en la capa de ozono.

En todo eso hay culpa. Los generadores de gases invernaderos, todos culpables; una culpa que podía ser reversible, pero el tiempo nos gana y allí están las consecuencias fatales de la naturaleza que retamos todos los días. Huracán Prisilla, bonito nombre, pero desgracia plena. Debe la gobernadora responder pronto; quería la batuta presidencial, pues allí está la labor de salvar vidas, reponer lo perdido y empezar de nada.

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Hay dinero para desastres naturales y deben ponerlo a servicio del pueblo ofendido. Llovió y los canales sucios, desarenados con basura sólida que tira la misma población faltos de conciencia, civismo, poco o nulo estudio; hacen cosas al ahí se va. Conscientes del daño futuro, lo hacen. Desde Tijuana hasta Tapachula, es el mismo talón de Aquiles: errores garrafales que a futuro causan daño general cuando llega la temporada del cielo oscuro, negro, que descarga su furia con aguaceros y agarra a todos en la madrugada. Errores evitables. Pero estamos en pañales en esa modalidad mental.

Para que una persona cambie, debe cambiar su pensar. ¡Así seriamos mejores todos!

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Lo hecho, hecho está. El agua busca su cauce natural hecha para esa temporada, pero la mano del hombre transforma; mano fenómeno, mano infiel, mano destructora, mano de quitar y poner, y las consecuencias las vemos cada año. Los vivales esperan, ya hubo saqueos en tiendas; el robo, herencia revolucionaria que no se elimina. Nos falta otra lección más que jamás aprenderemos. A trabajar Sra. Sheinbaum y gobiernos lilas. Querían el gobierno, demuéstrenlo ya. ¡Y pronto!

 

Atentamente,

Leopoldo Durán Ramírez.

Tijuana, B.C.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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