La declaración de culpabilidad del narcotraficante Ismael Zambada García, el Mayo, en la Corte de Distrito para el Este de Nueva York, podría tener repercusiones sísmicas en la política y la seguridad de México, pues aunque su abogado Frank Pérez asegura que el mexicano no colaborará delatando nombres de personajes, fue el propio capo quien durante la audiencia del 25 de agosto leyó una carta en la que reconoce que inició sus actividades ilícitas en 1969 traficando marihuana y que durante décadas sobornó a autoridades policiales, militares y políticas en México para operar con impunidad.
Presuntamente el ex líder y cofundador del Cártel de Sinaloa (CDS), junto con Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el Chapo, ya habría aportado identidades, apodos y posiciones sociales de las personas con las que colaboró y de quienes le protegieron tantos años, al grado de que Zambada se comprometió a entregar bienes y activos para cubrir 15 mil millones de dólares que, según estimaciones del gobierno de Estados Unidos, obtuvo el criminal producto de sus negocios ilegales; bienes que se obliga a señalar antes de la fecha de sentencia. Por lo que la versión del abogado puede sólo tratarse de una estrategia, pero las negociaciones continúan para que su cliente, que ya libró la pena de muerte, obtenga otros beneficios en la prisión.
Mientras eso ocurrió en la Unión Americana, en México, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que previo a celebrarse la audiencia señalaba que no le preocupaba la revelación de nombres de personajes de la política, tras enterarse de lo dicho por Zambada García, ahora no sólo pide pruebas, sino denuncias sobre la corrupción revelada:
“Pues tendría que haber una denuncia, ¿no? O sea, porque puede decir este tema, pero, ¿a quién le daba dinero? De acuerdo con lo que planteó, pues tendría que haber una denuncia en particular”.
CULPABILIDAD
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El lunes 25 de agosto, el “Mayo” Zambada se declaró culpable de dos cargos: uno por conspiración de crimen organizado, y otro, de dirigir una empresa criminal continua. Ante el juez Brian Cogan, de la Corte de Distrito en Brooklyn, el mexicano formalizó el acuerdo que negoció con la fiscalía para evitar ir a juicio y ganar algún beneficio procesal. El originario de Sinaloa enfrentaba 17 cargos por el caso criminal en Nueva York y se le agregaron otros siete cargos que tenía pendientes en El Paso, Texas, como parte de su negociación de culpabilidad. El acuerdo, a diferencia del de Ovidio Guzmán López, no incluye cláusula sobre colaboración con la justicia norteamericana en otros procesos.
El hombre que podría enfrentar cadena perpetua por los cargos reconocidos, admitió ante el juzgador Cogan, fiscales y agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA), haber dirigido por más de cinco décadas una red internacional de narcotráfico que movió aproximadamente un millón 500 mil de kilos de cocaína, principalmente hacia los Estados Unidos. Fue a través de la lectura de una carta, que Zambada admitió haber iniciado a los 19 años de edad y permanecido por más de 50 años en negocios ilícitos y liderado el Cártel de Sinaloa. Primero distribuía marihuana, pero en 1980 y hasta 2024 traficó otras drogas, como heroína y cocaína hacia el país del Norte.
Ismael, conocido con los apodos del Mayo, el Señor del Sombrero o el Señor de la Montaña, aseguró que tuvo a su mando hombres de confianza para el trasiego de droga y relación con narcos colombianos, teniendo contacto directo en transacciones. Admitió que tuvo un equipo “con su propio comandante” que lo protegía a él y a su familia, y, además, se aseguraba de que se realizaran las transacciones de narcotráfico. Ahí fue cuando afirmó que desde muy joven pagó sobornos a policías, militares y políticos corruptos, que le permitieron operar desde sus inicios. Al final de la carta, Zambada mostró arrepentimiento al señalar “Pido perdón a quienes han sufrido por mis acciones”.
En virtud del acuerdo de culpabilidad del Mayo, que se encuentra detenido en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, las acusaciones que serán desestimadas al momento de la sentencia, y que formaban parte del caso en la Corte de Distrito de Texas, serán los cargos por su participación en lavado de dinero, asesinato y conspiraciones de drogas, y violaciones de la ley estatal por asesinato y secuestro por conductas entre el 1 de enero de 2000 y el 11 de abril de 2012.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, el ascenso al poder de Zambada García comenzó con la concepción del Cártel de Sinaloa y culminó con su arresto en julio de 2024. Anteriormente conocido como la “Federación”, el cártel ha importado cantidades letales de narcóticos, incluyendo cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo, a los Estados Unidos, y ha lavado miles de millones de dólares en ganancias de drogas de vuelta a México. Sus operaciones se centraron inicialmente en la distribución de cocaína, basadas en arreglos cooperativos y una estrecha coordinación con fuentes de suministro y redes de distribución sudamericanas.
Sin embargo, el panorama cambió en la década de 2000 cuando, ante la creciente actividad policial, los colombianos comenzaron a abandonar sus negocios de distribución en Estados Unidos, optando por permitir que los traficantes mexicanos invirtieran en cargamentos de cocaína a precios mayoristas, para que estos últimos los distribuyeran en Estados Unidos. Como resultado, los traficantes mexicanos y el CDS asumieron un papel más integral en el transporte de cocaína desde Colombia hacia y a través de los Estados Unidos.
Bajo la dirección de Zambada García, el cártel también se expandió recientemente hacia la producción y el tráfico de fentanilo, incluyendo la compra de precursores químicos de este fármaco a empresas chinas y la producción de miles de kilogramos de fentanilo en laboratorios tanto en áreas rurales como en grandes ciudades de México para su distribución en Estados Unidos. Las redes de distribución del cártel también apoyaron los esfuerzos de lavado de dinero que entregaron miles de millones de dólares en ganancias ilegales generadas por la venta de drogas en Estados Unidos de vuelta al mismo.
VICTORIA DE EE.UU.
La declaración de culpabilidad del capo mexicano fue asumida por la fiscal de la Unión Americana, Pam Bondi, como una “victoria histórica para el Departamento de Justicia, nuestros aliados en las fuerzas del orden y los Estados Unidos de América. Como ya saben, el capo de la droga Ismael Zambada García, también conocido como el Mayo, ha confesado una vida de delincuencia al servicio del Cártel de Sinaloa, una organización terrorista extranjera. Gracias al trabajo incansable de nuestros fiscales y agentes federales, el Mayo pasará el resto de su vida tras las rejas. Morirá en una prisión federal estadounidense”.
Acompañada por el director de la DEA, Terry Cole, y fiscales federales en Nueva York, Bondi calificó al narcotraficante como un “terrorista extranjero” que cometió “crímenes horribles contra el pueblo estadounidense” y que “ahora pagará por esos crímenes pasando el resto de su vida tras las rejas en una prisión estadounidense”. La fiscal enfatizó que esa fecha representó una victoria crucial en la “lucha continua” del presidente Donald Trump para eliminar completamente las organizaciones terroristas extranjeras y proteger a los ciudadanos estadounidenses de las drogas mortales y la violencia. Y concluyó que el caso derrumba el mito de que los jefes de cárteles son intocables y ejemplifica el modelo de desmantelamiento global contra estas organizaciones.
El regocijo por parte de los titulares de las dos agencias más relevantes de Estados Unidos no se hizo esperar. El administrador de la DEA, Terrance Cole, destacó que Zambada “lideró uno de los cárteles más mortíferos del mundo, bombeando fentanilo, cocaína, heroína y metanfetamina en nuestras comunidades”; mientras que, el director del Buró Federal de Investigación (FBI), Kash Patel, expresó que el hecho es un “momento de orgullo para el FBI y sus socios”, ya que los fundadores de una “organización de narcotráfico notoriamente violenta, que se dedica a una serie de actividades ilegales que incluyen el asesinato y la corrupción, enfrentan las consecuencias de sus acciones”.
En México, las dudas sobre la manera en que Ismael Zambada fue a parar al vecino país del Norte prevalecen, y ahora, la Presidenta Sheinbaum aseveró que le llamaba la atención la forma en la que el director de la DEA, Terrance Cole, consideró al ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, como uno de los tres grandes narcos detenidos por el Gobierno de Estados Unidos, junto con el “Mayo” Zambada y el “Chapo” Guzmán.
Por su parte, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, reconoce que, a pesar de que sus fundadores y principales líderes se encuentran detenidos, el CDS no ha desaparecido, y ni perdido fuerza, porque esa organización criminal “nunca ha tenido un líder como tal, o sea, siempre ha habido varios líderes. Es un cártel que tiene, digamos, varias ramas: una de ellas era Ismael ‘Mayo’ Zambada; el otro, el ‘Chapo Guzmán; después los hijos de el Chapo: el Guano, que también es hermano del Chapo; otro, el Chapo Isidro. Es decir, no puede estar terminado el cártel porque hay varias cabezas de esto que fue en su momento el Cártel de Sinaloa. Entonces, todavía hay células y líderes delictivos muy importantes que tienen que ser detenidos”.
García Harfuch advierte que no hay pruebas de que la red de corrupción tejida en torno a este cartel haya alcanzado a militares, marinos o funcionarios públicos del Gobierno Federal, tras la carta expuesta por Zambada García en la Corte de Distrito de Nueva York. Sin embargo, por el momento no han trascendido nombres de personajes ligados con el grupo criminal, identidades que ya podrían estar en conocimiento de autoridades estadounidenses y que podrían incrementarse en fechas próximas cuando varios de los capos que fueron desterrados de México se declaren culpables y aporten sus testimonios.
El 27 de febrero se registró el primer traslado masivo de 29 delincuentes a los Estados Unidos, en la presente administración, bajo el pretexto de razones de seguridad nacional y de que capos como Rafael Caro Quintero, Vicente Carrillo Fuentes, Miguel Ángel Treviño Morales, Antonio Oseguera Cervantes y Erick Valencia Salazar se podrían escapar de las prisiones. La segunda remisión grupal ocurrió el reciente 12 de agosto, cuando otros 26 narcotraficantes, entre ellos Pablo Edwin Huerta Nuño, Servando Gómez Martínez, Abigael González Valencia y Juan Carlos Félix Gastélum, fueron entregados a autoridades estadounidenses para juzgarlos.
Personajes de ese calibre, más otros que ya se encontraban en la Unión Americana y ya han llegado acuerdos con la fiscalía para declararse culpables, o incluso, han sido sentenciados, han cooperado y seguirán colaborando con información para llevar a prisión a otros miembros de las organizaciones criminales más reconocidas de México y atajar sus flujos financieros. Entre los pendientes, se encuentra Joaquín Guzmán López, el Güero Moreno, hijo del “Chapo” Guzmán, y el caso del otro líder de Los Chapitos o Los Menores, Ovidio Guzmán López, alias el Ratón, quien se declaró “culpable” en Chicago, Illinois, donde espera sentencia dentro de cinco meses.
Se estima que la información obtenida por el gobierno norteamericano le permitirá negociar con su par mexicano para detener a los prófugos narcotraficantes: Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, quienes encabezan la facción de Los Chapitos en el CDS y a otros que forman parte de agrupaciones como Los Viagra, La Nueva Familia Michoacana y el Cártel del Noreste. También la información colectada a los narcotraficantes sirve para llegar a acuerdos en los terrenos comerciales entre ambos países, por lo que no necesariamente caerían políticos, empresarios y militares.