Poco más de quince colonias continúan sin agua en las inmediaciones de Tijuana y Playas de Rosarito, según el análisis más reciente de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), que detectó complicaciones posteriores a la reparación de la explosión en la tubería del acueducto Florido-Aguaje ocurrida el pasado 9 de septiembre.
El director de la paraestatal, Jesús García Castro, explicó que al reanudar el suministro de agua, algunas bombas presentaron fallas, surgieron nuevas fugas y se detectaron problemas técnicos que han sido resueltos de forma paulatina desde el 11 de septiembre, durante las primeras horas posteriores a la reparación del acueducto.
“Cuando cerramos el sistema, al momento de la reapertura, hubo algunos detalles en ciertas áreas: se afectaron algunas bombas y partes del equipo. También se taparon algunos conductos de los tanques. Todo eso ha sido parte del trabajo que hemos estado realizando estos días. En Salvatierra también tuvimos afectaciones reportadas y, bueno, hemos procurado restablecer al 100% el suministro”, precisó el director de la CESPT.
La zona más afectada es Playas de Rosarito y el sur de Tijuana, pero los trabajos continúan y se espera que el servicio quede completamente restablecido para el fin de semana.
“El 95% de las colonias recuperaron el servicio entre el jueves y el viernes pasado. La recuperación del 5% restante fue paulatina durante el fin de semana; hablamos de unas 15 colonias, de un total de más de 600. Tuvimos una alta demanda de agua, lo que impidió el incremento de nivel en los tanques, sobre todo en Playas de Rosarito. Las incidencias del lunes y martes se debieron a causas locales, como descargas obstruidas en las salidas de los tanques.
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Adicionalmente, se atendieron fugas en la red que no estaban relacionadas con los trabajos del acueducto Florido-Aguaje, pero que afectaron el suministro en la zona. Ese 5% fue el que nos retrasó un poco más, y sí, hubo desesperación por parte de la gente. Por eso implementamos un operativo con pipas para apoyar a quienes lo reportaron”, explicó García Castro a ZETA.
Debido a la complicada topografía y a la antigüedad de la infraestructura, algunas fugas o fallas han sido difíciles de diagnosticar para la CESPT.
“A veces son temas que hay que ir revisando punto por punto, por ejemplo, para determinar qué tramo de un conducto se tapó. Entonces se empieza a trabajar con las válvulas, ¿no? Y si se trata de una válvula o una bomba, hay que reponerla, y esos son los tiempos en los que nos tardamos un poco más con la gente”, agregó el director.