Hace algunos años había un dicho que hoy siento pertinente: “Nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Y tú, amigo lector, eres impresionado constantemente por falsas verdades, por informaciones ilegítimas, por impactos de algoritmos. Incluso los noticieros y los periódicos más serios de vez en cuando nos dan medias verdades. Y, por otro lado, tu percepción también a veces generaliza lo que sólo es un acontecimiento; por ejemplo: hace algunos años se fue la fábrica de televisiones Sony de Tijuana y los periódicos y noticieros se llenaron de informaciones como esta: “LAS MAQUILAS SE VAN DE TIJUANA”, creando gran alarma en la ciudad, cuando la verdad es que SONY había vendido su planta a otra compañía y efectivamente se retiraba, pero la producción de televisiones continuaba.
Hace una semana, llegó un amigo mío muy preocupado porque las tiendas departamentales y mercados estaban desapareciendo, puesto que Soriana había cerrado seis tiendas y había despedido a una buena cantidad de empleados, y de esta noticia concluía que las ventas en línea estaban mermando el mercado de las tiendas. La verdad fue que Soriana tenía varias locaciones en donde perdía y además hizo un recorte importante de empleados que estaban de sobra; pero, aunque las ventas en línea están creciendo en el mercado mexicano, no han desplazado a las tiendas departamentales y mercados que siguen dando excelentes números y crecimientos notables.
Las falacias y mentiras ocurren en la nueva tecnología de los “influencers” que, con tal de llamar la atención, dicen medias verdades y en ocasiones incongruencias, para atraer a su público con alguna noticia de primicia falsa o verdadera.
La magia de la tecnología hoy permite poner una foto de alguna figura pública y con copias técnicas de su voz, de modo tal que parece que el personaje estuviera diciendo cosas que nunca dijo.
Con frecuencia se tergiversa la información o se traduce con diferentes sesgos que toman parte de lo dicho, y lo agrandan o empequeñecen según el deseo del productor de la noticia, confundiendo al público con medias verdades o verdades a medias y sacando la información de contexto.
En el caso específico de la política americana, Trump dice que buena parte de lo que se dice de él es mentira o ha sido tergiversada, como su amistad con Jeffrey Epstein. Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de amenaza nazi, decía que una mentira repetida por todos los medios y con frecuencia, eventualmente se vuelve verdad; y hoy día la denigración de los emigrantes a EU desacreditada por Trump, se va convirtiendo en una verdad en la mente de la gente, del pueblo americano soportada por algunos ejemplos verídicos.
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Mentir y prometer para un político es natural, y como no es penalizado, el cumplir se usa con extrema frecuencia y curiosamente en algunos países se copian las frases que tuvieron éxito en otros, sobre todo en las ideologías comunistas, fascista y nazista; como: “El pueblo es sabio”. ¿Cómo se hace una afirmación generalizada de algo que a ojos vistas ha sido utilizado para engañar al mismo pueblo una y otra vez pues se habla en nombre de una entidad que no existe y que no tiene opinión conjunta, llamada “el pueblo”?
La habilidad mediática de algunos políticos, como Fidel Castro, como Maduro, como Hitler y Mussolini, ha hipnotizado a las masas que de pie han escuchado los largos discursos llenos de frases que van penetrando en el cerebro de los pueblos sin ser juzgadas, analizadas, discutidas y discutidas convirtiéndose en frases de uso común exhortando falsedades.
El manejo del patrioterismo barato, las palabras como “la soberanía”, van dando pábulo a un lenguaje constante aplicado por las autoridades y van alineando a las multitudes, hasta obligarlas por la buena o por la mala a votar y elegir a quienes no son juzgados y revisados con propiedad para los puestos de gobierno.
Imagínate, lector, que, con el uso y abuso de la inteligencia artificial, de los algoritmos, de los medios masivos de comunicación, de los “influencers”, la mentira amañada, la falsa verdad, estará correlacionado con lo que quieres oír, con lo que te gusta saber para que puedan venderte lo que se les venga en gana, hasta hacerte creer que tú de veras sabes lo que estás haciendo, cuando ha sido mentirosamente orientado.
Advertirte de este mundo de interpretaciones no nos servirá de mucho, pues las fuerzas del control de tu voluntad de tus deseos y de tus impresiones son cada vez más poderosas y tecnológicamente más avanzadas; sólo te recuerdo: que nada es verdad ni mentira, todo es según del color del cristal con que se mira.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.
Correo: [email protected]