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lunes, agosto 25, 2025
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Hiroshima y Nagasaki

Dos bombas atómicas disparadas por el ejército americano.

Horror de los horrores, el invento creado por Oppenheimer en Los Álamos, la destrucción del átomo, en Hiroshima fueron 70,000 personas las que murieron instantáneamente por la explosión y un número similar falleció posteriormente debido a la radiación y sus efectos a largo plazo; el total podría superar los 140,000. En Nagasaki se estima que murieron alrededor de 80,000 personas al instante, incluyendo las personas fallecidas posterior al ataque debido a la radiación, por lo que calculan un total de 110,000 personas fallecidas.

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El ejército americano estuvo haciendo pruebas en el atolón denominado Bikini, que aún hoy día irradia veneno a la atmosfera.

80 años después aún se miran las huellas de cáncer en los sobrevivientes.

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Se dobló Japón, se rindió; Hirohito el emperador intocable e invisible, tuvo que aparecer en público y firmar la rendición de su país en el acorazado Misuri, rendición que fue recibida por el carismático general Douglas MacArthur. 80 años después nadie ha vuelto a atacar con bombas atómicas, sin embargo, los arsenales subsisten y estos países que nombraremos son poseedores de estas temibles armas de destrucción: Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia, Pakistán, India, Corea del Norte e Israel. Con la dudosa intensión de Irán de hacerse de estos instrumentos de muerte, pero hay barruntos de la próxima utilización de armas atómicas auspiciado por Moscú y por Teherán.

En Chernóbil, Ucrania y en Fukushima, Japón, hubo escapes de radiaciones que devastaron una buena parte del territorio; estas instalaciones desde luego no tenían objetivos de destrucción, si no de generación de electricidad, pero finalmente se descontrolaron con lamentables consecuencias.

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Han pasado 80 años, el horror subsiste; la amenaza, cual espada de Damocles, se cierne sobre la humanidad. Le preguntaron a Einstein, proclive científico que cuáles serían las armas que se utilizarían en la tercera guerra mundial. Y él respondió: “No sé cuáles serán las armas de la tercera guerra mundial, pero si sé cuáles serán las de la cuarta: serán piedras y palos, porque la humanidad prácticamente se va a destruir en una guerra atómica”, por eso también no se debe permitir la proliferación de armas atómicas como lo está intentando Irán.

Las tensiones de Ucrania con Rusia, la impotencia de Rusia de derrotar a Ucrania, está fomentando la idea de Putin de doblegar a Zelensky, a través de un ataque atómico y ponerlo de rodillas. EE.UU. envió dos submarinos atómicos nucleares a las costas asiáticas cercanas a Rusia con una amenaza clara de utilizar estos instrumentos de pavor. Cuidado con Putin, puede en un momento de enojo decir las palabras bíblicas de Sansón cuando derribó las columnas del templo de los filisteos matando a buena parte de ellos: “Muera Sansón y todos los que aquí están”, o sea un suicidio y un asesinato colectivo. Dios nos libre de la obcecación del hombre y de la decisión equivocada de Vladimir Putin, pues el mundo quedaría destruido en el siglo XXI.

80 años… ¿habremos aprendido la lección?

 

José Galicot es empresario radicado en Tijuana.

Correo: [email protected]

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