Privados de su libertad es como se encontraban Christian Daniel Pelcastre, de 46 años, su esposa Dulce María Magallanes Cardoso, de 43, y sus hijos Christian Daniel y Leonardo Tadeo, de 22 y 14 años, respectivamente, quienes habían sido vistos por última vez el pasado 4 de julio en el domicilio que cuidaban, ubicado en una yarda sobre la bajada del bulevar Terán Terán, en la colonia Las Torres Parte Baja de Tijuana.
Alrededor de las 9:00 p.m. del miércoles 9 de julio, mediante una llamada al número de emergencias 911, se solicitó el apoyo a la Policía Municipal de Tijuana para acudir a la iglesia cristiana “Misión de Dios”, ubicada sobre la calle Eucalipto de la colonia Las Torres Parte Baja, a la que cuatro personas, tres hombres y una mujer, llegaron solicitando auxilio, manifestando que habían logrado escapar de una casa de seguridad donde los tenían privados de su libertad.
Al lugar arribó la policía municipal, quien confirmó que se trataba de la familia que había sido reportada como desaparecida; más tarde, el Fiscal de Unidades Especializadas, Fidel Corvera Gutiérrez, confirmó a ZETA que en efecto se trataba de la familia Pelcastre Magallanes.
Paramédicos de la Cruz Roja los trasladaron a un hospital para recibir atención médica, pues los cuatro presentaban huellas de violencia, como laceraciones en las muñecas, producto de haber permanecido atados con cinchos desde su captura, así como golpes en la cabeza.
Pleito por terreno, una de las líneas de investigación
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Aunque no se ha confirmado, el Fiscal de Unidades Especializadas compartió que una de las líneas de investigación podría ser el conflicto por el terreno que cuidaba la familia, el cual pertenece al trabajador de una empresa que transporta mercancía hacia Estados Unidos.
Y es que según Daniela Pelcastre, hija de Christian Daniel y Dulce María, el dueño del predio ha tenido problemas con tres personas por la propiedad, dos hombres y una mujer, que constantemente iban al lugar alegando ser los herederos y exigiendo a su familia que abandonara el terreno, amenazándolos con represalias si no lo hacían. Incluso el propietario llegó a sufrir un atentado.
“El jefe de mi padre tuvo un atentado, pero no fue nada grave, aventaron piedras y le rompieron el vidrio del carro. Desde ahí el señor nunca iba al terreno, pero mi papá se lo estaba cuidando”, compartió Daniela, agregando que tras estos hechos el asunto se fue a juicio y se determinó que el empleador de su familia sería el propietario legítimo.
Cabe destacar que, aunque junto a la desaparición de la familia también se robaron un tráiler y una pipa, estos aparecieron el 5 de julio en el Poblado Maclovio Rojas. Además, en ningún momento Daniela recibió una llamada solicitando el pago por un rescate, por lo que el secuestro fue descartado desde un inicio.
De momento la Fiscalía General de Baja California (FGE) da seguimiento a las investigaciones tratando de ubicar a los responsables mediante la revisión de cámaras de la zona, pero hasta este cierre de edición su identidad, paradero y certeza del móvil continuaban siendo desconocidos.