* El Flaquito fue ubicado por sus apariciones públicas
* En diciembre del 2024, cuando lo dejaron ir del Casino Caliente, intervinieron el teléfono de un miembro de su círculo cercano
* Investigadores de inteligencia consideran que análisis de su celular revelará importantes relaciones con jefes policiacos
* El expediente delictivo del Flaco lo relaciona con el prófugo Jorge Vera Ayala, ahijado de Jorge Hank
* La pareja del traficante, compró una casa al empresario Cástulo Beltrán
* Fuerzas federales, van por el Kado, el Apache y el resto de la estructura del CAF
Pablo Edwin Huerta Nuño, “El Flaquito”, su pareja, Gabriela Kimiko Torres Godoy, y sus hijos menores rentaban la casa en el 8515 de la calle Cumbres de la Encantada del fraccionamiento Cumbres de Juárez, donde fueron detenidos.
Por lo menos desde hace cuatro meses, investigadores de los Estados Unidos y de México, tenían información de la residencia del señalado narcotraficante del cártel Arellano Félix. Habían llegado a tal conclusión debido a la intervención de un teléfono celular de una persona cercana a Huerta.
Ya con la información de la investigación y el seguimiento dado a la ubicación del Flaquito, la aprehensión estuvo a cargo de un grupo de operaciones especiales de la Agencia de Investigación Criminal, o Policía Federal Ministerial al servicio de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizado, que llegó ex profeso a Tijuana desde la Ciudad de México.
Publicidad
El grupo de agentes especiales, llegó a la ciudad fronteriza el 16 de junio de 2025. Llegaron solos, sin coordinación con autoridades locales, especialmente estatales, y la madrugada del 17 de junio ejecutaron el cateo: la orden de aprehensión que existía contra Huerta Nuño por el secuestro de una mujer en el año 2019 en Ensenada, aunque también buscan vincularlo a proceso por flagrancia; le incautaron en la casa de Cumbres de Juárez que habitaba: armas, equipo táctico, droga, y relojes, entre otras cosas.
Por la mañana de ese 17 de junio, uno de los cabecillas criminales más violentos y escurridizos de Tijuana, Baja California, fue trasladado a la Ciudad de México para ponerlo a disposición y vincularlo a proceso. Un día después, el 18 de junio, los abogados de Pablo Edwin Huerta Nuño, el Flaquito, presentaron dos juicios de amparo, uno por incomunicación en la ciudad de Tijuana, y otro contra la extradición en la Ciudad de México.
LA CAÍDA DE UN GENERADOR DE VIOLENCIA
El Flaquito está identificado por la Mesa por la Paz y Seguridad de Baja California, como generador de violencia y cabecilla de célula delictiva identificada con los resabios del cártel Arellano Félix (CAF), dedicada al trasiego de droga y control territorial; el joven registra actividad criminal desde hace 13 años, y ha sido expuesto como protagonista de las pugnas homicidas en la zona costa bajacaliforniana. Desde el 2019, La FGR lo buscaban por un cargo de secuestro.
La aprehensión fue reportada en el Registro Nacional de Detenciones a las 01:20 horas del martes 17 de junio, y su traslado a la Ciudad de México a las 08:07 horas. Informaron que el operativo fue ejecutado por elementos de la Guardia Nacional y la Fiscalía Federal Especializada en Material de Delincuencia Organizada. Aunque no lo anunciaron oficialmente, se conoció de la participación de elementos de la Agencia de Investigación Criminal provenientes de Ciudad de México.
Ante la evidencia de ligas del traficante con autoridades locales, no se notificó a las corporaciones en Baja California hasta que se concretó la detención.
Esa madrugada, la familia estaba acompañada por una joven del servicio identificada como Diana Karina Jiménez García y un hombre que se sabe hacía las veces de escolta del traficante de quien públicamente se sabía que el capo lo llamaba “Tito”, pero el Gobierno Federal decidió reservar su identidad.
Aunque el secretario de Seguridad Ciudadana, General Laureano Carrillo, declaró en conferencia el 18 de junio, que el Gobierno de México les informó, 30 días antes, las intenciones de capturar a El Flaquito, desde la Federación advirtieron que el operativo de rastreo sobre Huerta había iniciado cuatro meses atrás, y para ejecutarlo, compartieron información e investigaciones con autoridades de Estados Unidos.
De acuerdo a los datos recabados, lo tenían ubicado con intenciones de detenerlo desde seis días antes del operativo. La llegada del avión “Hércules”, en el que lo trasladaron a la Ciudad de México, -y presumiblemente a los elementos que ejecutaron la detención-, se registró en el aeropuerto de Tijuana el lunes 16 de junio.
La tarde del mismo martes 17 de junio, a través de un comunicado Gobierno Federal confirmó la identidad del detenido, refiriendo que: “El operativo fue resultado de una acción coordinada entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Fiscalía General de la República (FGR), la Secretaría de Marina (Semar), la Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), como parte del reforzamiento de la seguridad en el estado”.
Y detallaron que la orden de cateo se había conseguido “…tras investigaciones de campo y gabinete -en los que- las autoridades identificaron” el domicilio de Huerta.
Aunque la orden de búsqueda era sólo contra Huerta, los otros tres adultos que lo acompañaban, Torres, Jiménez y el Tito, también quedaron sujetos a proceso, porque “durante el cateo, en el domicilio encontraron, relojes, armas y droga, y a todos se les acredito la flagrancia del enervante y las pistolas”, mencionaron a ZETA, aunque no informaron de pesos ni cantidades. De los menores “los niños fueron entregados en resguardo seguro” indicaron las autoridades.
También informaron que la investigación contra Huerta no se limita al secuestro, y las mencionadas indagatorias, les han permitido reunir información suficiente para buscar las capturas de Héctor Manuel Gil García, alias “El Kado” y/o “Ka2ador”, de Brayan Corona, “El Apache”, y el resto de los cabecillas relevantes que operan actualmente el CAF.
LAS COMUNIONES DE ABRIL
Precisamente, la participación constante de Huerta Nuño en las actividades escolares de sus hijos en el Instituto México, permitieron, desde hace años, que lo ubicaran públicamente. En fechas recientes, volvió a suceder. Esto fue el sábado 5 de abril del 2025, cuando el delincuente asistió a un programa de Primeras Comuniones que se desarrolló en los patios escolares.
No era la primera ocasión que algún integrante de las fuerzas de seguridad de Baja California -con poder adquisitivo para inscribir a sus hijos en el mencionado colegio privado- se lo topaban en los pasillos del plantel.
Pero la primera semana de abril llamó la atención de más personas, porque llegó acompañado de dos guardias “al perecer armados”; uno de ellos era precisamente el Tito, detenido el 17 de junio con él Flaco (el segundo mencionado como “El Cape”). Quienes controlaban el acceso intentaron impedir el ingreso de los escoltas, pero quien los guiaba argumentó que eran “efectivos policiacos”, y así entraron.
Una vez en el interior, sentado en una especie de graderío con los dos integrantes de su comitiva atrás, terminaron de reconocerlo, desde lejos le tomaron fotografías, y circularon las imágenes entre algunos elementos de las fuerzas de seguridad, indicando que se trataba del Flaco.
Por la distancia y los pixeles, la figura se distorsionaba: se veía un hombre aparentemente más viejo de los 34 años, que conforme a los datos de las áreas de inteligencia, el detenido cumplió el 30 de mayo, con marcado sobrepeso, vistiendo camisa blanca, saco negro con bolas blancas y el cabello negro peinado hacia atrás; pero el parecido era notable.
Las fotografías llegaron a los agentes de ambos lados de la frontera que lo perseguían y ya lo tenían ubicado en la zona desde cuatro meses atrás.
LA FUGA DE LOS 300 MIL DÓLARES Y EL TELÉFONO “PICADO”
Las autoridades habían logrado intervenir el teléfono de una persona, al interior del primer círculo de confianza de Pablo Edwin Huerta Nuño, en diciembre del 2024, y ese fue el único avance que lograron tras el operativo en el que agentes corruptos permitieron la fuga del Flaquito el 17 de diciembre del 2024 de las instalaciones del Casino Agua Caliente en las instalaciones del Hipódromo de Jorge Hank Rhon.
Previamente, por carpetas abiertas, los investigadores ya habían logrado “picar” el teléfono de algunos otros sujetos de interés dentro del grupo del Flaquito; esa situación les permitió saber de la reunión de diciembre.
Ese martes 17, se enteraron alrededor de dos horas antes que, a las seis de la tarde, se realizaría una junta entre Pablo Huerta e Ismael Zambada Sicairos alias “El Mayito Flaco”, o uno de los mandos de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa. Se citaron en el que por 20 años ha sido un espacio seguro para los integrantes del Cártel Arellano: el Casino Caliente, propiedad del ex reo Jorge Hank Rhon.
Con esos datos, decidieron poner a prueba a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California, entonces a cargo del General Leopoldo Tizoc Aguilar Durán, quien después de recibir la información, con apoyo del Ejército, tardó más de dos horas en organizar el operativo con 60 efectivos, y al final llegó al casino, cuatro horas más tarde de la llegada de los cabecillas sinaloenses a la ciudad.
“No estaba la persona que andábamos buscando con las autoridades federales, que nos pidieron el apoyo”, dijo Aguilar tras un operativo torpe, en el que los agentes sitiaron el casino, sometieron a los hombres y después se dedicaron a verles la cara antes de dejarlos ir, como si todos estuvieran capacitados para identificar a los capos.
La realidad fue que por lo menos Huerta sí estaba en las instalaciones, pero elementos corruptos lo habían ayudado a escapar, tras recibir “300 mil pesos”.
De las revisiones e intervenciones ese día, los investigadores lograron ubicar un teléfono con mayor cercanía a Huerta Nuño.
TESTIGO DESPROTEGIDO Y ATENTADO
Referencias de que Huerta era un testigo protegido por la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) habían surgido desde el año 2019, cuando él y el también delincuente mexicoamericano, Roque García, se vincularon a autoridades militares en Tijuana a través del estadounidense César Eduardo Cortés.
Cortés se había presentado con los titulares de las corporaciones de seguridad de Baja California, desde el año 2016, como informante y agente encubierto del gobierno de Estados Unidos, aunque ninguna autoridad norteamericana lo reconoció.
Hace seis años, estos tres personajes se reunían y tenían residencias en el edificio New City.
Sin embargo, las versiones de esa protección se hicieron más fuertes, después que los hermanos Arzate, de la fracción de Los Mayos, del Cártel de Sinaloa, le pusieron precio a la cabeza de Huerta a inicio del año 2023, amenaza que concretaron del 20 de diciembre del mismo año, cuando Jesús Rafael Yocupicio y dos sicarios de la célula de los hermanos Arzate del Cártel de Sinaloa, lo atacaron a balazo en la Farmacia LH en el fraccionamiento Lomas Hipódromo; pero Huerta sobrevivió y cruzó a Estados Unidos.
Los reportes indican que el Flaquito recibió protección del otro lado de la frontera junto con su socio criminal, el mexicoamericano, Brayan Corona, el Apache, pero estos violaron los acuerdos al llevar su guerra interna a las calles estadounidenses en California.
Bajo la premisa que el Apache había facilitado la información para que los sicarios sinaloenses encontraran y balearan a su socio, Huerta, se registraron por lo menos tres ataques públicos.
El 17 de febrero del 2024, frente a los departamentos en Nobel Drive y Lombard Place en University City, fue asesinado Christian Espinoza Silver, de 35 años, quien hijo de Saúl Silver Quintana, traficante del CAF, asesinado el 28 de agosto de 2005.
El 26 de marzo de 2024, jóvenes de la Mexican Mafia balearon al Apache, quien circulaba, en compañía de un hijo menor, afuera del restaurante Chilis localizado en 800 Paseo Del Rey en Chula Vista, California; lo hirieron en una pierna y fue hospitalizado.
Posteriormente, a la 01:30 horas del 27 de marzo, otros matones se presentaron en el número 1300 de la calle Verona de la zona residencial de Salerno Luxury, ubicada en Otay Ranch, donde vivía Corona con su familia, y se enfrentaron a balazos con uno de sus escoltas.
Después de esa jornada de ataques, el Flaquito y el Apache se cruzaron a Tijuana y salieron del radar de las agencias de Estados Unidos, quienes desde entonces empezaron a rastrearlos y a colaborar con México, en la búsqueda de los mencionados traficantes.
Tras la captura, agentes investigadores locales, en ambos lados de la frontera, han manifestado que será interesante cuando la Fiscalía Especializada de Delincuencia Organizada (FEMDO) analice y explote la información de los teléfonos celulares de los detenidos, porque aseguran encontrarán los contactos de muchos agentes.
Aunque refirieron que la célula de Huerta Nuño recibe apoyo de varios grupos al interior de la Fiscalía Estatal, donde aseguran tiene ligas familiares, como el agente de la FGE asesinado en agosto del 2022, Hermes García Santoyo, presunto familiar directo de una de las parejas del Flaquito. Solicitaron poner especial atención en los recientes nombramientos hechos por el secretario de Seguridad del Estado, General Laureano Carrillo en la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana de Baja California, particularmente:
*El Teniente Coronel, Policía Militar, Jorge Enrique Medina de Jesús asignado a la en la Coordinación Operativa de la FESC.
*Joel Héctor Manuel Valenzuela Bernal, director de Investigación, cuñado, Francisco Vega.
*Y Roberto Cervantes Díaz, encargado del área de Inteligencia Tijuana, quien tiene en su equipo a Marco Antonio Ochoa Rodelo. Ambos elementos, señalados desde hace cinco años como parte de un “comando negro” de uniformados dedicados de manera extracurricular, al robo de drogas, privaciones, y extorsiones a criminales.
HUERTA SIN PROPIEDADES, UNA CASA VENDIDA POR LOS BELTRÁN
Como la mayoría de los criminales, a pesar de llevar una vida plagada de comodidades, Pablo Huerta no cuenta con ningún inmueble o empresa a su nombre en los Registros Públicos de la Propiedad, aunque desde el año 2020 las áreas de inteligencia de la Mesa por la Paz y Seguridad de Baja California, ubicaron la casa en la calle Del Maple no. 6279, Colonia Jardines de Agua Caliente, Delegación Centro de Tijuana, como uno de sus domicilios seguros.
Quien sí tiene propiedades a su nombre es su pareja. La señora Torres Godoy es dueña de un condominio de 91 metros cuadrados, la unidad F-401 en el fraccionamiento Sonora; el detalle de este inmueble es que antes, en octubre del 2018, había sido comprado por Ronaldo Alexiz Huerta Nuño, el joven que fue abatido el 20 de octubre del 2019 por un guardia del Grand Hotel en el piso uno de estacionamientos (E1) del negocio de alojamientos, después de pasar una noche de juerga en compañía de dos sexoservidoras y el Flaquito, a quien servía de escolta.
De acuerdo a los registros, el joven Ronaldo había adquirido en 2018 el inmueble por dos millones 338 mil pesos y cuatro meses después, en febrero del 2019, se lo vendió a la pareja de Huerta por 700 mil pesos.
La mujer también es propietaria, desde marzo del 2025, de un condominio de 120 metros cuadrados en el desarrollo residencial Adamant Toreo, en el fraccionamiento Calette.
Antes, en marzo del 2018, por un precio de un millón 730 mil pesos, Cástulo Antonio Beltrán Torres, le vendió a Kumiko Torres, “ll lote 54-A, manzana 201 del fraccionamiento Hacienda Agua Caliente, con superficie de 349.927 metros cuadrados y clave catastral CX-201-154, sin construcciones”.
Cástulo es hermano del empresario Fernando Beltrán, empresario y promotor de box, ambos propietarios de las empresas Proyectos e Instalaciones de las Américas, SA de CV (PIASA), URBACA Urbanización y Riego Baja California S.A. de C.V., y Railroad Ink, que fueron beneficiadas con miles de millones de pesos en contratos en el sexenio del gobernador panista, Francisco Vega.
Relacionados con el ex regidor del PAN, Luis Torres, quien fue detenido en Estados Unidos por 10 cargos por lavado de dinero, y llevó un proceso entre 2016 y 2017, el funcionario llegó a un acuerdo con la Fiscalía del Condado de San Diego: se declaró culpable de un delito fiscal al convertirse en un accesorio para transacciones monetarias sin la licencia requerida, lo sentenciaron a 22 horas de servicio social, tres años de libertad condicional y una multa de 675 dólares, y en diciembre del 2017 regresó a su cargo de regidor en Tijuana.
CABECILLA DEL CAF CON MÚLTIPLES ALIANZAS Y TRAICIONES
Los antecedentes criminales de Huerta Muño, datan del año 2012, cuando fue detenido en dos ocasiones: la primera vez a los 20 años por intentar sobornar a policías municipales después que fue detenido manejando un auto deportivo sin licencia; y después agentes estatales lo aprehendieron en posesión de un arma de uso exclusivo del Ejército. En ambos casos recuperó la libertad inmediatamente.
En cuanto a sus asociaciones y traiciones, el 29 de enero del 2018 fue señalado de haber ordenado privar de la libertad y golpear a un policía ministerial de la Agencia Federal de Investigación Criminal, de la hoy FGR, y hubo versiones de que el CAF le quitó su protección por problemático.
En 2019, las autoridades investigaron, sin resultados, información y el contenido de narcomantas que relacionaron a los cabecillas de células del CAF, Pablo Huerta, José Luis Escudero Escandón y el ex policía Ricardo Bozada Alvarado, con Jorge Mario Vera Ayala, ahijado de Jorge Hank e hijo de Antonio Vera Palestina (prófugo de la justicia, homicida del periodista Héctor “El Gato” Félix), y con Juan Carlos Martínez Salido, detenido en junio del 2020, así como Pablo Aguilera Peña, cuyo hijo fue capturado con 300 cartuchos en febrero del 2023.

En ese período, entre 2018 y 2019, se acreditó su alianza con células del CJNG cuando consiguió tener como operador al hoy preso, David López Jiménez, “El Cabo 20”. Actualmente, su alianza con Jalisco era a través del mexicoamericano Javier Adrián Beltrán Cabrera, “El Pedrito”.
Después, entre 2020 y 2021, tuvo un pacto de no agresión con los hermanos Alfonso y René Arzate, servidores de Ismael Zambada, el cual rompió ejecutando robos de droga, con apoyo de agentes corruptos encabezados por un ex jefe ministerial (casado con una de sus tías), por los hermanos Ruiz Domínguez (de los cuales, Armado, fue preso liberado por la FGR en el 2024), y José Alfredo Barrón Rodríguez, ex soldado de caballería que desertó de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en 2014, cuando estaba adscrito a las fuerzas militares en Matamoros.
Los hermanos Arzate y Los Rusos le declararon la guerra abiertamente a Huerta y ordenaron la muerte de los personajes criminales cercanos a su grupo; la jornada mortal inició el 30 de enero del 2023, con el asesinato de Ricardo Verber, en el estacionamiento de Plaza Galerías, y alcanzó su máxima publicada en la masacre del 20 de mayo del mismo año, en el poblado de San Vicente en Ensenada donde asesinaron a 10 personas -algunos integrantes relevantes del CAF- y 10 más resultaron heridas, incluido un adolescente, después de que sicarios baleara a un grupo de participantes en una carrera fuera de camino.
Con mantas, entre 2020 y 2021, la célula del Flaquito anunció su lealtad con los hijos de Joaquín Guzmán “El Chapo”, pero ésta se rompió a finales del 2021, cuando Huerta ordenó el fallido asesinato de Ovidio Guzmán por “un tema de faldas”; la alianza se retomó en diciembre del 2024.
Adicionalmente, Huerta protagonizó una pugna interna con Brayan Corona, después que el Apache lo responsabilizara de la muerte de varios de sus empleados criminales durante 2023, y del atentado en su contra en el 2024.
EL CARGO POR SECUESTRO
Mientras en Baja California, estado donde tiene su centro de operaciones, la fiscal María Elena Andrade reconoció en conferencia, que el Flaquito no tenía orden de aprehensión; pero su nombre había salido a relucir en algunas carpetas de homicidio y aseguró que “si descubren por medio de la investigación que algún elemento activo -en FGE- dentro de la corporación tiene o tuvo tratos directos con esta persona, tendrá consecuencias graves”.
La Federación informó que buscaban a Huerta por secuestro; se trata de la causa penal 06/2020 promovida por la Unidad Especializada en la Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas (UEITA), de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la FGR.
La orden de aprehensión se hizo pública después que la FGR detuvo a José Luis Escudero (líder de célula y cuñado de Huerta) en Quintana Roo, el 27 de enero de 2020. Entonces tramitó dos amparos para evitar ser capturado, los cuales se le otorgaron sólo en caso que el delito por el que se le persiguiera no fuera de prisión preventiva oficiosa.
Por ese mismo secuestro, aprehendieron al ex policía federal de Caminos, Ricardo Bozada Alvarado, el 11 de marzo de 2020 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, al regresar de Holanda.
En la carpeta de investigación, se reporta que la persona presuntamente privada de la libertad por estos tres líderes de célula, el 25 de agosto de 2019 en Ensenada, era la hermana de una de las parejas sentimentales de Víctor Manuel Padilla Murillo “El Chatarras” (asesinado por su escolta el 28 de agosto de 2020 en Ciudad de México), una de sus contadoras, que fue privada de la libertad, al salir de una de las empresa del mafioso, llevada a una bodega, agredida físicamente y liberada el mismo día.
Por el mismo asunto existe orden de aprehensión contra Jorge Mario Vera Ayala, quien también promovió un amparo (289/2020).
También sigue abierta la carpeta de investigación por el intento de homicidio de Ovidio Guzmán López “El Ratón”, en octubre del 2021.