La Fiscalía General de la República (FGR), a través de su oficina de Comunicación Social, por fin pudo presumir una sentencia condenatoria en contra del narcotraficante Eduardo Teodoro García Simental, “El Teo” o “El Tres Letras”, quien fuera jefe de células delictivas del Cártel Arellano Félix (CAF), y en un tiempo también vinculado al Cártel de Sinaloa (CDS), pues el personaje ya cuenta, por lo menos, con seis sentencias absolutorias dictadas en su favor, al no poder acreditarse las imputaciones que el Ministerio Público de la Federación (MPF) le formuló ante diversos jueces federales.
Esta vez, la FGR dio a conocer que el Juez Tercero de Distrito en Materia Penal en el Estado de Nayarit, con residencia en Tepic, condenó al Teo a la pena de 20 años de prisión al resultar penalmente responsable en la comisión del ilícito de delincuencia organizada con fines de cometer delitos contra la salud. En un muy escueto comunicado, el 2 de junio reciente, la dependencia se limitó a señalar que el MPF presentó las pruebas suficientes luego de una serie de procedimientos para obtener la sentencia favorable a las pretensiones ministeriales. Sin embargo, no se reveló el monto de la multa impuesta al delincuente.
Teodoro García, al que también le conocen con los nombres de Eduardo, Diego y Rubén, así como por los apodos del “Alamo 7”, “El Rojo” y/o “El Tomatero”, fue detenido el 12 de enero de 2010 en una ostentosa residencia del fraccionamiento Selva Fidepaz, en La Paz, Baja California Sur, cuando elementos de la desaparecida Policía Federal y elementos del Ejército Mexicano y la Marina, le sorprendieron en compañía de uno de sus presuntos colaboradores, de nombre Diego Raymundo Guerrero Gómez.
La FGR atribuyó a García Simental pertenecer al cártel de los hermanos Arellano Félix, de quienes era uno de los hombres de mayor confianza, dedicados principalmente a cometer delitos contra la salud y secuestro en la ciudad de Tijuana y en diversos municipios de Baja California. Las autoridades le recluyeron en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, donde quedó a disposición de jueces de distrito de Baja California, Nayarit, Jalisco, Tamaulipas y el propio Estado de México.
Los ilícitos imputados en por lo menos 18 causas penales en contra del Teo estaban relacionados con delitos contra la salud en las variantes de posesión de cocaína con fines de venta y de colaborar al fomento para posibilitar la ejecución de compra y venta de narcóticos, delincuencia organizada, homicidio calificado, privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro, tentativa de homicidio, portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y acopio de armas, entre otros. Al paso de más de 15 años, varias de las causas penales han cambiado de juzgado, circuito judicial y de número de expediente.
Teodoro es considerado como uno de los más sanguinarios criminales que han existido en México, pues al lado de sus hermanos Marco Antonio, “El Cris”, y José Manuel, “El Chiquilín”, de apellidos García Simental; así como ejecutores de la organización criminal como Rayde Rosalío López Uriarte, “El Raydel”; Ángel Jacome, “El Kaibil”; Juan Francisco Sillas Rocha, “El Sillas” o “El Ruedas”; y Manuel Arturo Villarreal Heredia, “El Nalgón”; entre otros, materializó las órdenes de los hermanos Benjamín, Ramón y Javier Arellano Félix para traficar drogas, cobrar derecho de piso, secuestrar y asesinar personas, además de deshacer cientos de cuerpos a través del llamado “Pozolero”, Santiago Meza López.
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LAS EXONERACIONES
Mientras la Fiscalía General de la República celebra la reciente sentencia condenatoria en contra del Teo, las seis sentencias absolutorias dictadas en su favor se han convertido en una amenaza para el resto de los procesos penales fincados por la conducta ilícita de delincuencia organizada, pues la defensa del ahora condenado, que seguramente apelará al fallo, está ofreciendo copia certificada de las resoluciones anteriores como prueba documental de que su cliente ya ha sido juzgado por el referido delito.
Los asuntos en los que Teodoro García Simental ha sido exonerado son: la causa penal 9/2020 del índice del Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en Nayarit, con residencia en Tepic, por delincuencia organizada; el expediente 11/2020 (antes, 316/2009) del mismo Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en Nayarit, también por el mismo ilícito; y el proceso 10/2009, del mismo órgano jurisdiccional, donde fue coprocesado del exlíder del CAF, Fernando Sánchez Arellano, “El Ingeniero” o “El Alineador”, por participar en el crimen organizado.
Otras copias certificadas de sentencias absolutorias en favor de García Simental son las de la causa penal 362/2014-A del índice del Juzgado Primero de lo Penal en Tijuana, Baja California; el expediente 125/2009-VIII del Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales con residencia en Matamoros Tamaulipas; y el proceso 300/2008-I del Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales (no se hace referencia del circuito o entidad federativa; todos por delincuencia organizada.
Vale mencionar que los seis asuntos cuentan con la correspondiente confirmación en las apelaciones interpuestas ante tribunales de alzada.
El razonamiento utilizado por los jueces que han absuelto a Teodoro es que se actualiza en su favor la prohibición expresa establecida en el artículo 23 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, respecto a que “nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito”; principio conocido por su acepción latina como “non bis in ídem”, y que tutela la prohibición de doble enjuiciamiento por los mismos hechos.
En ese contexto, para el caso de la delincuencia organizada, los hechos atribuidos al Teo o el Tres Letras, “fueron realizados en una sola actividad jurídica, con un sólo propósito delictivo y resultado, a juicio del fiscal: el de cometer delitos contra la salud; por tanto, el análisis no debe realizarse en forma individual por cada delito cometido o por cada conducta realizada por el inculpado, tendente a permanecer en el grupo delictivo, ya que se está frente a una misma secuela delictiva que dio origen a un solo delito, por el cual, ya fue enjuiciado”.
Los juzgadores precisaron que aun cuando en las diversas causas penales analizadas existían medios de prueba distintos a los valorados por cada uno de ellos, todos eran coincidentes en ubicar al implicado en una misma actividad antijurídica, con un único propósito delictivo y resultado. En el caso concreto, la participación del acusado en el Cártel Arellano Félix en las mismas circunstancias de tiempo, modo y lugar; es decir, lo ubican en la organización por lo menos desde el 2002, con presencia en Baja California, y señalaron que la finalidad principal de la organización delictiva era la comisión de manera permanente de delitos contra la salud.

TIPO DE CUIDADO
De acuerdo con un estudio criminológico realizado en el penal de máxima seguridad del Altiplano a Teodoro García Simental, al que ZETA tuvo acceso, el recluso es sujeto con alta capacidad criminal, baja adaptabilidad social y alta peligrosidad, lo que lo convierte en un preso de cuidado con alto riesgo institucional, que debe permanecer en instituciones carcelarias como en la que se encuentra bajo la seguridad del Gobierno Federal. Entre otras características se menciona que el Teo es una persona inintimidable. Para obtener el referido perfil, participaron las áreas médicas, jurídica, de criminología, psicología, trabajo social, pedagogía y seguridad penitenciaria.
El perfil criminológico establece que la capacidad de discernimiento del Teo es limitada: “Es un sujeto con expansión criminógena contaminable y umbral delincuencial bajo, mostrándose inintimidable al reproche social, siendo lábil e indiferente afectivo, toda vez que muestra escasos frenos inhibitorios, puesto que se ha hecho acreedor de múltiples sanciones disciplinarias en centro de procedencia, lo que incrementa su nocividad delincuencial, proyectándose inintimidable al medio donde se encuentra, intentando mostrarse dominante para así conseguir algún tipo de benéfico propio, siendo notoria su escasa autorregulación”.
Como factores desencadenantes de sus características criminológicas, se encuentra la obtención de satisfactores económicos de manera fácil y rápida, además de su adhesión a organizaciones delictivas por sentido de pertenencia, haciéndolo proclive a cometer delitos con mayor facilidad. Se hace mención que Teodoro tuvo inicialmente una “función de sicario dentro del grupo criminógeno; posteriormente mudó al trasiego de drogas, tras la detención de los iniciadores de la organización criminal (Arellano Félix) y al manifestar las diferencias con los nuevos integrantes de la banda criminal, específicamente con Fernando Sánchez Arellano, El Ingeniero, tomó la decisión de aliarse en apariencia con el Cártel de Sinaloa”.
Los aspectos criminógenos familiares también marcaron al ahora sentenciado, ya que tres hermanos del Teo se encuentran presos en diversas cárceles de máxima seguridad, en diversos lugares del país. Entre ellos, el mayor, Marco Antonio García Simental y/o Mario Alberto Rivera, El Cris; José Manuel García Simental, El Chiquilín; y Eleazar, de los mismos apellidos, alias “El Viejo”, quienes tuvieron funciones importantes en el Cártel Arellano Félix, entre ellos el pago de nóminas a colaboradores, empaquetado y resguardo de cocaína, cobro del derecho de piso, así como ejecuciones, secuestros y desaparición de personas indisciplinadas al grupo criminal y los enemigos.
Originario del estado de Sinaloa, “de extracción urbana, zona criminógena alta, con presencia de amistades criminocontaminantes y grupos criminógenos, García Simental se vinculó al Cártel de Tijuana o Cártel Arellano Félix y después al Cártel de Sinaloa. Como conductas parasociales, el reo admitió el consumo de alcohol a partir de los veinte años de edad y tabaco de uso ocasional. Reconoció contar con tres heridas producidas por arma de fuego “durante un asalto hacia su persona”. Sin embargo, el Teo no reconoce la comisión de los delitos que se le imputan. Su negación “se auxilia de la formación reactiva, represión y racionalización como mecanismos de defensa, para evadir responsabilidad, mostrándose manipulador e incoherente durante su discurso, denotándose suspicaz”.
Los especialistas diagnosticaron entre 2015 y 2017, periodo en el que García Simental fue trasladado del Cefereso 1 del Estado de México al Cefereso 11, en Hermosillo, Sonora, tras la fuga del narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán en junio de 2015, y su posterior reingreso al penal del Altiplano, que, dentro de la dinámica grupal, el interno adopta el rol de líder emergente. “Su agresividad es contenida, toda vez que se encuentra en entorno controlado, sin embargo, pudiera exteriorizarla, ya que el manejo de sus impulsos es inadecuado; asimismo su tolerancia a la frustración y capacidad de demora”.
LOS SUSTOS DEL TEO
Según información de las autoridades penitenciarias del sistema federal, Teodoro estuvo al borde de la muerte por lo menos en una ocasión y grave de salud en por lo menos dos veces más. La más reciente el 14 de abril de 2023, cuando fue trasladado del penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez al Centro Médico Lic. Adolfo López Mateos, en la ciudad de Toluca, para que fuese atendido de los males neurológicos que padece, situación que en diversas ocasiones motivaron su excarcelación; incluso en noviembre de 2018 hicieron correr el falso rumor de su deceso.
Desde 2017 a la fecha, familiares del Teo y el propio interno han promovido más de 40 juicios de amparos para reclamar que las autoridades penitenciarias le brindaran la atención médica especializada, medicamentos y los cuidados que requería, pues ya existía el antecedente de una intervención quirúrgica debido a una trombosis venosa cerebral. De los diversos escritos presentados en los diferentes juzgados que conocieron de los juicios de garantías, se desprendía que los familiares de García Simental se quejaban enérgicamente de que las omisiones de los funcionarios penitenciarios “por dejar morir” a su pariente.
Diagnósticos médicos de años anteriores también indicaban que padecía de hemorroides e hipertensión arterial. A mediados de 2017 el reo solicitó a un juez que le protegiera en sus derechos fundamentales porque en prisión no se le atendían sus males y cada vez se sentía peor de salud. No desaprovechaba cada ocasión en que un actuario judicial acudía a realizarle una notificación, para asentar de su puño y letra en la cédula las dificultades que iba sorteando. Hasta que el 4 de octubre de ese año fue intervenido quirúrgicamente de una trombosis en acatamiento a una orden judicial.
En diciembre de 2017 García Simental se quejaba del personal de seguridad, ya que “Cada vez que entro y salgo de mi estancia me hacen desnudarme totalmente, hasta quedar en puras trusas y me obligan a hacer tres sentadillas, lo cual aparte del abuso y humillación es gravemente perjudicial para mi salud”. Aseguraba que el 4 de octubre de 2017, durante la cirugía, fue sometido a dos heridas inguinales. “Me metieron dos mallas adentro del estómago de 10 y 15 centímetros cada una, y al hacer sentadillas me duele, y tengo el temor de que se me vaya a reventar algo por dentro, ya que tengo muy poquito tiempo de mis dos operaciones”, expresó el narcotraficante.
En marzo de 2018, ante medios de comunicación, representantes del Teo expresaron que el recluso ya casi no podía ingerir alimentos, tenía dificultades para hablar y no movía la mitad izquierda de su cuerpo. Sin embargo, se sabe que con la rehabilitación fue recuperando la movilidad.
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