A dos semanas de la reapertura del restaurante Lorca en la ciudad de Tijuana, el cuidado legal es el principal aprendizaje que reflexiona el empresario restaurantero Gerardo Ávila, luego de haber sido desalojado de las instalaciones donde trabajó por 24 años en la calle Brasil de la colonia Madero, tras perder un juicio legal de desahucio.
Luego de dos años y medio de dos pleitos legales civiles y mercantiles para evitar el aumento de 300% del cobro de renta por parte de las mexicoamericanas propietarias del inmueble, hoy lo que el señor Ávila recomienda es tener cuidado con los abogados, ante su mala experiencia al haber perdido el pleito y estar mal representado.
“En el ámbito legal, ser muy cuidadosos. Ser muy cuidadosos y checar que tus abogados cumplan con lo que supuestamente son los pasos a seguir. Lamentablemente ya no puedes confiar ni en tu propia sombra. Hay que cuidar, exactamente a tus hijos de a dónde van, con quien se juntan, hay que cuidar a tus abogados”, expresó Ávila a ZETA.
Desde el pasado 19 de junio, Ávila reabrió el concepto en una nueva ubicación, en el fraccionamiento El Prado en el espacio que antes ocupaba el proyecto Estación Prado, un restaurante de mariscos con cocina al centro y capacidad hasta para 90 personas. Hoy, aún falta la imagen española de Lorca, pero la familia está satisfecha de la reacción de los comensales que extrañaban el sazón de los desayunos, de la paella y las tapas.
“Extrañaban el sazón. Les preguntaba: “¿qué les pareció? ¿Está igual que antes?” y respondieron “está mejor” y pues nada, te queda un gran sabor de boca”, comentó Ávila.
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Con la voz entrecortada, Gerardo quiere cambiar el capítulo que dejó el pleito legal y el desalojo. “Han sido semanas maravillosas, donde el cariño de la gente ha opacado lo negativo que fue en su momento. Los videos, las conversaciones, de lo que sucedió motivaron a mucha gente de que yo recibiera muchas muestras de cariño y una de ellas fue de la persona que estaba en este lugar, que me permitiera emprender con él a Lorca, cosa que agradezco muchísimo. Las muestras de cariño fueron por todas partes, pues llegabas a Costco y te querían saludar; en otras partes hasta te abrazaban y lloraban, increíble. Esta ciudad me ha dado mucho, pero creo que últimamente he recibido más”, expresó.
Parte de las reflexiones que Gerardo Ávila quiere destacar “es la falta de oportunidades para los adultos mayores”, pues a sus 70 años sería complicado reiniciar solo; pero su talento, sazón y experiencia fincó la esperanza de sus nuevos socios para reiniciar en menos de tres semanas.
“En realidad no le importó mis 70 años de edad, pero sí he sabido de conocidos míos que más o menos tiene mi edad y que mandan sus currículums y no les hablan solo por la edad. Sabes, que no me han visto y no tengo presencia de 70 años y es difícil, por eso agradezco el favor de la oportunidad de esta persona (socio)”, dijo.