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lunes, abril 14, 2025
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ZETA: 45 años de libertad de expresión

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En las fechas importantes unos recuerdan, otros conmemoran con alegría o tristeza, pero en ZETA celebramos con especial emoción 45 años de ejercicio de libertad de expresión que en un país como México son difíciles de alcanzar por los vaivenes políticos, los movimientos sociales y los tiempos en que las violencias parecen apoderarse de todo espacio público y privado. Pese a todas esas complejidades, este medio de comunicación continúa informando con esa frescura con la que fue diseñado su eslogan: Libre como el Viento.

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Llegar a cuatro décadas y media de compartir el acontecer de la localidad, de lo que sucede en Baja California y más allá de cualquier frontera se convirtió en toda una odisea periodística que solo pudieron soñar sus fundadores, J. Jesús Blancornelas y Héctor Félix Miranda. Sueños que han materializado cada una de las plumas que han pasado por la redacción y que, convertidos en notas, reportajes, crónicas y demás géneros, se convirtieron en la luz y voz de miles de ciudadanos que como lectores forjaron su propio criterio de todo lo que se ha informado.

Son esos leyentes quienes, primero en todos los formatos impresos que el Semanario ha tenido en sus andares, después a través del portal web y ahora en dispositivos digitales móviles con productos audiovisuales o el podcast, han acompañado los momentos históricos de los que se ha informado siempre en busca de la verdad. Lectores conocedores que aprecian y exigen que los periodistas se despojen de intereses y compromisos políticos, económicos y delictivos para que esa verdad no siempre visible no sea alterada, al menos no por el mensajero.

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Con esa misión y responsabilidad, ZETA nació un 11 de abril de 1980, cuando Blancornelas sembró la semilla de lo que sería una revolución periodística, lejos de dueños mafiosos, políticos o empresarios que buscan el bien propio. El hombre nacido en San Luis Potosí en 1936 y que inició su carrera como reportero de deportes en su entidad natal y después llegó a Baja California, lo sabía en carne propia, pues pasó por todos los peldaños de una redacción y fue director de cinco diarios, siendo despedido de todos ellos por su línea editorial frontal.

Para cumplir con su anhelo de crear un periódico hecho por periodistas y propiedad de periodistas, Jesús y Héctor fundaron el diario ABC en Tijuana, cuyo primer número circuló el 10 de enero de 1977. El medio empezó a cobrar popularidad con la fina interpretación de Blancornelas sobre los fenómenos de la corrupción e inoperancia política y el estilo mordaz del “Gato” Félix Miranda para exhibir a los poderosos a través de sus columnas de opinión.

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La furia gubernamental no se hizo esperar. Desde el centro del país, el Presidente José López Portillo, y en la entidad, el gobernador Roberto de la Madrid, despojaron a los comunicadores de su medio el 1 de noviembre de 1979. Un equipo policial tipo SWAT allanó las instalaciones bajo el pretexto de un conflicto laboral y la distribución del periódico fue saboteada. Desde el exilio en Estados Unidos, don Jesús siguió escribiendo en un intento por conectar con sus asiduos lectores y en mimeógrafo se imprimía una hoja que llevaba por cabezal ABC2.

 

EL DEBUT Y EL NARCOTRÁFICO

En 1980, Blancornelas y Félix concertaron el lanzamiento de ZETA. Hablaron sigilosamente con un grupo reducido de reporteros y voceadores independientes para incorporarlos al proyecto, del que estaban muy atentas las autoridades para impedir a toda costa su aparición. El 11 de abril de ese año, ZETA se publicó desde una imprenta en California, evadiendo de esa forma la censura gubernamental que mantenía un estricto control sobre la papelera paraestatal PIPSA. El periódico impreso cruzó la frontera, y, aunque los periodistas eran vigilados, no se pudo impedir su circulación.

Los primeros números eran publicados en cuatro pliegos de papel en el formato tradicional. Don Jesús explicaría en sus textos que “del ABC nos vamos a la Z”, de ahí el nombre del medio de comunicación, y aseguraba que se fue a la última letra del abecedario y no necesitaba más porque ahora iba por la permanencia. Contra todo pronóstico de la época, el periódico se estabilizó, pasó a convertirse en un tiempo en bisemanario y mutó al entonces novedoso formato tabloide. Vino el crecimiento y regresó a semanario para aumentar número de páginas y llegar a la anhelada permanencia. Hoy, ¡45 años!

ZETA es testigo de los cambios de la política mexicana y la evolución democrática, de los problemas de frontera con el país más poderoso del mundo, de las distintas caras del fenómeno migratorio y de las historias exitosas de múltiples personajes, pero también del desarrollo del narcotráfico y del crimen organizado, de los magnicidios, de la industria del secuestro y el surgimiento de la narcopolítica.

La edición del Semanario publicada el 20 de septiembre de 1985, marcaría un hito en el periodismo al anunciar en portada “La mafia invade Baja California”, en claro señalamiento a la familia Arellano Félix que ya controlaba el territorio del tráfico de drogas y sería conocida como Cártel de Tijuana. Ahí se denunciaba con nombres y referencias cómo los narcotraficantes habían cooptado a funcionarios del gobierno estatal que encabezaba Xicoténcatl Leyva Mortera. Fotógrafos y reporteros captaron los momentos de trafiques y participación de patrullas de la entonces Policía Judicial del Estado en el “pastoreo” de los contrabandistas.

El Ejército Mexicano descubrió en aquel entonces un almacén repleto de marihuana resguardado por elementos de la Policía Municipal de Tijuana. Los dueños del cargamento eran los hermanos Arellano Félix, que ya consolidaban su imperio por toda la zona del Pacífico, desde Chiapas hasta la Unión Americana, pero impactaban en las juventudes bajacalifornianas con el consumo de drogas. Esa edición de ZETA, con un tiraje de 20 mil ejemplares, se agotó en unos instantes tras salir a su venta, pues los narcotraficantes los compraron para que nadie leyera la noticia. Hubo reimpresión, pero ahora el título decía “¡Censurado!”.

Foto: Ramón Tomás Blanco Villalón

SANGRE DE PERIODISTAS

El tipo de reportajes y las columnas de opinión en ZETA comenzaron a causar resquemor en el grupo criminal predominante y policías protectores de esa mafia. La madrugada del 1 de marzo de 1987, las oficinas del periódico en el fraccionamiento El Paraíso fueron ametralladas por sujetos que viajaban en una camioneta color café. Fue sólo un aviso de lo que habría de ocurrir el 20 de abril de 1988, cuando fue asesinado el codirector fundador, Héctor “El Gato” Félix Miranda, autor de la columna Un Poco de Algo. Sus asesinos: miembros del grupo de seguridad de Jorge Hank Rhon, concesionario del Hipódromo Aguacaliente, empresario que era criticado constantemente por el periodista.

El golpe caló hondo en el ánimo de ZETA, pero sólo potenció el espíritu guerrero de sus periodistas para darle la batalla a corruptos y delincuentes. Desde entonces, el Semanario publica cada siete días, sin faltar, una plana titulada como la columna de Félix Miranda, con su foto, preguntando a Hank: “¿Por qué me asesinó tu guardaespaldas Antonio Vera Palestina?”, y menciona a todos los gobernadores que han desfilado hasta la fecha con el reclamo “No quisieron ordenar la captura de los que planearon asesinarme”.

El 27 de noviembre de 1997, los hermanos Arellano Félix ordenaron a sus sicarios acabar con la vida de J. Jesús Blancornelas. El atentado se perpetró no muy lejos de las instalaciones del periódico, cuando el codirector circulaba a bordo de una camioneta tipo SUV manejada por su escolta y amigo Luis Valero Elizalde, quien al momento de la agresión lanzó a su protegido al piso y se sacrificó, muriendo acribillado. El sujeto que encabezaba a los sicarios pereció desangrado al ser alcanzado en un ojo por la esquirla de un proyectil disparado por uno de sus propios pistoleros, que impactó primero una estructura de metal. El periodista resultó herido de gravedad, pero sobrevivió. Desde entonces, militares se dedicaron a cuidarlo.

En sesión del Consejo Editorial, el 28 de febrero de 2006, Blancornelas, que ya se sentía disminuido físicamente por una enfermedad que le consumía, determinó renunciar a la dirección del periódico y designar en su lugar a la mancuerna de Adela Navarro Bello, experimentada periodista que se forjó desde joven en la misma redacción del medio, y César René Blanco, hijo de don Jesús, quien debido a las complicaciones de su padecimiento falleció el 23 de noviembre de 2006 en un hospital de Tijuana.

Las muertes no pararon ahí. El 22 de junio de 2004 fue victimado a balazos el editor Francisco Ortiz Franco, abogado y periodista que atendía a la perfección fuentes ministeriales y judiciales. Sujetos lo esperaron en un día de descanso, cuando acompañado de sus hijos, entonces menores de edad, acudió a consulta médica. Uno de los sicarios le disparó a través del cristal de su auto estacionado, privándolo de la vida delante de los niños. Ortiz había publicado en la edición del 14 de mayo de ese año, un reportaje titulado “Más de 70 mil dólares costaron credenciales a sicarios del CAF”, mostrando fotos con los rostros de más de 70 presuntos criminales, algunos de ellos identificados con sus nombres.

El más reciente de los crímenes relacionados con este medio fue el homicidio del fotorreportero Margarito Martínez Esquivel, el 17 de enero de 2022, en Tijuana. El colaborador se encontraba en su automóvil cuando fue sorprendido por los asesinos, que semanas después serían detenidos y reconocieron haber recibido 40 mil pesos a cambio de ejecutar a Margarito. Los criminales fueron sentenciados a permanecer 25 años en prisión y  pagar 486 mil 950 pesos por concepto de reparación del daño.

Las amenazas no han cesado y en distintas épocas se han manifestado hacia el Semanario y sus directivos. Desde miembros del Cártel Arellano Félix, hasta el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han hecho patente su animadversión hacia el trabajo periodístico, información que incluso ha sido captada por áreas de Inteligencia de las autoridades de seguridad en Baja California.

ZETA tampoco ha sucumbido ante las adversidades económicas que ha atravesado el país, y desde septiembre de 2022, ya se imprime en México, después de que la imprenta AWO, con sede en San Diego, California, Estados Unidos, fue absorbida por una compañía en Anaheim. El Consejo Editorial del periódico cambió la estrategia.

En esas condiciones llegamos a este cumpleaños número 45, siempre con la intención de brindar la mejor y más veraz información a nuestros fieles lectores. Gracias por su lectura y todo su apoyo, porque sin ustedes, no estaríamos hoy aquí. Gracias, de verdad.

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Autor(a)

Luis Carlos Sáinz
Luis Carlos Sáinz
Reportero desde 1989 en W Radio, Promomedios Radio, TV Azteca, Canal Ocho, Grupo ACIR, Ocho Columnas, Associated Press y ZETA; Consejero Editorial en Mural 2010-2011. Autor del libro Rejas Rotas.
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