En la Iglesia de Tijuana hay tranquilidad y confianza en el rumbo del catolicismo tras la muerte del Papa Francisco, ocurrida durante la madrugada de este lunes 21 de abril de 2025. La paz la intenta fomentar el líder local de la Iglesia católica, el arzobispo Francisco Moreno Barrón, quien recibió una quimioterapia como parte del tratamiento contra el cáncer que enfrenta y, tres horas después, programó una misa en memoria del Santo Padre.
La capilla de la Catedral de Tijuana estaba llena. Los fieles caminaron entre la obra negra del magno proyecto en construcción para llegar al templo, rodeado de nichos, con un vitral que muestra la silueta de Jesucristo con los brazos extendidos y el retrato oficial del Papa Francisco, con el rostro de sus primeros años en el Vaticano. La misa inició a las seis de la tarde, con 88 campanadas, correspondientes a cada año que Jorge Mario Bergoglio celebró la vida.
“Yo me fui a dormir temprano, como a las 10, pensando que me tenía que levantar muy de madrugada para ir a mi quimioterapia de esta mañana y, pues, no podía conciliar el sueño. Me daba vueltas para un lado y para otro, y no sabía qué era. Dos veces me levanté y, bueno, por fin en la madrugada, un poco después, la noticia del Papa… me dan la noticia y me puse a preparar un pequeño saludo, comunicado, que ya conocen y está en el portal de la Arquidiócesis. Y en mí decía que yo creo que es la experiencia de vivir este momento con el Papa, que estaba probablemente en agonía”, reflexionó.
“Y hoy ofrecí mi quimioterapia por él a las ocho de la mañana, y temía no poder venir aquí, porque terminé a las dos de la tarde la quimio. Y, sin embargo, estoy sorprendido de cómo estoy, me siento… no sé qué está pasando dentro, pero físicamente me siento muy dispuesto a estar con ustedes, para vivir con la Diócesis este acontecimiento y que sientan la presencia de su Obispo al frente para celebrar la misa”, explicó Francisco Moreno Barrón.
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Monseñor Moreno Barrón reconoce que los cambios en la Iglesia católica son lentos, y que los once años de liderazgo del Papa Francisco fueron la base para lo que está por venir. Uno de los símbolos con mayor carga social fue la apariencia del pontífice y el crucifijo que usaba, uno que reflejaba su doctrina jesuita y su cercanía con los fieles.
“Ustedes ven que siempre traigo el vector de Cristo sacerdote crucificado. Hoy me lo cambié. Hoy me puse este que es muy sencillito, de los que ofrecen los vendedores frente a San Pedro. Y es el que el Papa trae, es el del Buen Pastor que lleva en sus hombros una oveja y alrededor van los demás”, explicó el arzobispo Moreno Barrón.
Moreno Barrón continuará como arzobispo de la Iglesia católica en Tijuana durante su tratamiento contra el cáncer, que actualmente le ha dejado secuelas en la garganta, dificultándole alcanzar un alto volumen de voz. En dos meses tendrá su siguiente revisión médica especializada en la Ciudad de México.