Con 25 años de experiencia en seguridad pública y procuración de Justicia, José Alejandro Avilés Amezcua fue designado como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana.
Entrevistado por ZETA respecto a su conocimiento de los cárteles de drogas como protagonistas de la inseguridad en la ciudad fronteriza, se limitó a responder: “No somos ignorantes de la información que corresponde a todos los generadores de violencia de la ciudad en sus formas y organización, de verdad que no somos ignorantes. Tenemos que formar estrategias, siempre prevaleciendo el propósito y naturaleza, sobre todo ámbito legal de nuestra corporación”.
De la misión de la policía que encabezará, agregó: “Sacar a los malos de las calles, atajar el problema urbano, darle paz a la ciudadanía a través del instrumento del Estado; en este caso, el Municipio”.
Declaró que, desde el ámbito preventivo, realizará trabajo de inteligencia y la compartirá con las otras corporaciones y espera reciprocidad.
Asimismo, anunció que, en su labor en Tijuana, será acompañado de personal especializado de sus confianzas que llegará de la Ciudad de México. También informó que actualmente está haciendo un diagnóstico de “todos aquellos indicadores de corrupción, mal funcionamiento, mala praxis, baja productividad; tenemos que entrarle de lleno a eso”.

Con 48 años recién cumplidos el 10 de marzo pasado, por necesidades del servicio, José Alejandro Avilés Amezcua dejó el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en CDMX, y fue enviado para encabezar la seguridad pública de Tijuana.
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Dijo que la invitación se la hicieron en la Ciudad de México con una semana de anticipación, y el 11 de marzo, el Cabildo de Tijuana ya estaba aprobando su nombramiento como propuesta única a la secretaría de seguridad municipal, tras la repentina salida de su antecesor, Juan Manuel Sánchez, también enviado por el Gobierno Federal apenas cinco meses atrás.
Avilés reiteró lo expuesto en su currículum, que conoce el trabajo de calle porque se desempeñó como policía municipal al inicio de su carrera en Jalisco.
“Hice tareas de calle, robos, asaltos, hasta borrachitos… y después me propusieron ser director de Seguridad Pública de la Zona Norte de Jalisco. Fui inclusive coordinador de diez municipios; como director municipal… de manera que trabajé perfectamente temas municipales, implementamos una Academia de Policía, manejamos una Subdirección. En aquel entonces el puesto estaba bastante largo, porque era director de Policía, encargado de Prevención del Delito, Protección Civil y Reclusorios”.
También destacó que conoce Tijuana porque estuvo en el municipio como parte de la Agencia Federal de Investigación (AFI) entre 2002-2003, “el primer encargo que tuve por parte de la FGR fue una Unidad de Atención a Narcomenudeo que existía en el 70-76”. Pero no estuvo en la entidad durante la primera crisis de inseguridad entre 2006 y 2010, “ni trabajando ni como visitante; fue cuando entraron en pugna los grupos internos” comentó.
Después fue desplegado en varios estados por la Fiscalía General de la República, hasta 2006 cuando aceptó integrarse a la Policía Federal donde estuvo en una subdirección de investigación y renunció en 2012 porque “había presión por parte del gobierno americano… le exigía al gobierno, en ese entonces de Felipe Calderón, tomar medidas dramáticas para la justificación del Plan Mérida; eso significaba que algunos elementos tuvieran que ser presionados al despido y demás. A muchos de nosotros no nos pareció en ese momento el trato y optamos por voluntariamente retirarnos hasta que esto cambiara”.
Posteriormente, regresó a la ciudad fronteriza: “Cuando reingresé es en 2017 y nuevamente me consideraron para venirme a la ciudad de Tijuana por parte de FGR, también estuve en Mexicali hasta 2018”.
— ¿Desde cuándo tiene relación con Omar García Harfuch?
“Directa nunca la tuve; con quien tuve relación desde la Policía Federal, desde 2008, fue con el maestro Francisco Almazán Barocio- ex titular de la Policía de Investigación de Ciudad de México en el gobierno de Claudia Sheinbaum y actual titular del Centro Nacional de Inteligencia-, orgullosamente un buen ser humano, un buen colega, un buen jefe.
— A usted lo envían desde México, como parte de la política de coordinación federal. ¿Quién le llama y le dice que va a Tijuana?
“En CNI empiezo a desempeñar tareas de Inteligencia y soy enviado a un curso que se denomina Coordinadores de la Estrategia de Seguridad a Nivel Nacional; estando en ese curso se nos encomendó la tarea de llevar a cabo esta estrategia de las formas en que fuera necesario, y a partir de que el mando lo considera estratégico. Entonces, ésta es una posición precisamente en virtud de tratar de aportar a Tijuana el tema de consolidación de la estrategia”.
— ¿Cuál fue la instrucción?
“En primer lugar, venir a ponerme a las órdenes del presidente municipal, y todos estos conocimientos, toda la normatividad, el tema esquemático, estratégico, técnico, jurídico, operacional, ponerlo al servicio de la sociedad tijuanense.
— ¿Le dieron periodo de tiempo? Porque el anterior secretario también venía con esas ganas y duró cinco meses.
“Lo que les puedo decir de mi parte, es que no tengo tiempo de vigencia aquí; espero dar resultados y que esos resultados me mantengan”.

— ¿Cuáles son sus metas a corto, mediano o largo plazo?
“Estamos hablando por lo menos de los ejes de la estrategia nacional. Dentro de esos ejes encontramos uno en particular, dedicado a los policías principalmente, que es la coordinación institucional. De ahí hay algunos otros ejes que son más complejos; por ejemplo, la atención a las causas… es complejísimo, esperamos que la información recaudada en la seguridad pública dé datos para la generación de políticas públicas”.
— ¿Hará trabajo de Inteligencia, entonces?
“En el tema de Inteligencia es un universo enorme de datos significativos que nos permita de una forma categorizar, tener prospectivas, indicadores de peligro; para nosotros va a ser importante en el tema de prevención, porque eso nos va a dar la pauta a levantarnos, a tener nueva prospectiva”.
— El anterior secretario estaba trabajando en la conformación de un grupo de policías municipales con capacidades procesales; ¿usted continuará?
“Es algo que tengo que dialogar con el presidente, sobre todo, en los términos de presupuesto. Veo positivo, si el policía de la Secretaría de Seguridad de Tijuana se especializa, sabemos procesar lugares de intervención, del cual se tienen que tomar registros o datos indiciarios para una posible resolución judicial. Mientras más capacidades tenga para procesar el lugar va a ser muy difícil que se nos caigan los temas”.
— ¿Y el área de Policía Cibernética?
“Hay que impulsarla… esa área tenemos que desarrollarla al máximo… en este momento tenemos muchos ataques cibernéticos – temas de extorsión, daños patrimoniales etcétera- y poca legislación… sin embargo, necesitamos un avance para que aparezcan en los códigos penales… ese camino está bastante complicado en este momento”.
— ¿Cómo recibió la corporación?
“Acabamos de firmar ahorita el acta de entrega-recepción, y estoy en este momento checando cuáles son la herencia institucional que recibí. Tengo que entrar en un diagnóstico exprés, inmediato, para saber con qué cuento”.
— ¿Conoce a la base de los policías?
“Estamos en este momento recibiendo una institución, no sólo no conozco a la base, no conozco a nadie. Como funcionario principal de esta secretaría, debo establecer rápidamente ese reconocimiento, ese diagnóstico; y todos aquellos indicadores de corrupción, mal funcionamiento, mala praxis, baja productividad, tenemos que entrarle de lleno a eso”.
— En Baja California, la Policía de Tijuana es una de las que mayores resultados da, pero también es una corporación con altos índice de corrupción…
“La corrupción históricamente, culturalmente, desde que empezaron a formarse los instrumentos de gobierno, de investigación, de persecución, desde entonces hemos tenido históricamente estos fenómenos de corrupción; es un tema muy arraigado en la cultura no solamente de este país, a nivel mundial. La corrupción es un tema que tenemos que comprender muy bien, pero no nomás comprender: combatir”.
“Aquí es algo en lo que le vamos a entrar, porque debemos tener confiablidad en nuestros policías, pero entrarle significa entrar en áreas de oportunidad que pueden ser bastante discrecionales. ¿Qué tenemos que hacer? Implementar un método y apoyarnos en los métodos, en los mecanismos que nos permiten tener o no confiabilidad en los elementos, pero les quiero comentar algo que he aprendido a lo largo de mi carrera. De pronto podemos tener Exámenes de Control y Confianza, un examen toxicológico, una entrevista con una psicóloga que tiene la mejor voluntad de tratar de extraer aquellos rasgos de confiabilidad del elemento. Y podemos tener un elemento que pasa un examen, pasa otro examen, otro examen, y sin embargo, sale y toma una decisión. ¿De qué estamos hablando? la corrupción es una decisión personal, multifactorial, de motivación ulterior o interior. Justamente estamos hablando de dos etapas: realizar todos los métodos y procesos necesarios para tratar de prevenir la corrupción, y cuando ésta se da, necesitamos ser contundentes y darle a ese elemento procesalmente lo que la norma nos marque. Llevarlo inclusive hasta la justicia, de ser así, de ser necesario y de comprobarse, salvaguardando sus derechos como ser humano y como trabajador”.
“¿A qué voy con esto? El universo para la atención de la corrupción es un proceso que tiene principio, centro y final, y esto tiene que ser un ciclo permanente. No podemos dejar un ciclo inicial y dejarlo morir; tenemos que hacer un programa inicial aquí y un programa intermedio, y un programa intermedio, porque no va a tener un fin, hay que constantemente estar teniendo este proceso de manera cíclica. Es la única forma que vamos a garantizar que la mayoría de nuestros elementos cumplan, en primera, con la norma, y en segunda, con las expectativas que se tienen de confianza con la ciudadanía”.
— ¿Hace falta legislar para que los procesos de formación, capacitación, sean institucionales? Porque el anterior secretario llegó con una idea y usted con otra.
“Es muy importante para que el camino sea una ruta básica, pero la ruta puede tener variaciones, por la mutabilidad del fenómeno delictivo, la capacidad de adaptabilidad es a nivel estratégico. Siempre van a ver ustedes modificaciones en las estrategias, y eso es algo que tenemos que permitirlo como sociedad”.
Respecto a la ruta básica, Avilés habló de “lograr la consolidación de manuales de operación; ese es un gran proyecto que tenemos que echar a andar y un compromiso de un servidor”.

— ¿Le dieron alguna misión especial en el tema homicidio?
“Sí, efectivamente. En las gráficas anteriores que estuvimos analizando de todo el país, detectamos un alza preocupante aquí en Baja California, sobre todo en Tijuana”.
Luego destacó la necesidad de analizar el triángulo de la criminodinámica (“la víctima ideal, delincuente motivado y circunstancia favorable”), pero no refirió misiones o acciones específicas.
— También tiene que ver con la impunidad…
“Y entra perfectamente en la motivación de la persona” agregó el secretario ante el recordatorio de este Semanario.
— Pero más allá de las características psicológicas y físicas de los criminales en Tijuana, tenemos la problemática del narcotráfico/narcomenudeo, la extorsión y el secuestro, una ciudad que los cárteles de Sinaloa, de Jalisco Nueva Generación, y lo que queda de los Arellano Félix se han repartido; su expertise es la inteligencia, ¿cuál será su trabajo específico?
“Si bien es cierto, estas personas están operando, tenemos que tener muy claro: esta Policía, normativamente cuál es su obligación, y es la prevención, mayormente, con aquellas atribuciones que de pronto los regidores a través de Cabildo le puedan otorgar a esta Policía, y esas facultades que nos puedan dar una mayor amplitud de operación, eso estaría muy bien”.
— No se puede limitar; ya tenemos una fiscal estatal, que dice que no es su competencia cuando el principal problema de Tijuana es el narcotráfico y el narcomenudeo. Parte de la prevención de la Policía Municipal es patrullar la ciudad donde hay muchas tienditas de droga; ¿no es su competencia?
“Es importante transmitirle a la ciudadanía que las competencias son lo que fundamentan el camino de la ley; si una institución no hace lo que le compete, corremos el riesgo de que, a otros niveles ya jurisdiccionales, las cosas se caigan”.
— En Tijuana es común que la policía municipal detenga homicidas en flagrancia, minutos después de cometer los delitos; ¿lo seguirán haciendo?
“Cualquier persona que transgreda las normas, es obligación de la Policía Municipal atenderlo”.
— Y el Gobierno de México, ¿es parte de la instrucción, la reducción de la incidencia homicida?
“Vamos a formar parte de una estrategia colectiva, coordinada para atajar cualquier problema, no solamente la incidencia de homicidio”.
— ¿Qué conoce de la incidencia delictiva de Tijuana?
“Bueno, tenemos bastante información de la que en otros ámbitos hemos estado empapándonos, datos, datos que tengo que matchear con datos locales, definitivamente hay que contrastarlos. La denuncia es importantísima para nosotros, lo es todo”.
— ¿Cómo va a designar a un director de la Policía?
“Es algo que tengo que comentar con el presidente, ahorita tenemos que funcionar como estamos”.
— ¿Traerá gente de fuera para Inteligencia, que es su expertise?
“Sí, tenemos gente invitada, estoy en espera de su respuesta a que se incorporen. Es una de las preguntas que de manera personal se las hice a nuestro ciudadano presidente, y comentamos desde un principio que su servidor estábamos para apoyar y todo, pero también si me era factible invitar personas especializadas en Inteligencia, que hubieran colaborado conmigo y estas personas tuvieran un perfil confiable, si era posible invitarlas, y me dijo que sí”.
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