De la vida de William Omar Landrón se conocen varios datos. Nacido en 1978 en Santurce, San Juan, Puerto Rico, ese joven boricua que después se educaría en Villa Palmeras, uno de los sectores menos favorecidos del país; no se imaginaría entonces que décadas después se convertiría en uno de los grandes de la música urbana, y cuya gira actual “Back to Reggaeton Tour” es una celebración a la resiliencia e impacto de Don Omar en Latinoamérica.
A los 12, William Omar componía sus primeras canciones y poemas. A los 14, vendía drogas para vivir.
“Ese era mi trabajo… Yo trabajaba dentro de un punto de droga, vendía drogas, hacía un turno todos los días de ocho horas, y además consumía alcohol para aguantar las jornadas… Pero a los 16 mis dos amigos murieron en un atentado a disparos, yo era el tercer ocupante del automóvil. Éramos niños”, confesaría el cantante.
Momento en que se acercaría a la Iglesia de la Restauración en Cristo, dato curioso que todo fan del cantante y compositor conoce, pues en esta etapa fue pastor de la iglesia, pero donde además la música continuó acompañándolo por cuatro años a través de los coros religiosos, enseñanzas y aprendizajes que en la actualidad continúan en sus discursos sobre convertir la música en “un arte a largo plazo”.
“La Biblia dice que la fe viene de oír, oír y oír. Siento que no tengo un trabajo dentro de la industria, sino que lo mío es programar a otros seres humanos para que sientan las cosas que yo quiero transmitir, compartir vivencias y emociones, esas historias del barrio que hablábamos al inicio. La única forma de aprender es escuchando”, comentó recientemente.
Fue en 2002 cuando finalmente Don Omar vio su inicio formal en la industria cuando Héctor El Bambino lo escuchó y apadrinó, generando un éxito inimaginable que lo posicionaría como “El Rey” o “The King of Reggaeton”, con una trayectoria de dos décadas que también incluye emprendimientos, actuación, voluntariado y una humildad que se mantiene a pesar de llenar estadios.
Publicidad
LA TRASCENDENCIA DE DON OMAR
Desde “The Last Don”, el boricua no paraba, por lo que en 2017 sorprendió al anunciar su retiro de la música, decisión derivada de una conclusión de contrato, tiempo que invirtió en su familia, y que al volver a presentarse, no cabía en sí de la emoción con cada concierto en que los fans coreaban como si nunca se hubiera ido. Regreso que eventualmente desembocó en el “Back to Reggaeton Tour” el año pasado, tras presentaciones en varios festivales.
“Yo soy el producto de lo que he caminado, de mis golpes, de mis tropiezos”, ha reiterado el Don, para quien 2024 sería otro año de cambios al revelar un diagnóstico de cáncer renal.
“Fue un año difícil, pero me hizo probarme como ser humano. Yo pasé el peor momento de mi vida… pensaba que me iba a morir”, revelaba ante programas televisivos sobre un tratamiento médico que duró un año y que reafirmó su agradecimiento con la vida: “Aquí estaré hasta el momento en que me toque, y hasta el momento en que me toque, quiero vivir”, entusiasmo notorio en una gira que mañana sábado 29 de marzo llegará al Estadio Caliente en Tijuana.
Junto a Tego Calderón y Daddy Yankee, Don Omar es considerado pionero de la música urbana de la “old school”, figuras claves para posicionar al reggaetón a nivel internacional; entre éxitos como colaboraciones con contemporáneos y nuevos artistas, si algo ha definido a los tres es su trascendencia en el género: “Cuando la palabra no existía en el radar, ni a Tego ni a Daddy nos dijeron ‘ustedes son tendencia’. Nosotros teníamos claro lo que buscábamos: queríamos trascender. Tengo la oportunidad de ver en mis conciertos a la señora de 60, pero también al chavito de 20. Eso hace que no tenga celos de la palabra tendencia: no me llama nada. Creo que he logrado trascender, crecer con muchas generaciones, quienes me siguen apoyando y escuchando mi música. Me deja en claro que he logrado inspirar a otros, pero sobre todo, que he cumplido la misión de abrir camino”.
Finalmente, como bien señaló el boricua al recibir el reconocimiento de la Universidad de Madrid por su rol en el género, “la música urbana se trata de hacer resonar la voz del cambio social en todo el mundo. Inspirados en nuestras ricas raíces caribeñas, hemos creado melodías que resuenan profundamente, especialmente con la juventud. La música rompe todas las barreras”, concluyó.
Las cuales sin duda se romperán en Tijuana con su único concierto en la región bajacaliforniana.
grc81f
hu0yr5