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lunes, febrero 10, 2025
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Los anexos del crimen

Wendy Coral, activista de Derechos Humanos, vivió los peores días de su vida al ser privada ilegalmente de la libertad por problemas con su propia familia y ser llevada a dos diversos centros de rehabilitación para la atención de adicciones, donde permaneció oculta contra su voluntad durante 12 días en condiciones infrahumanas, hasta ser rescatada por la Fiscalía del Estado de Jalisco, que a pesar de la evidencia de un presunto delito, no detuvo a persona alguna en el último anexo, y a la fecha, la denuncia para detener a los presuntos responsables de la conducta de desaparición forzada no ha prosperado.

Alejandro, pareja de Wendy, se movilizó para reportar los hechos registrados el 30 de diciembre de 2024 al Oriente de Guadalajara. Autoridades estatales y federales se rehusaban a aceptar la denuncia, ya que el angustiado varón señalaba que se trataba de un secuestro, lo que para el Ministerio Público era un aparente “chisme familiar”. Una vez que el denunciante daba pruebas de lo acontecido y avanzaron las pesquisas, se logró ubicar a la mujer y sacarla del sitio donde se encontraba.

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El móvil para mantener encerrada a la activista fue para obligarla a firmar escrituras de un predio y endosar facturas de vehículos de su propiedad, producto de la herencia que le legó su difunto esposo, a favor de sus hermanos y su madre, quienes tenían necesidad de obtener dinero para pagar una deuda, declaró Alejandro. Luego de ser rescatada, Wendy grabó un video en el que asegura:

Estuve privada de mi libertad en dos anexos diferentes donde me torturaban. Fui amarrada. Estuve amarrada debajo de una litera, desnuda, ahí mismo me oriné, defequé, estuve durante tres días amarrada y amordazada. Y, después de ahí, me automedicaban, me mantenían dormida, me juzgaban de loca. Ya fiscalía me hizo un antidoping, con el que se demostró que yo no he consumido ningún tipo de sustancias ilícitas y los únicos responsables (son sus hermanos). Y estuve ahí en los anexos, privada de mi libertad”.

La víctima agregó que en esos centros de rehabilitación hay otras personas recluidas en contra de su voluntad y en condiciones similares a las que ella padeció.

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Casos como el de ella se han presentado a lo largo de la República Mexicana, donde se estima que por cada centro de rehabilitación autorizado legalmente, existen tres o cuatro más que operan en clandestinidad y con frecuencia son escenario de homicidios, suicidios, riñas, torturas y toda clase de vejaciones, sin que autoridades sanitarias o ministeriales intervengan, lo que llega a ocurrir cuando trasciende un escándalo mediático o una tragedia; entonces se elaboran censos, clausuras y regularizaciones de ese tipo de establecimientos.

Recientemente, en el Valle de Mexicali, Baja California se presentaron dos altercados en un mismo centro de rehabilitación, en el que familiares habían denunciado maltrato y agresiones físicas en contra de los internos. El 25 de enero, un operativo de la Fiscalía General del Estado (FGE) provocó que decenas de los anexados, a quienes se les realizarían entrevistas, se fugaran. Unos se fueron a sus domicilios y otros salieron con rumbo desconocido. En ese lugar, pero en la sección femenil, se reportó un incendio tres días después, presuntamente ocasionado por las propias internas, de las cuales huyeron por lo menos 30 de un total de 60.

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BAJA CALIFORNIA

Cálculos de las autoridades sanitarias estiman que en la entidad operan más de 500 centros de rehabilitación para personas con algún tipo de adicción, de los cuales sólo poco menos de 300 se encuentran registrados. Durante 2024, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) verificó 140 de los locales que ofrecen el servicio y asistencia para la deshabituación del consumo de drogas, siendo clausurados 30 de los mismos por no contar con autorización, o por anomalías e incumplimientos con la normatividad que los regula.

El año próximo pasado ocurrieron agresiones a balazos y se reportaron desapariciones en algunos anexos de Tijuana, tal y como lo documentó ZETA. Uno de los hechos más graves aconteció la tarde-noche del 4 de marzo en el centro de rehabilitación Clínica Jireh, localizado en Calle Octava esquina con Jesús Carranza de la colonia Libertad, hasta donde arribaron sicarios para consumar una presunta venganza, con saldo de cinco personas lesionadas a balazos, una de las cuales -al parecer objetivo del ataque- falleció posteriormente.

Los asesinos huyeron en un auto Honda Civic negro y un Mustang blanco.

Foto: sisifos de Nicolás Gutiérrez Wenhammar; Santiago Mohar Volko

Investigaciones de las autoridades establecieron que el fallecido, de nombre Aarón Alexis, se encontraba anexado desde un mes antes del atentado y formaba parte de una red de narcomenudeo que operaba en la Zona Norte de Tijuana; tenía por lo menos 13 caídas a la cárcel municipal por posesión simple de drogas, pues también era consumidor. El día de los hechos, la víctima y otros pacientes estaban sobre la banqueta cuando llegaron los agresores y dispararon en más de 20 ocasiones, de acuerdo con los casquillos calibre 9 milímetros colectados por peritos en el lugar, resultando heridos también Lázaro, , Gilberto, José y Daniel.

En estos establecimientos también se reportan desapariciones como la de siete personas el domingo 22 de septiembre de 2024 del Centro de Rehabilitación NACER Matamoros, quienes salieron por su propia voluntad, llevándose un vehículo y dinero propiedad de la institución. Familiares de algunos de ellos denunciaron su ausencia ante las autoridades, al localizar la unidad robada en la colonia 10 de Mayo. Días más tarde, trascendió que parientes de algunos de los chicos habían recibido comunicaciones por parte de ellos, asegurando que se encontraban bien y no deseaban regresar al anexo.

El jueves 28 de noviembre, Gonzalo Virgen Murguía, de 49 años, oriundo de Jalisco, fue baleado al interior del centro de rehabilitación Amigos para Siempre, ubicado en Calle Abetos de la colonia Ciudad Jardín en Tijuana. Por lo menos dos sujetos que vestían ropa de colores oscuros ingresaron pasadas las 19:30 horas para disparar al abdomen de la víctima, quien fue atendida por socorristas de la Cruz Roja y trasladada a un hospital. Los agresores escaparon corriendo, mientras que en el sitio se localizaron tres casquillos percutidos por arma de fuego. El baleado sobrevivió.

En cuanto a hechos recientes registrados el 25 de enero de 2025 en el Centro de Rehabilitación CIDA, AC en Avenida Torre de Castilla en el Ejido Cuernavaca del Valle de Mexicali, donde escaparon decenas de internos en los momentos que agentes de la Fiscalía General del Estado realizaban un operativo de supervisión, se sabe que familiares habían denunciado previamente maltrato y agresiones físicas, dato que ya tenían confirmado tanto la Coepris como el Instituto de Psiquiatría de Baja California (IPBC).

Cuando algunos de ellos iban a ser entrevistados, decenas salieron con todo y sus cosas a la calle, iniciándose una persecución, reteniendo a algunos de ellos. El resto se marcharon a casa y otros lugares.

En el mismo centro, pero en el área femenil, el martes 28 de enero último, poco después de las nueve de la mañana, unas 30 internas huyeron tras ocurrir un incendio. El fuego consumió los dormitorios, donde al parecer se originaron las llamas y posteriormente se propagó hacia la planta alta donde había ropa y blancos almacenados. El aparatoso siniestro fue sofocado por Bomberos de Mexicali. La responsable de la sección, Dora Hernández, señaló que había 60 mujeres en el recinto, de las cuales habrían huido por lo menos la mitad, entre ellas cinco internas que al parecer encendieron el fuego de manera intencional sobre algunos colchones.

Wendy Coral Franco, la ingresaron al anexo contra su volutad y estuvo 3 días desnuda

EN EL PAÍS

Sin que existan estadísticas oficiales, números calculados por notas periodísticas estiman que durante 2024 murieron en el país unas 100 personas en centros de rehabilitación para adictos a las drogas, entre las llamadas muertes “naturales” o enfermedad y los homicidios a golpes o por otros agentes. Sin embargo, como en años anteriores hubo crímenes a destacar, principalmente en el Estado de Guanajuato, por tratarse de homicidios múltiples que aterrorizan a la población.

En Salamanca, donde existen unos 45 anexos, pocos de ellos registrados ante las autoridades, se registró una masacre la noche del 1 de octubre en el lugar denominado CRAD, en la colonia El Rosario, hasta donde arribó un grupo de sujetos armados para matar a cinco de los internos. Llegaron a bordo de una camioneta blanca, impactando el portón para descender de la unidad y disparar contra los presentes. Además de los muertos, hubo cuatro lesionados a tiros.

Los agresores se llevaron privados de la libertad a otros ocho internos y a cuatro trabajadores, entre ellos a la encargada y la dueña del local.

La matanza en el CRAD y la ola de asesinatos en diversos puntos de Salamanca tuvo como repercusión que el viernes 11 de octubre, más de 20 internos de otro anexo, éste ubicado en la calle Guadalupe Victoria, en la Zona Centro, a escasas tres cuadras de la alcaldía, escaparan del sitio corriendo por las rúas aledañas, ocasionando el miedo de los vecinos del área que no sabían lo que pasaba y temían una posible agresión. Pero sólo se trataba de una muestra de la paranoia que aqueja a esa región del país y a este tipo de clínicas o refugios que luchan para alejar a los jóvenes de las drogas, unos por convicción y otros por simple negocio.

La noche del 26 de octubre, nuevamente en un centro de rehabilitación de Guanajuato, pero de la calle Clavel de la colonia San Martín en San Miguel de Allende, ocurrió una tragedia cuando sujetos armados ejecutaron a tres internos y lesionaron a balazos a otras dos personas. Los asesinos huyeron, pero dados los constantes asesinatos en esa entidad, la fiscalía local le siguió la pista a uno de los presuntos responsables tanto de crímenes en bares como presumiblemente en este último anexo. Se trata de Hemry Alejandro N alias El Tabasco, quien fue detenido y vinculado a proceso penal.

En Mazatlán, Sinaloa, la noche del 19 de diciembre, cuatro sujetos armados dispararon contra las instalaciones del Centro de Rehabilitación de Adicciones La Paz, en el fraccionamiento Jacarandas, matando en su interior a un interno y causando lesiones a otros. Antes de retirarse, los sicarios le prendieron fuego al inmueble, contándose al final18 personas heridas, unos a balazos, otros por quemaduras y unos más por inhalación de humo o la combinación de algunas de esas tres causas, siendo trasladadas al Hospital General y al ISSSTE. La agresión ocurrida en el marco de la guerra que enfrentan Los Chapitos y La Mayiza ocasionó que en días posteriores el gobierno municipal reubicara algunos de los anexos e internos.

En Tecámac, Estado de México, en cuestión de unas horas, el 27 de enero reciente fueron asesinados dos internos masculinos y privada ilegalmente de la libertad una femenina en el Centro de Rehabilitación Fundación Rubén Darío, AC, ubicado en Ojo de Agua. Personal del anexo informó a la familia de una de las víctimas que ésta había escapado y lo hallaron inconsciente más tarde, por lo que le trasladaron a una clínica particular, donde se declaró su defunción. El fallecido presentaba lesiones en el cuerpo.

El mismo día, una mujer reportó que en el mismo centro tenía internados a sus hijos, uno masculino y una femenina, pero que le negaban el acceso a visitarlos.

Investigadores de la Fiscalía del Estado de México se trasladaron al anexo, encontrando que la joven estaba privada ilegalmente de la libertad y a su hermano lo habían extraído para llevarlo a otro domicilio. Tras las pesquisas, hallaron al varón sin vida en un inmueble utilizado como embalsamadora, en el municipio de Ecatepec. Fueron detenidas siete personas relacionadas con los crímenes, quienes se encuentran vinculadas a proceso penal por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de privación de la libertad y desaparición de persona cometida por particulares, con agravante de que la víctima perdiera la vida durante la desaparición.

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Autor(a)

Luis Carlos Sáinz
Luis Carlos Sáinz
Reportero desde 1989 en W Radio, Promomedios Radio, TV Azteca, Canal Ocho, Grupo ACIR, Ocho Columnas, Associated Press y ZETA; Consejero Editorial en Mural 2010-2011. Autor del libro Rejas Rotas.
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