La euforia navideña ha terminado y en el caso de Baja California Sur la resaca post fiestas decembrinas viene acompañada de la cruda realidad conocida como “cuesta de enero”, que particularmente este año está causando preocupación entre la ciudadanía y sector empresarial ante la escalada de precios por la inflación y el incremento del Impuesto Especial sobre Producción Servicios (IEPS).
Como ZETA lo dio a conocer, para arrancar el 2025 se esperaba un aumento del 4.5% en el IEPS que aplicaría a gasolina, diésel, refrescos y cigarrillos.
Especialistas y líderes empresariales en Baja California Sur confirman que esto tendrá un impacto directo casi inmediato en el precio final de productos y servicios en la entidad, principalmente aquellos que son más vulnerables a estas variaciones, como los insumos de la canasta básica.
Situación que puede ejemplificarse con el precio de la cartera de 30 huevos, que a finales de 2024 estaba en 70 pesos y para inicios de este año ya ronda los 90 pesos. Incluso hay personas que refieren sobre establecimientos en que rebasa los 120 pesos por la misma cantidad.
Por su parte, la tortilla de maíz, uno de los alimentos más consumidos en ciudades sudcalifornianas, está rebasando ya el umbral de los 30 pesos por kilo.
En la comparativa entre 2024 y 2025 la variación del precio del kilo de tortilla pudiera no parecer tan alta, sin embargo, documentación periodística y datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indican que el costo de este producto básico se ha incrementado en 100 por ciento de 2018 a la fecha.
Dependiendo de la ciudad, la gasolina regular de 87 octanos se vende en estos momentos a 25.99 pesos por litro y puede llegar hasta los 26.50 pesos; la premium de 91 octanos a 26.99 pesos y puede rebasar el umbral de los 27.50 pesos, mientras que el diésel de 45 octanos está a 27.65 pesos por litro.
Se estima que entre 2023 y 2025 tan sólo la gasolina en sus presentaciones ha aumentado casi tres pesos en la Media Península.
Este contexto de escalada de precios, sumado a la resaca económica que representa diciembre, genera incertidumbre y preocupación a la ciudadanía.
Ciudadanos como el señor Ignacio Montaño mencionan que en su hogar gastan de tres mil a cuatro mil pesos por quincena, sólo para la despensa.
“Está muy caro todo: el aguacate, el tomate está carísimo también, la calabaza está carísima. Va a subir todo; si le aumentan 10% al salario, las cosas suben el 20 o yo creo que más. Parece que la inflación está disfrazada porque no es real lo que se dice de la inflación con los aumentos reales”, expresó.
“Los precios están inauditos en todo: gasolina, renta, insumos básicos. Está lamentablemente muy, muy elevado”, refirió la ciudadana Cinthia Sandoval.
DE LA GASOLINA MÁS CARA DE MÉXICO
Anteriormente la Profeco ha exhibido, en diversas ocasiones, que en Baja California Sur se ha encontrado el litro de gasolina y la canasta básica más cara en todo el país, situación que pone contra las cuerdas la economía familiar de las y los sudcalifornianos.
Particularmente en estos momentos, tomando de base el programa de Profeco “¿Quién es quién en los precios de la gasolina?”, Baja California Sur rebasa a diversas entidades de la lista, sin embargo, no aparece.
En el caso de la gasolina regular y premium, gasolineras de Los Cabos y La Paz sobrepasan fácilmente los precios presentados por Profeco como “los más altos del país”, llegando a colocarse hasta segundo lugar si se compara con la referencia de la autoridad municipal.
Por ello, el dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Rigoberto Mares Aguilar, augura un año complicado para las familias de Baja California Sur.
Calificó al gasolinazo 2025 como “un incremento desmedido”, que tendrá repercusiones negativas no sólo directamente en el costo de vida, sino también generará una cascada de aumentos en productos y servicios.
El líder de la oposición insistió en que esto impactará gravemente a los sectores más vulnerables de la entidad.
“Este gasolinazo es un golpe directo al bolsillo de las familias sudcalifornianas; mientras tanto, los presupuestos estatal y federal ignoran las necesidades más urgentes de la población”, comentó.
Además, hizo hincapié en que el gasolinazo deja en evidencia, de nuevo, el fracaso de la política económica de Morena, así como las mentiras sobre promesas con las que endulzaron oídos al asegurar que podían bajar el costo del combustible en México.
“Las mentiras de Morena han quedado expuestas: prometieron bajar la gasolina a 10 pesos, pero hoy vemos precios que rondan los 28 pesos en Nuevo León y los 27 pesos en Baja California Sur. Es un engaño que las familias mexicanas ya no pueden tolerar”, dijo.
Por último, el presidente estatal recordó que la propuesta del PAN para fijar el precio de la gasolina en 20 pesos por litro fue rechazada por Morena y aliados, decisión que señala como una clara falta de compromiso con el bienestar de las familias mexicanas.
IMPACTO EN SECTOR RESTAURANTERO
El presidente delegacional de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), David Gracia Hinojosa, comentó que el 2025 va a representar muchos retos para el sector, no solamente gastronómico sino también turístico en general.
“Cerramos un 2024 complicado en qué sentido, hubo temas de regularización, temas de ordenamiento, de reacomodo turístico en la entidad, los hábitos de consumo han cambiado, los flujos de turismo han cambiado”, dijo.
“Baja California Sur ha sufrido muchos cambios últimamente; se ha colocado ya como un destino turístico que no sólo vive de las temporadas tradicionales de vacaciones, sino que también tiene un turismo y una comunidad flotante, como lo es la americana y canadiense, que se estaciona aquí desde noviembre hasta mayo”, expuso.
Este panorama, según el líder restaurantero, ayuda a que tengan cierto impulso para no resentir tanto el inicio del año, sin embargo, reconoce que es cierto que existe una baja de afluencia.
“El reto más importante que va a tener la industria más allá de una posible cuesta de enero o un posible cierre o inicio de año, va a ser el tema de tendencias de consumo, pero también los aumentos que ya estamos respondiendo al salario mínimo y el incremento del IEPS”, advirtió.
Todo se trata de una cadena en el restaurante: para que llegue un plato a la mesa del comensal pasó por muchas manos, procesos e industrias, y cada una de ellas se ve afectada y sube sus costos por el aumento de este impuesto.
“No solamente el aumento de la gasolina va a impactar porque obviamente los agricultores van a gastar más en sus tractores con diésel; los camiones van a gastar más al momento de gastar dichos insumos cuando lleguen a puerto”, compartió.
A esto sumó la sequía, que ha provocado que se importen más productos desde otras entidades federativas, el cual para llegar a la Media Península debe transportarse en barco o cruzar por carreteras mucho más largas al no haber conexión terrestre con el macizo continental.
“Si a esto le sumamos los incrementos del 12% en el salario mínimo, es inevitable que existan un aumento en los precios”, añadió.
Enfatizó que al final del día es muy dura la carga de estos aumentos, por lo que anticipa que son muy pocos los negocios que puedan absorber estos costos sin subir el precio de los platillos y productos.
EL FACTOR QUE DETERMINA LA ESCALADA DE PRECIOS
Víctor Hernández Trejo, profesor investigador titular B del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), expuso que el argumento de las y los comerciantes no es un invento y que, al final, el alza en combustible sí impacta en la escalada de precios en diversos productos y servicios.
Antes que nada, explicó la diferencia entre inflación general, que se mide a través del Índice Nacional de Precios y Cotizaciones o Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), y la inflación subyacente y la suma de las dos da como resultado la inflación nacional.
Indicó que la inflación general influye en los precios de todos los bienes y servicios que tiene una economía; mientras que la inflación subyacente excluye los precios de productos energéticos como electricidad, gasolina y alimentos no elaborados o frescos como frutas y verduras, y es un indicador más preciso para conocer el costo de la vida.
En este escenario, hablando específicamente del IEPS 2025, precisó que el incremento no es mucho realmente en cuanto a gasolina, ya que por unidad son casi 30 centavos por litro.
“En términos reales este aumento no justificaría la escalada de precios porque el incremento es muy poco, lo que hay que ver aquí es la cadena de suministro que trae todo esto. Por ejemplo: en un automóvil de 40 litros el incremento es de 12 pesos lo que realmente estaría incrementando lo que le eches al carro”, argumentó.
“Aunado a eso, tú tienes que pagar transporte de combustible desde donde te lo surten hasta la gasolinera, más mantenimiento de bombas, sueldos y salarios, prestaciones, rentas y todo lo que se tiene que pagar; entonces es un costo adicional que va agregado al litro de la gasolina”, sostuvo.
Es por ello que al final, detalla, el incremento real del impuesto real no es de 30 centavos, sino hasta cuatro pesos por toda esta cadena de transporte y suministro que tiene el combustible.
Asimismo, coincidió en que éste sería el factor determinante en el incremento de los productos de la canasta básica.
“En su gran mayoría, los productos de la canasta básica aquí en el estado toda la República son transportados, ya sea vía terrestre, marítima, inclusive aérea. Eso hace que el precio unitario por kilo de producto incremente”, dijo.
Aparte del costo de la distribución de combustible, comentó, se debe sumar el costo de traslado del centro de producción.
De igual manera externó que la cuesta de enero obedece a lo que llama la “ilusión monetaria de diciembre”, donde todos gastan y se endeudan más de lo regular para dar regalos.
Por ello giró algunas recomendaciones para hacer algo desde la cotidianidad para aminorar los impactos de esta etapa del año, como no seguir endeudándose y hacer un balance financiero entre ingresos, cuánto es lo que gastas y cuánto es lo que debes.
“Lo importante aquí es pagar la deuda, no endeudarse más; no empeñar las cosas porque en enero las casas de empeño hacen su agosto”, finalizó.