El Plan México es “ambicioso” y “bien intencionado”, pero hasta ahora sólo es “discurso”, ya que no existen las condiciones fundamentales que hagan atractivo a nuestro país para las inversiones: certeza jurídica y dinamismo económico, indicó Francisco Javier Jiménez Ruiz, profesor-investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
“Tenemos un Poder Judicial que ha sido desmontado”, de cara a unas elecciones que tienen una enorme dificultad para integrar todos sus cargos. Se supone que después de la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros a nivel federal habrá esa garantía jurídica, pero expertos en la materia observan que “hay un papel de manipulación por parte del partido en el gobierno y del gobierno mismo, para determinar cómo quedará integrado el nuevo Poder Judicial”.
Publicidad
Para que haya inversión deben darse garantías plenas “de que no está llegando un grupo político a la Corte y los afines a Morena, sino que van a llegar los mejores perfiles profesionales lo cual la mayor parte de los expertos duda”, por lo que en este momento no hay esa certeza jurídica, explicó Jiménez Ruiz.
El otro condicionante para atraer inversiones es el dinamismo económico. “Venimos del sexenio de López Obrador, en donde no crecimos” y se apostó por un proyecto que implicaba financiar 27 programas de asistencia social que beneficiaron a 26 millones de personas. El resultado es que 9.5 millones salieron de una situación de pobreza, pero están en una situación de vulnerabilidad que si dejan de tener los apoyos caerán de nuevo a la pobreza y posiblemente a la pobreza extrema, añadió.
Publicidad
En entrevista con NEGOCIOZ, Jiménez Ruiz señaló que el Plan México presentado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo está “totalmente apegado” al modelo de economía neoliberal regional que comenzó a mediados de la década de 1980 y que “tuvo el gran salto” con Carlos Salinas de Gortari, aunque se retome el discurso de carácter social.
Su presentación a días de la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca, trata de enviar el mensaje de que “las cosas van a hacerse bien en México, que México va a cumplir con detener de manera contundente los flujos migratorios hacia Estados Unidos”, el fentanilo y reducirá los espacios para los productos chinos, ya que es una gran amenaza la imposición de aranceles, toda vez que 75% del PIB mexicano depende del comercio con Estados Unidos.
Publicidad
El Plan México no puede desligarse de la agenda bilateral México-Estados Unidos, y menos del contexto mundial en el que China se ha convertido en el gran exportador mientras el bloque Norteamérica (México, Estados Unidos y Canadá) ha perdido competitividad económica y comercial.
En ese sentido, Jiménez Ruiz indicó que “las decisiones de las autoridades mexicanas de permitir la llegada de empresas automotrices chinas al mercado mexicano va en detrimento de los intereses de Estados Unidos”. Desde la óptica de Estados Unidos, México “no ha cumplido con su papel” como socio y como garante de no permitir la expansión de productos chinos.
El gobierno mexicano ha permitido la llegada de productos chinos, porque hay un problema real: la producción en Norteamérica es tan cara que queda fuera del alcance de las mayorías. “Ha habido un empobrecimiento tal del país que la alternativa fueron los productos chinos, porque si no, no habría capacidad adquisición de muchos sectores pobres, pues sencillamente la economía no creció”, indicó el académico.
FALTA UN PROGRAMA DE FORMALIZACIÓN DE EMPRESAS
El Plan México -presentado el 13 de enero pasado- contempla 13 metas, entre las que se encuentran: ubicar a la economía mexicana como la décima del mundo, del lugar 13 que ocupó en 2024, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)
Elevar a más de 25% del PIB la inversión pública y privada a partir de 2026; crear 1.5 millones de empleos en la manufactura y sectores estratégicos; que 50% de la proveeduría en sectores estratégicos sea hecha en México; crecer 15% el contenido nacional en cadenas globales de valor en los sectores automotriz, aeroespacial, electrónico, semiconductores, farmacéutico y químico, entre otros. Así como desarrollar vacunas en México y que 30% de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES) tengan acceso a financiamiento.
En este último punto, Jiménez Ruiz señaló que para avanzar en el otorgamiento de créditos tanto de la banca comercial como la de desarrollo se requiere que las empresas sean formales y den garantías de pago, por lo que tendría que establecerse un programa para formalizar a las empresas, algo que no está expresa en las metas ni en la calendarización de acciones del Plan México.
Si para 2030, México captara los 277 mil millones de dólares, mediante dos mil proyectos, como lo declaró Sheinbaum Pardo, se sentarían las bases para el desarrollo del país, consideró el investigador; no obstante, “todavía no tenemos nada en firme, solo este Plan México que nos que permite hablar de que el actual gobierno tiene una visión correcta” para reactivar la economía mexicana, añadió Jiménez Ruiz.
Tras darse a conocer el Plan México, Banamex señaló que el planteamiento del Gobierno Federal “no atiende problemas estructurales” y su aplicación implicaría un mayor déficit público tanto por la renuncia a ingresos (por los incentivos fiscales) como por mayores gastos (como la construcción de infraestructura), lo cual implicaría mayores retos para la consolidación fiscal propuesta por la Federación en el Paquete Económico 2025.
Aunque lo vio “positivo”, la institución financiera consideró que se requerirán acciones en el corto plazo para que vaya mejorando de “manera importante” el clima para la inversión, después del “deterioro significativo” del mismo, por los riesgos políticos locales y externos, por lo que mantuvo su pronóstico de crecimiento económico para nuestro país en 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025 y, de 1.7% para 2026.
