Netza y el tazo dorado

Quien anda con la brújula política desviada es el secretario de Bienestar de Baja California, Netzahualcóyotl Jáuregui Santillán. Resulta que en días pasados, El Netza del Bienestar hizo pública en redes sociales una reunión que sostuvo con el conocido “Chiquilín”, personaje que dirige la Patrulla Espiritual, grupo de corte religioso que forma parte de la Clínica de Rehabilitación Jireh, que mediante tácticas violatorias a los Derechos Humanos, promete rehabilitar a personas inmersas en adicciones. Este grupo se ha vuelto una sensación en redes sociales debido a las ocurrencias de los integrantes, al hacer comentarios como que a los adictos las califican como un tazo dorado, pero también por sus prácticas descaradamente violatorias a la dignidad de las personas, pues privan de la libertad a individuos en contexto de movilidad o de condiciones de abandono, padecimientos mentales o de consumo de sustancias. Las acciones son deliberadamente presumidas en redes sociales, donde además exponen los que consideran casos de éxito, de individuos que -supuestamente- superan las adicciones. Pero más allá de que las cuestionables prácticas realizadas en centros de rehabilitación, el verdadero problema recae en que Netza prometió en un video de redes sociales, que becarán a todos los hombres o jóvenes que sean considerados tazos dorados para que se integren a estas supuestas clínicas de rehabilitación de corte religioso. Lo hizo sin evidentemente considerar que la organización sin fines de lucro registrada ante el Gobierno Federal desde 2023, carece de cualquier tipo de lineamiento clínico o médico para atender las adicciones. O sea que el secretario del Bienestar, prometió de manera unilateral brindar una “beca” para todos los que se internen en dicho centro de rehabilitación, que no está regulado por ninguna institución de salud y cuyos procesos son cuestionados. Ni siquiera verificó si la agrupación ubicada en Tijuana, cumple con los lineamientos establecidos, al tiempo que ignora a las organizaciones que sí satisfacen los requisitos gubernamentales de especialistas para el combate a las adicciones. Evidentemente, El Netza del Bienestar sólo se quiere subir al tren del tazo dorado para favorecerse de la popularidad en redes sociales, aunque utilizando recurso público para becar. Conducta que debería ser auditable por parte de la Secretaría de Honestidad y el Órgano Interno de Control, pues advierte del uso del erario en beneficio de una organización no sólo religiosa, sino de cuestionable proceder. Lo que importa, claro, es que el secretario se beneficie de los likes en redes sociales, y no necesariamente por establecer políticas públicas que de manera oficial y profesional, combatan las adicciones en la entidad.