No puede haber paz, sin justicia, apunta el Papa Juan XXIII en su carta Pacem in Terris (Paz en la Tierra).
Pontífice en la época de presidentes como John F. Kennedy, y amigos personales ambos, el Papa de la sonrisa criticó la ingenuidad de naciones como Rusia o Estados Unidos, de querer alcanzar la paz internacional sin necesidad de justicia social.
La ausencia de guerra, no es paz. La paz es fruto de la justicia. Como complemento de esta justicia, la misericordia es un camino más relevante.
Normalmente la misericordia o caridad, ha sido ridiculizada en el mundo de la política. En las tribunas de la polis o ciudad, se habla de filantropía o solidaridad. No de caridad.
Antonio Caso, fundador de la escuela de filosofía de la Universidad Nacional (UNAM), al fin de su vida como José Vasconcelos redactó las “Letanías del Atardecer”. Caso escribió: “La Existencia como economía, como desinterés y como caridad”.
Dando rienda a su magistral pensamiento, dedica ese ensayo a la importancia de vivir nuestra existencia como Caridad. A la manera como la ejercitó el apóstol San Pablo, o el mismo San Francisco de Asís. Imitadores de Cristo.
Los retóricos o mentirosos embaucadores, entre ellos los marxistas o modernos, solían referirse a Caso y Vasconcelos como “Conejos” o pensadores “pequeño burgueses”. Han fracasado experimentos como el marxismo y socialismos utópicos, y desconozco si continúan en su ignorancia malévola despreciando el pensamiento universal de hombres como Leopoldo Zea, Samuel Ramos y Caso, maestro de generaciones en el Ateneo de la Juventud, y personajes como Manuel Gómez Morín, fundador de instituciones y alumno de Caso.
No se ocupa ser marxista o bolchevique al reflexionar, por ejemplo, en torno a la persona de Agustín Carstens, que recibió su aguinaldo 2013 por un monto de casi 900 mil pesos. Mientras que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos “autorizó” un aumento irrisorio de 2.90 pesos al salario mínimo. Carstens consume en alimentos -se rumora- dos mil pesos diarios, lo que serviría para alimentar una familia mexicana casi durante un mes. El hombre relacionado a la banca internacional, hazmerreír en las charlas banquetearas, como lo fue el “Gordo” Pesqueira con Salinas de Gortari al ser responsable de la Agricultura y Ganadería. E incluso, irónicamente, representante de México en la FAO (Agencia Alimentaria Internacional).
Célebre Don Agustín Carstens a no dudarlo, al proteger impecablemente bienes como el petróleo, con un seguro que impidió su devaluación ante las crisis. En 2024 se habla de 140 millones de pesos para Aguinaldos de diputados y senadores; cuando millones de mexicanos padecen el desabasto de medicamentos elementales, con todo y derecho a la salud. Una ofensa para un pueblo que recibe gasolinazos, aumentos de precios y servicios. Y que, como una corona de burla, acepta aumentos salariales inhumanos y que reflejan que a los gobiernos en turno, diputados y senadores. El mexicano no es un punto de interés y reflexión.
La injusticia entre lo que ganan los políticos y burócratas, es una ofensa para los trabajadores que tienen que arreglárselas con sus salarios. No es un buen camino la violencia y el terrorismo. Hombres como Mandela lo practicaron ante la cerrazón de gobiernos como el de Pretoria en Sudáfrica. Los políticos no deben olvidar que lo que ganan de sueldo, es fruto de alguna manera, de los sacrificios y privaciones de millones de personas que viven al día, y que en muchas ocasiones no tienen lo suficiente para vivir dignamente.
Primero los pobres, el “Bolchevique” Senador Noroña no cree en Dios Padre Encarnado, por eso se pasó la Navidad en Nueva York (eso parece ser). Afirma no tener conflictos de conciencia. Hay que recordar que no hay una sola clase de Conciencia, hay varias: la perpleja, muerta y equivoca, o de plano la no conciencia. Es un slogan retórico: Primero los pobres. Les saluda desde Estados Unidos para releer al Pato Donald.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali.