Uberto Pasolini se basa en el poema épico de Homero y hace suya la historia de Odiseo con una interpretación muy realista que se desarrolla lento para estremecer poco a poco.
Ralph Fiennes es el responsable de encarnar al protagonista de “La odisea” cuando vuelve a Ítaca a encontrarse con el despojo, el engaño y una batalla por el poder que pone en vilo a su hijo.
Sin dioses ni creaturas míticas, el realizador destaca los estragos de una guerra en la gente, una vez más destacando el carácter universal de este clásico a partir de la figura de un rey frente a la tierra devastada que dejó por un largo tiempo y a una reina Penélope (Juliette Binoche) asesinada por mezquinos que buscan ascender al trono, mientras su hijo, Telémaco (Charlie Plummer), lucha por sobrevivir.
Resentimiento, ira y dolor por una ausencia se expresan en miradas, diálogos certeros y un trabajo insuperable de este reparto que encabeza Fiennes en lo que, sin duda, es uno de sus mejores años. No olvidemos, pues, su rol estelar en “Cónclave”.
Aquí Odiseo es un hombre roto, salvaje luego de su travesía; un ser deshumanizado, que ha involucionado por lo sufrido y no se sabe si podrá retomar su rol.
Una vez más, las emociones se desbordan con verosimilitud, y aunque hay escenas que parecen innecesariamente prolongadas, el efecto final es perfecto. *** y media.
Punto final.- Tal parece que Daniel Craig quiere un Óscar.