Al subir por la Rampa Javier Bátiz, hacia la colonia Altamira, en el centro de Tijuana, su música parece más viva que nunca. Hasta parece escucharse el clásico “The House of the Rising Sun”, original de The Animals, en la distintiva voz ronca del intérprete de cabellera larga y rizada que hizo suyo en su versión en español y que Alfonso Cuarón retomó para la banda sonora de su película “Roma”.
Bátiz dejó este mundo apenas el pasado 14 de diciembre. Los tijuanenses que lo conocieron ya sea por amistad, admiración, vecindad o por su andar en la música y las artes, lo despidieron muy emotivamente, como se percibió desde afuera de la Casa de la Cultura de Tijuana en su última parada por esa institución, a la que tuvo tanto arraigo.
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Su sonido es y seguirá siendo único. Es el estilo de un pionero del rock en español que exploró desde antes de fundar su primer grupo, Los TJ’s, en los años 50, para después hacer camino hacia Ciudad de México ya con una notable influencia afroamericana, blues y R&B que lo distinguió entre la generación de Avándaro.
Con una buena temporada en el emblemático bar Terraza Casino en la colonia Nápoles, el “Brujo” de la guitarra eléctrica y mentor de Carlos Santana, se ganó la mejor fama por su desempeño frente al público, por su arte que décadas más tarde sonaría de nuevo en Tijuana, en lugares tan referenciales como el propio músico como el quiosco del Parque Teniente Guerrero, donde de pronto y por suerte de la gente que andaba por ahí, comenzaba una tocada.
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Javier Bátiz fue un buen ejemplo de la contracultura, un precursor, un talento, un visionario, un hombre de familia y de amigos, de arraigo, con una identidad muy propia que se escuchaba al cantar.
Una semana antes de su fallecimiento, el artista recibió las Llaves de la Ciudad, reconocimiento sin duda meritorio. En la ceremonia de entrega, un Bátiz alegre, animoso como siempre, dijo: “Un tijuanense ayuda a un tijuanense; ha sido esta ciudad la que ha crecido así”.
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Javier Bátiz también fue así, como la ciudad que él concebía de esa manera: generosa, abierta, con gente que reconoce a quien en este espacio ZETA honra y agradece por su vida y su obra con mucho apego, ingenio y de todo corazón.
