Tal parece que el ridículo cometido por la bancada morenista en el Congreso del Estado cuando intentó “de madruguete” aprobar la desaparición de los órganos constitucionales autónomos, tuvo consecuencias hasta la Ciudad de México, concretamente en San Lázaro, Bucareli y Palacio Nacional. El pasado fin de semana, entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, el Poder Legislativo llevó a cabo el cambio de la Mesa Directiva. En lo que habitualmente es sólo un evento protocolario, la bancada de Morena, por medio de la Junta de Coordinación Política, coordinada por el diputado Juan Manuel Molina, intentaron aprobar la reforma avalada por el Congreso de la Unión para desaparecer los órganos autónomos, entre ellos el INAI. Lo que parecía de trámite, se les fue de las manos y se quedó a un voto de aprobar la reforma constitucional, pues alcanzó 16 de los 17 necesarios para una modificación de esta índole. El tema dejó en ridículo a la bancada morenista, la cual se puso a repartir culpas hacia el diputado Juan Manuel Molina -como coordinador de la bancada y la JUCOPO- y a las dos diputadas que no se presentaron: Michel Sánchez Allende y Araceli Geraldo, quienes -cabe señalar- presentaron justificante de ausencia varias horas antes de que iniciara la sesión. El tema evidentemente causó la furia de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, quien no estaba de acuerdo con una sesión de madrugada, pero los diputados confiaron que a esa hora podrían sacar el tema sin problema. Los legisladores morenistas hicieron quedar muy mal a la gobernadora por su exceso de confianza, pues el rechazo a la desaparición de los órganos autónomos en el Congreso de Baja California, causó la ira del diputado Ricardo Monreal, y dicen que incomodó incluso a la Presidenta Claudia Sheinbaum, que confiaba en la aprobación dado la mayoría morenista en el Congreso local. El tema sacudió fuera de Baja California y por instrucciones nacionales se encuentra en riesgo la posición política inmediata de Juan Manuel Molina, pero también la reelección de todos los diputados que permitieron la tremenda pifia nacional por no operar un tema “tan sencillo” de aplastante mayoría, especialmente cuando la gobernadora dice públicamente que ella tiene la mayor parte de los votos en la cámara de diputados de BC. A ver si en próximos días no hay cambios dentro del Poder Legislativo por el tremendo ridículo, pues pese a que el Pleno es ya una Oficialía de Partes del Ejecutivo, erraron en el tema de alta trascendencia para la Presidencia y Morena. Ya como consuelo, los diputados tuvieron que volver a votarlo en una sesión para darle la vuelta a la determinación; pero la “quemada” no se les va a quitar entre el resto de estados morenistas que, sin problema y en bloque, desaparecieron a los órganos autónomos.