Tras la primera elección que ganó Donald Trump a la presidencia estadounidense, envié una carta que ZETA publicó en noviembre de 2016, donde mencioné que Enrique Peña (Nieto) le dio buena ayudada al recibirlo como candidato en Los Pinos, y que ciertamente para E.U. se veía venir (igual hoy) que en unos meses sería presidente ese republicano, y su partido conservando mayorías (leves) en ambos su senado y cámara de representantes.
Este año hace semanas platicaba con amigos y opinaba que Trump podía ganar otra vez y “endurecer” la frontera contra ilegales; primero nos echará de regreso a criminales, ya lo vivimos, y fuera de que a López Obrador (por pretender pasarse de vivo dejando cruzar a montones de caravanas de indocumentados) lo “dobló” y le dio su coscorrón a usar la Guardia pretoriana contra esos engañados, no pasó a mayores. Y el tabasqueño se portó desde entonces muy cuatachón con Trump. A la ahora corcholata Claudia Sheinbaum igual ya le acaba de marcar la raya que tampoco intente “pasarse de viva” como imitachanga de López. Y repito lo que escribí hace ocho años, que acá en México tras estos otros episodios de las telenovelas electorales, versión 2024, e igual en Estados Unidos, lo primero que no debemos hacer es reaccionar con ningún tipo de frustración y menos miedo, sino tomar otro profundo respiro y agarrar aire, recordando que “al mal tiempo buena cara” en los próximos cuatro años que será este otro periodo trumpista.
Trump le ganó a Hillary Clinton (y ahora a Kamala Harris) porque “el miedo no anda en burro”, al enfocar y conseguir manipular el desprestigio de esas como otras políticas del montón, junto al apoyo de la clase media blanca baja, harta de tantos ilegales y en desquite resentido a su sistema, que cada vez hace endeudarse peor a esa clase social, y que supo utilizar ese agresivo candidato para hacerlos creer que sería (o será) su “Batman al rescate”.
En nuestra Baja California -en especial en mi Tijuana- simplemente los que cruzan al “otro lado” a la escuela o compras, hay que hacerse a la idea de filas y esperas más largas y lentas. Y los que sí necesitan, o desesperados desembolsen más para las sentris y, de humor alegre a lo mexicano, les cobrarán hasta en los Am-Pm, 7-Elevens.
En cuanto al “muro de la tortilla” (desde Bush), Trump sí lo construirá más alto, o como la garita planeada al este de Otay será de “caseta de cobro” y más caro a los que crucen; y como en chascarrillos López Obrador o Sheinbaum, cargando los ladrillos para ponerlo, o preguntando si para que sea más barato lo hagan de tablarroca.
Pero regresando a la seriedad, lo que hay que atender es que López Obrador ya nos dejó al peso en devaluación -caso que claro se preveía-, siendo este resultado electoral de Trump sólo un pretexto para excusarse porque (más que la incomodidad de ese racista lleno de prejuicios como mandatario de los E.U.) permanece la seria y agobiadora debilidad interna nuestra, a causa de los políticos corruptos y sus compinches saqueando y robando constantemente nuestros impuestos en este lado de la frontera; y con los gastos deficitarios y endeudamientos crónicos, que son la verdadera causa diaria de nuestra mayor cantidad de pobres y menos obras públicas ni sociales.
No perdamos, pues, de vista la verdadera realidad que atender: estar vigilantes sobre los políticos entre nosotros, quienes desde adentro nos hacen daño, ya que siguen todos con sus corruptos desfalcos al saqueado erario.
Así que nada de caer a estar frustrados, seamos conscientes y pensantes. Trump sólo durará otros cuatro años. Y por lo que es dentro de México es donde nosotros para el ya próximo futuro 2027 y 2030, debemos procurar elegir opciones independientes verdaderas para sacar y castigar a los de Morena-PRI-PAN, etc. Ánimo, optimismo, e inteligencia.
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez.
Tijuana, B.C.