El nuevo presidente de Estados Unidos, que también es el viejo presidente de Estados Unidos, genera todo tipo de conjeturas y expectativas sobre las posibilidades de su actuación; pero, hagamos un preámbulo: era difícil que ganara Kamala porque inevitablemente Estados Unidos sigue siendo un país racista y buena parte de la población no iba a aceptar a una mujer presidenta y, además, de tez oscura, así que quedó claro el destino manifiesto de los próximos años de la nación americana.
Un ganador importante es Elon Musk, que apoyó a Trump con los recursos inagotables que goza; por lo tanto, Tesla contará con prebendas.
Ucrania será parte de una paz forzada para darle salida decorosa a Putin. Pero habrá paz. ¿A qué precio? El que pagará el pueblo ucraniano, que quizás será incluido en la OTAN. Pero le será arrebatado un cacho de su territorio. Zelenski se convertirá en un personaje de tragedia griega.
Israel contará con un aliado menos condicionador y, quizás, se logrará transformar el panorama político del Medio Oriente, acallando las bravuconadas de Irán y su estrategia de aliados militares (proxy armies). Y doblando finalmente la paz. Shalom.
Europa será aliado condicionado a compartir los costos de la OTAN.
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China continuará el enfrentamiento económico que se suscitó hace años. Donde México se convertirá en un campo de batalla con los chinos tratando de flanquear la economía americana, accediendo a ese mercado americano a través de México.
Taiwán se sentirá protegido y no habrá movimientos antagónicos de China a menos que se declarara una guerra (que no considero factible); por lo tanto, China dejará de invertir a la isla.
Japón iniciará investigaciones de bombas atómicas.
Corea del Norte tendrá que dejar de enviar proyectiles a aguas internacionales.
México podrá hacer en su política interior prácticamente lo que se le venga en gana, pero tendrá que controlar la emigración en serio y tendrá que evitar el envío de fentanilo a Estados Unidos reduciendo el tamaño de los cárteles. Podría ocurrir en extremo que los centros fabriles de anfetaminas y de fentanilo fueran bombardeados por los americanos como ocurrió en Colombia. Hoy día somos el exportador más importante de Estados Unidos, con una balanza muy favorable para México, la que será castigada por las políticas del gobierno mexicano y por el “Make America Great Again” de Trump.
En Estados Unidos los mercados explotaron como fuegos artificiales, festinando el advenimiento de Trump, bajarán los impuestos para las grandes industrias propiciando el regreso de muchas (automotriz) a Estados Unidos. Habrá muchos atractivos para inversionistas en el país; como los que está ofreciendo Utah, con una bienvenida muy generosa en impuestos y muy práctica en reglas. La política para los jóvenes mexicanos emigrantes que hayan terminado la universidad (los dreamers) se propiciará para convertirlos en ciudadanos americanos. Se buscará una alianza más cercana con India tratando de irrumpir en la creciente unidad de los Brics, que ya tienen juntos una economía competitiva con Estados Unidos.
Trump utilizará su fama de entrometerse en las normas internacionales para contender en la guerra y la paz del mundo. “Long Live América”, recordando la frase de López Velarde “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, aunque el que esto escribe difiere radicalmente, pues no es cómodo vivir junto a Rusia, vivir junto a Irán, vivir junto a China, que son vecindarios más ominosos.
Nos encomendamos, pues, a la Virgen de Guadalupe.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.
