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viernes, diciembre 6, 2024
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La luz se apaga (Primera parte)

Los colores dejan de brillar,

las cosas saben menos

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y el corazón late más despacio

cuando se cruzan los años

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y lentamente se envejece.

El cuerpo da una serie de señales:

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de cansancio,

de agotamiento.

El cuerpo es una máquina de reloj

con diferentes engranes

que no mantienen el mismo ritmo;

hay partes, como el cerebro,

que hay que cuidar con esmero

porque es donde se encuentra la conciencia,

la razón, los sentimientos,

el amor y los recuerdos.

Los ojos

son instrumento delicado

que requiere especial cuidado.

¿Cómo no poder ver las flores?

¿Los colores del arcoíris?

¿La belleza de los paisajes?

¿Y el andar de una bella caminante?

Pero las diferentes enfermedades

los acosan; los vuelven

menos precisos.

Oír se vuelve complejo;

se requieren instrumentos imprácticos e incómodos:

Algo de música se cuela,

algo de voces e ideas también.

Las piernas, otrora ágiles,

que podían recorrer caminos y montañas por placer,

se van obsoleciendo, se cansan.

Y la columna, la artritis y el corazón

late más despacio, arrítmico.

La ciencia ha venido luchando

por compensar,

y la verdad es que hoy día un hombre de 70 años es joven, si está bien cuidado y sin ninguna enfermedad malsana lo ataca.

¿Cómo saber dónde dejar de sentir?

¿Dónde dejar de experimentar?

¿Dónde se pasa de lo romántico a lo ridículo?

¿Cómo saber dónde imponer, dónde escuchar?

Importante es controlar la nostalgia,

controlar los miedos,

controlar los ayeres.

Aún, el destino permite pensar,

hacer,

confrontar ideas,

acariciar seres queridos.

Mirar a través de lo sembrado

lo realizado.

Encontrar, como pepitas de oro,

amigos añejos, con quienes recordar historia.

Decir cosas que no nos hubiéramos atrevido antes.

Dar pláticas.

Hacer vibrar mentes jóvenes.

Ser bueno, sentirse bueno

y corregir aquello que no se hizo bien.

Ver una estrella fugaz,

emitir un deseo y sonreír.

Y reír.

Pero, sobre todo, amar

para sentirte vivo…

 

José Galicot es empresario radicado en Tijuana.

Correo: jose.galicot@tijuanainnovadora.com

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