Conzultoría Matrimonial y Familiar
La nomofobia se denomina a la adicción y dependencia del celular; una dependencia psicológica y conductual hacia los smartphones o hacia cualquier otro dispositivo digital; o, directamente, el trastorno por conectarse a internet. A menudo este trastorno genera ansiedad, aislamiento e incluso puede presentar temor e irritabilidad por no tener el móvil con uno.
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No es difícil identificar la adicción al móvil, no hay más que observar cómo cualquier persona, ya sea adulto, joven o niño, está atento al móvil y las notificaciones de las redes sociales, sin prestar atención a la interacción verbal y no verbal con quienes le rodean; es decir, aislándose de su entorno, de personas significativas, como familia, esposas, novia, compañeros de trabajo, en el salón de clases, o en fiestas olvidándose de divertirse por estar pegado al celular, que se caracteriza y pone de manifiesto el desprecio hacia las personas que le rodean, ignorando a los otros y alterando la comunicación.
Hay estudios que indican que el 87 por ciento de los jóvenes prefieren comunicarse por la pantalla que cara a cara, por la dificultad de gestionar sus emociones. Y es que actualmente la gente está rodeada de aparatos conectados a la red y se ha vuelto difícil vivir sin ellos. Hoy en día es impensable para muchas personas salir de casa sin él, produciendo incluso sensación de ansiedad, dolor de estómago, taquicardias, entre otros sentimientos. Un celular acompaña al trabajo, con los amigos, a las compras, a la hora de comer, a todos lugares, hasta en la cama.
Estas son algunas de las características de si se es adicto al celular: El celular tiene que estar siempre cerca de uno; se mira constantemente, se mira en cuanto uno se despierta y también cuando se acuesta, se desayuna, almuerza y cena con el teléfono; se retrasan tareas porque uno se encuentra con el celular.
Algunos hábitos que se pueden realizar para superar esta adicción al teléfono celular es desconectar aunque se lleve el celular encima poniéndolo en “Modo Avión”, en modo “No Molestar”, o simplemente desactivar las notificaciones del celular.
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Pero considero que no es sólo desactivarlo, ya que la adicción es estar en comunicación o simplemente de curiosos, buscando en las redes o viendo noticias, novedades o eventos raros e insignificantes como suceden en FB, o de aplicaciones inútiles que sólo hacen perder tiempo. El problema también es absorberse en el celular, como cuando se va manejando y en caso inconcebibles escribiendo textos; y/o estando trabajando sin concentrarse en ello, al estar más atento al celular que en su trabajo; o estar conectado con alguien, pero cuando lo tiene enfrente olvidarse de él y buscar a otra persona para estar así conectado.
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Hay evidencias donde se va a la cama la pareja y uno u otro se lleva el celular, olvidándose de intimidar (ya no es decir que le duele la cabeza o está en sus días); si es en las comidas también lo que da lugar a distanciamientos y enojos. Los hábitos no pueden cambiarse de un día para otro, por eso se necesitará de toda la fuerza de voluntad y mucho autocontrol para dejar de depender del celular y empezar a usarlo de manera responsable.
Les recomiendo ver en Netflix “Yo no puedo vivir sin ti”, y recordarles que ando buscando una combi y queriendo cambiar una Escape 2013 por pick up de 4 puertas. Gracias.
El Lic. y C.P. Roberto Bautista es terapeuta sexual y de parejas con maestría en Mediación.
Correo: bautista46@hotmail.com
