El 52 por ciento de panistas en el país se abstuvieron de acudir a las urnas el domingo 10 de noviembre, fecha en que el Partido Acción Nacional (PAN) celebró elección de dirigente para el período estatutario 2024-2027. A la elección interna, cuyos resultados favorecieron a Jorge Romero Herrera, apenas acudieron 147 mil 569 militantes, incluidos quienes anularon su voto, de un total de 305 mil 709 miembros activos.
La ex contrincante de Romero, Adriana Dávila Fernández, acusó falta de certeza y de legitimidad en el proceso interno, así como una elección inequitativa. “El mensaje del abstencionismo de nuestros militantes es un mensaje claro, las cargadas no entusiasman. La nómina de gobierno no es suficiente para convocar”, manifestó vía red social la exsenadora de la República una vez que empezaron a emitirse las actas de la jornada electiva.
Conforme al avance al 100 por ciento de las Mesas Receptoras de Votación, el ex jefe delegacional de Benito Juárez obtuvo 114 mil 749 votos; Dávila Fernández, 30 mil 939; en tanto que se nulificaron mil 881 votos. En Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato y Querétaro, donde el PAN se conduce como partido en el poder, el margen de ventaja de Romero Herrera fue de 65.6, 31, 37.27 y 57.4 por ciento, respectivamente.
En el Estado de México, donde la integrante del equipo de Romero, Romina Contreras Carrasco es alcaldesa de Huixquilucan, el margen fue de 64.4 por ciento. Caso contrario en Baja California, entidad en la que el PAN no figura como partido oficial desde 2019, donde la ventaja del dirigente nacional electo sobre Adriana Dávila equivalió a 1.11 por ciento.
“El modelo de partido de los padroneros con el código genético marca Yunes no le sirve a México”, consideró en su mensaje Adriana Dávila Fernández, en el que de paso hizo alusión al Senador de la República Miguel Ángel Yunes Márquez. En el marco de la discusión de la reforma al Poder Judicial de la Federación el político veracruzano, quien asumió su escaño al amparo del Partido Acción Nacional, se perfiló para votar a favor la modificación con todo y tratarse de una enmienda impulsada por el oficialismo. Ello ocasionó la desaprobación del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, quien a propósito reprochó haberle concedido la candidatura al Senado.
Al día siguiente de la elección interna, la Presidente de México, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó que Jorge Romero Herrera lideraba “un grupo muy corrupto” asentado en la alcaldía Benito Juárez e involucrado en supuestas prácticas irregulares en el sector de bienes raíces.
Jorge Romero declaró que ofrecería diálogo al Gobierno de la República.
La mandataria emanada de Morena insistiría en su conferencia del 12 de noviembre, en alusión al panista: “Es el jefe del cártel inmobiliario”.
El domingo 10, el panismo bajacaliforniano también eligió dirigente en la entidad, como parte de una contienda a la que se inscribieron la exdiputada federal Lizbeth Mata Lozano y la exlegisladora local Amintha Briceño Cinco.
Cuatro mil 163 panistas votaron por una u otra militante, quienes contendieron en el ánimo de relevar a Mario Osuna Jiménez. Ese número tan sólo constituyó el 45.27 por ciento del padrón del PAN en Baja California, donde se conducen como miembros activos nueve mil 195 cuadros.
Lizbeth Mata se posicionó en la elección interna, con dos mil 229 votos. Aun cuando resultó victoriosa en seis de los siete municipios de Baja California, apenas superó a Briceño Cinco con margen de 295 sufragios.
Tanto en una elección como en la otra la participación en las urnas se ubicó por debajo de la mitad de la membresía.
Si bien las jornadas panistas del domingo se rigieron bajo el método de votación abierta a la militancia (y en el caso de Baja California, la participación en la contienda se abrió de manera exclusiva al género femenino), el ex gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, en su momento acusó que la dinámica de renovación de dirigencias estaba siendo controlada “por el grupo de Marko Cortés”.
El político ensenadense, con quien en 1989 llegó la alternancia a Baja California, tras décadas de gobiernos priistas, acudió a votar el domingo 10, con el pormenor de decidir nulificar el sufragio.
“Yo fui a votar, como tengo derecho y es responsabilidad de los miembros de Acción Nacional, pero anulé mi voto y lo hice en consonancia con esa razón de que el PAN se abra; porque lo que quiere decir es que ahorita el PAN está cerrado y está manipulado, y los procesos internos que se dice son democráticos y, entre comillas, están operados con el control del padrón, de las afiliaciones, de las bajas y de la operación misma de los procesos electorales internos”, manifestó en entrevista con ZETA el exmandatario estatal.
Recordó que en conjunto con los también ex gobernadores panistas Alejandro González Alcocer y José Guadalupe Osuna Millán, así como con el exsecretario de Gobierno Fortunato Álvarez Enríquez, buscó que los candidatos a dirigente del PAN se comprometieran con abrir el partido, de tal suerte que se despojara de aparentes maniobras cupulares e incluyera mayor presencia ciudadana.
Advirtió que en tanto no se atiendan sus demandas, él mantendrá una postura renuente al interior del blanquiazul.
“Así pues, como no creo en la operación interna del PAN y por eso insisto e insistimos los tres exgobernadores y Fortunato que el PAN se abra, mientras no se abra yo estaré anulando mis votos internos. Hasta que yo vea y crea y tenga comprobación de que el PAN se abrió, entonces empezaré a votar de manera efectiva nuevamente”, recalcó.
De sus expectativas de la conducción que Romero Herrera lleve en el PAN, indicó: “Lo dijo y lo firmó, igual que Adriana Dávila. Entonces, ¿cuánto le creo? Pues, esa es una pregunta subjetiva. Yo espero que cumpla con lo que se comprometió; y si no, se lo voy a reclamar públicamente”.
Dijo conocer de años atrás al político capitalino y relevó que tiene dudas de que con él al frente del PAN, esta fuerza política vaya a fortalecerse en términos institucionales.
“Fuimos compañeros diputados federales, sé cuál es su grupo político en la Ciudad de México, sé cómo se comportaron algunos de ellos que fueron mis compañeros en la 64 Legislatura Federal y no tengo duda que operan como grupo, cosa que no es extraña en la política; pero lo que es preocupante es que no esté claro que operan en beneficio del interés público”, aseveró.
Detalló que al interior del PAN hay grupos que se aferran al control del partido. “A veces de manera coloquial decimos que están ahí para colectar las migajas que queda de los procesos electorales a través de las plurinominales y luego se ve que se pelean por ellas, hay roces internos ahí, se jalonean…”.
Se pronunció por reformar el PAN de modo tal “que las plurinominales también se pongan a elección en procesos internos” tratando de evitar “que no sea la sacrosanta mano del dirigente en turno el que decide quién puede ejercer una candidatura plurinominal”.
En el curso del proceso para elegir dirigente en Baja California, Lizbeth Mata Lozano afirmó haber sido señalada de gozar del beneplácito de Marko Cortés como aspirante, en razón de que ocupó ocupado una curul en la LXV Legislatura como integrante de la fracción del blanquiazul.
A propósito, Ruffo estableció que a su modo de ver “era conocido que ella era la que iba a ganar por su identificación con el grupo político controlador en el Comité Ejecutivo Nacional”. Expuso que seguramente la exdiputada federal se conducirá “en consonancia con Jorge Romero”.
La definió como “una persona excelente”. Sólo que “los cargos públicos electorales” los ha obtenido “en su relación en la vida interna del PAN, en su lealtad incondicional a los controladores en turno del Comité Ejecutivo Nacional”, opinó.
Consultado por este Semanario, el exgobernador José Guadalupe Osuna Millán atribuyó la escasa participación en los comicios internos a que “la militancia no está contenta con el establishment que ya lleva diez años” en el PAN, con “Ricardo Anaya, Marko Cortés y ahora este muchacho (Jorge Romero)”.
Con todo y ponderar el método de elección abierta a la militancia que prevaleció para elegir dirigentes, sostuvo que aún “mucha gente que no está de acuerdo”, con los actuales liderazgos del PAN. “Entre ellos Ernesto Ruffo, y lo dijimos en una conferencia de prensa. Ruffo dice que es miembro activo del PAN, pero no milita en el PAN, en el PAN de Marko Cortés”, explicó.
Deploró que Romero Herrera haya ofrecido diálogo a la Presidenta de la República y planteó que el dirigente electo, ante todo, debe procurar unidad en el panismo y “dialogar con sus opositores adentro del PAN y dejarse de grupúsculos de interés personal”.
Con motivo del escenario local, expuso que González Alcocer, Álvarez Enríquez y él acudieron a votar el 10 de noviembre, y que en su caso particular y a nivel estatal, se inclinó por la candidatura de Briceño Cinco.
“Yo voté por Amintha y eso es ejercer la democracia. Para exigir libertad hay que ejercer la democracia. Si no, no tienes mucho valor, no tiene mucho sentido ese valor de la libertad”, remarcó.
De la militante ganadora, estimó: “El reto es que tome decisiones autónomas, que no se subordine a las decisiones del centro y que sea el modelo más eficaz de Baja California; cosa que ya ha sucedido, en el pasado, en los últimos 30 años, cuando gobernó el PAN: las decisiones se tomaban en Baja California, no en la Ciudad de México”.
En cuanto a la presunción de que la cúpula partidista se niega a incrementar las afiliaciones al partido consideró: “Yo creo que hay que hacer una depuración del padrón, nueve mil (en BC) no creo que existan. A lo que tienen temor yo creo es a abrirlo a la sociedad y es lo que estamos exigiendo, y que hagan una depuración del padrón. En esos nueve mil hay muchos hasta muertitos que no los han dado de baja”.
En el proceso interno, como compañero de fórmula de Adriana Dávila Fernández, participó Juan Marcos Gutiérrez González, quien en la LVII Legislatura se desempeñó como diputado por Baja California.
“Aquí nos ganan con mucha gente que no fue a votar, principalmente por ellos, porque no cree, porque una cosa es el incumbente y otra el retador. Nosotros retamos el estado de cosas. Ciertamente no convencimos, pero ellos tampoco fueron ratificados”, opinó vía telefónica el excandidato interno.
Según resumió, “es un resultado sumamente cargado a Romero, pero distorsionado por el manejo del padrón y por la intervención de algunos panistas que están en posiciones de gobierno con capacidad de movilización electoral”.
Gutiérrez González, acusó que en EDOMEX “operaron con toda la fuerza de Huixquilucan” y que tan sólo “con los estados de Veracruz, Ciudad de México, Estado de México, más el corredor Chihuahua, Querétaro, Guanajuato”, Romero Herrera, quien -entre otras figuras- incorporó a su planilla al excandidato a la jefatura de Ciudad de México, Santiago Taboada, concentró “casi la mitad de los votos” que obtuvo.
De la baja afluencia estableció que él no percibió un rechazo a la planilla de la que formó parte y que en todo caso lo que ahuyentó la asistencia a las urnas fue un estado de incredulidad. “Nos decían ‘Pues sí, no queremos a los que están’, pero era una especie de darse por vencidos; y, pues sí, es una combinación de decepción con pesimismo, con casi casi depresión política”, indicó.
“Estamos viviendo una depresión política dentro del PAN. El militante está deprimido, decepcionado. Entonces no cree en los que están, pero tampoco cree en las opciones; no porque no les guste, sino por la incredulidad de que fuéramos a ganar”, asentó.
El 13 de noviembre Jorge Romero recibió constancia de mayoría como próximo presidente del Comité Ejecutivo Nacional partidista.
El dirigente municipal del PAN en Tijuana, Christopher Domínguez Meraz, indicó a pregunta expresa que a partir de que se le entregó constancia correría un plazo de cuatro días en caso de que se pretendiera impugnar el triunfo de Romero. De no presentarse inconformidades, “se declara la validez y se hace le proceso de entrega recepción”, detalló.
En referencia a Lizbeth Mata, Domínguez Meraz concluyó: “Se prevé que el viernes (15) la ratifiquen”.