Los restos de la periodista y catedrática Ana Velia Guzmán descansan en la parroquia San Miguel Arcángel de la colonia La Escondida de la ciudad de Tijuana. Más de 250 personas acudieron a darle el último adiós a la periodista que perdió la vida el pasado 30 de septiembre tras complicaciones de salud por cáncer.
Familiares, amigos, colegas y la comunidad de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) se dieron cita en una dolorosa reunión por la ausencia de la reportera, profesora, madre, hija, esposa y amiga que supo ser Ana Velia Guzmán durante sus años de vida.
“La soñé ahora, no sé si la había soñado otro día. Estábamos en el carro y comiendo una paleta y me dijo que me quedara con su carro, no sé si será coincidencia pero yo le dije a mi papá que me quería quedar con su camioneta. Me dijo que ella me podía enseñar, aunque yo ya sabía. Ella es una mujer muy importante para nosotros, se ve en todos los que vinieron y agradezco a todos aunque perdón no los conozco”, expresó Daniel Barajas Gúzmán, como primer orador en la misa oficiada en memoriia de su madre.
Después de la misa oficiada a las tres de la tarde del jueves 3 de octubre, sus restos fueron depositados en un nicho de la parroquia el Fraccionamiento La Escondida. La familia anunció que el viernes 4 y sábado 5 se llevarán otras dos misas a las seis de la tarde en memoria de Ana Velia Guzmán.
“Las palabras que dijo el Rey Don Fernando el Católico a la muerte de Isabel, su esposa, a ver si las puedo decir sin atragantarme. Él decía “el dolor me atraviesa las entrañas”, eso me impresionó. Desde que mi hijita se empezó a poner ya gravemente, se me clavaba fuertemente, el dolor me atraviesa las entrañas y es la realidad. Pues siento muy bien que esté con Dios, pero humanamente sentimos la soledad”, expresó Juan Bernardo Guzmán, padre de Ana Velia.
“Tener esa vigencia y disfrutar cada corresponsalía era para ella lo máximo. y ella tomar miles de fotos y obvio recordar que ella seguía vigente. Mi última post fue con ella de la última cobertura que tuvimos y sé que ella desde donde me haya visto, ha estado contenta de que lo ha subido y que hayamos presumido nuestro trabajo, como ella decía el seguir vigente para ella era lo máximo seguir vigente”, comentó Víctor Jaime, el productor audiovisual con quien trabajó Ana Velia en TV Azteca y en su corresponsalía en France 24.
“Ay doña Angustias siempre. Le acabo de escribir ahí en ahora, le acabo de escribir justo ahora que falleció le puse “Angustias, sigo llorando”, porque era algo entre broma pero era su personalidad de ser aprensiva. Entonces para mí es doña Angustias con todo mi cariño”, recordó Maricarmen Flores, ex jefa de noticieros Televisa con quien trabajó Ana Velia en Notivisa.
“La voy a recordar como mucho estándar de profesionalismo, pero a la vez ella era mi amiga. Teníamos su hijo y mi hija una edad en común, era una gran madre. Va a hacer mucha falta, o sea, la verdad… no siento que… la voy a llevar en mi corazón, pero recordarla, como que no me cae el 20 pues, como que recordarla pues siento que aquí anda”, recordó Víctor Jaime.
Durante sus años como catedrática en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Guzmán combinó su vocación en el aula con el periodismo como corresponsal del canal de televisión de gobierno francés France 24, fue conductora de Hechos Baja California en TV Azteca entre 2010 y 1018; reportera en Televisa Baja California entre 1999 y 2006; y capacitadora independiente.
A Ana Velia le sobreviven: su esposo Alberto Barajas, su hijo Daniel, sus hermanos Paula Guadalupe, Juan Pablo, Carolina, Mariana y Bernardo, su madre Celia Maldonado y su padre Juan Bernardo Guzmán.
Antes de terminar la misa, Daniel su hijo, Paula Guadalupe su hermana y su padre Juan fueron los oradores. El padre de Ana Velia explicó que había escrito un mensaje, pero decidió no leerlo ante las emotivas palabras de Daniel; pero decidió compartir su mensaje escrito a los lectores del Semanario ZETA.
Oración fúnebre.
¿Por qué yo tengo vida para seguir errando y ella no tiene para seguir siendo virtuosa?
¿Por qué tenemos un cuerpo que a diario se derrumba, si pudimos ser los ángeles sin muerte?
¿Por qué llevamos la armadura involuntaria de una carne que nos cayó del cielo y no entendemos su fragilidad?
¿Por qué nos dan una estampida bioquímica y un cauce de apetencias que después son condenadas?
¿Por qué nos dan el puerto ilusorio de la vida, y al final nos llevan anclas a la muerte?
¿Por qué debemos abrazar el sufrimiento para que el alma emprenda el vuelo a la vida inacabable?
¿Por qué deseamos entender lo que nos manda un Dios perfecto si somos imperfectos?
¿Por qué yo tengo vida para seguir errando y ella, mi hija, a quien le di la vida no la tiene; para seguir siendo virtuosa?
¡Qué Dios nos ampare!
Juan Bernardo Guzmán Serratos, Septiembre 2024.