Contestaria, revolucionaria, idealista y envuelta en una historia de amor narrada con una cinematografía disruptiva, “Violentas mariposas”, de Adolfo Dávila, llega a la Selección Oficial de la vigésima segunda edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, a realizarse del 18 al 27 de octubre con el protagónico y debut de la cantautora sudcaliforniana Diana Laura Di en la pantalla grande
Surgida como un grito ahogado ante la injusticia e impunidad, en un contexto de profunda crisis y decepción social, con la música y el grafiti como armas, “Violentas mariposas” nace de la inquietud de abordar “a la juventud más despierta, crítica, y de retratar a los jóvenes con intereses artísticos que quieren cambiar su realidad, porque están hartos de lo que se vive en México, y la quieren combatir a través del arte”, describió a ZETA Adolfo Dávila, documentalista, escritor y productor caracterizado por abordar problemáticas sociales y culturales.
Compitiendo en la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), la película planteada en un contexto punk sigue a Víktor y Eva, dos ingenuos estudiantes rebeldes que exigen justicia hasta ser víctimas de la misma, detonando rabia y heroismo a través del arte para confrontar la impunidad y un sistema que les ha fallado. Por un lado, él quedó huérfano tras el asesinato de su padre periodista, cuya muerte sigue impune, y son las paredes su lienzo para incitar a la desobediencia social; mientras ella, estudiante de leyes, está convencida de que éstas no deben estar en manos de encorbatados, por ello trabaja pro mujeres víctimas de violencia de género.
Buscando mover conciencias, “Violentas mariposas” cuestiona y reflexiona.
“El tema central de la película siempre fue hablar de la carencia de justicia en nuestro país, el problema es que siento que ya se ha normalizado, como sociedad nos hemos acostumbrados a vivir en la injusticia, lo cual me parece muy triste. Sabemos que hay desapariciones, feminicidios y todo tipo de crímenes que nos tienen en hartazgo”, afirmó Dávila, de cuyos personajes “siempre se pensó que fueran punketos, que la chica fuera originaria de Tijuana, que creció en San Diego, de padres divorciados, papá gringo y mamá mexicana, e influenciada por su papá músico para amar el jazz y el punk; y esa realidad se vuelve importante en lo que recreo para esta película contestaria, que provoca y fue pensada para audiencias jóvenes”.
La cinta competirá en la Sección de Largometraje Mexicano del FICM, contra “Chicharras”, de Luna Marán; “La cocina”, de Alonso Ruizpalacios; “Un cuento de pescadores”, de Edgar Nito; “El hijo de su padre”, de Aarón Fernández; “Hombres íntegros”, de Alejandro Andrade Pease; “Lázaro de noche”, de Nicolás Pereda; “La raya”, de Yolanda Cruz; y “Sujo”, de Fernanda Valadez y Astrid Rondero, esta última, seleccionada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) para representar a México en los Goya y Oscar en 2025.
“‘Violentas mariposas’ es el debut para mis dos protagonistas, Alejandro Porter y Diana Laura Di. Él es un actor natural con gran capacidad histriónica, y estudiante de actuación; ella es una cantante con capacidad para actuar, con una cercanía singular con Tijuana. Es de Mulegé, Baja California Sur, pero con acento cercano a lo tijuanense, y el sentimiento de allá, su personaje, le exigió mucho, pero tiene carácter fuerte y llegó para adueñarse del papel. Tiene un futuro prometedor”, puntualizó Adolfo Dávila.
DE MULEGÉ A LA PANTALLA GRANDE
Expandiendo su letra, voz y música a la actuación, Diana Laura Di (instagram.com/dianalaura.di), oriunda de la Heroica Mulegé, Baja California Sur, ha colaborado con Mon Laferte, Andrés Sánchez y Patrick Watson, y mientras trabaja en su primer álbum discográfico, debutará como protagonista de “Violentas mariposas” -en la que es vocalista del grupo Revolt- junto al tijuanense Adrián Vázquez, además de Cecilia Dosantos, Norma Pablo, Sophie Alexander-Katz, entre otros.
“Llevo diez años haciendo mis proyectos de música y estudios en Ciudad de México, pero estaba viviendo con mi mamá en Mulegé cuando vieron mi reels y me contactaron por Instagram, pensé que era broma, hice el casting, conozco el acento y a Tijuana como la capital de toda la Península de Baja California, he ido muchas veces, tengo familia y amigos allá, y eso lo tomé de forma orgánica para la construcción de mi personaje”, describió la joven intérprete.
Respecto a representar a la península en FICM, “me llenan de emoción y orgullo mis raíces, las amo, hay una magia en Baja California, su naturaleza nos conduce a hechos maravillosos, a una calidad humana que también me ayudó para interpretar este personaje que es mi debut en cines; y también tengo la certeza de que nuestras tierras son mágicas, amorosas, expansivas, reflejo de cosas positivas que el mundo necesita”, abundó.
Con relación a encarnar la confrontación de la injusticia a través del arte y la música, “sin duda la música fue la conexión universal, el punk, qué escuchaba ‘Eva’ cuando iba a la escuela, su actitud, vestimenta, todo comenzaba a través de la música; por otro lado, el feminismo no me es ajeno, habita en mí desde el ejemplo de mi mamá, que trabaja con mujeres, por ello denota ese coraje y fuerza natural, no se rompe, no es vulnerable e hipersensible para poder sostener la defensa de mujeres que se están quebrando, y como actriz virgen, usé los recursos que conozco, apoyada de coach de actuación”, precisó la sudcaliforniana, quien prepara su primer álbum solista de música original con canciones de su autoría, inquieta por la censura, el miedo a la libre expresión y la herida colectiva por la falta de justicia.