En el marco del décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa -ocurrida el 26 de septiembre de 2014-, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que su Gobierno hizo todo lo posible por encontrar a los estudiantes.
“Y no hay, que les quede muy claro, se los digo de manera sincera, con todos mis sentimientos, no hay impunidad para nadie. Hicimos todo por encontrar a los jóvenes y a nadie se le protegió […] Queríamos saber todo, se complicaron las cosas, están enredadas, complicadas por intereses, pero la verdad siempre se abre paso, la justicia tarda, pero llega”, comentó el mandatario nacional, el 26 de septiembre de 2024.
Durante su conferencia de prensa matutina -llevada a cabo desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional-, el titular del Poder Ejecutivo Federal dijo que los padres de los 43 normalistas estaban en su derecho de manifestarse.
Sin embargo, el Gobierno de la Ciudad de México endureció un operativo policiaco en torno a la Plaza de la Constitución o Zócalo capitalino y colocó barreras de concreto en los accesos principales, para evitar el paso vehicular, mismas que se sumaron a las vallas antimotines, de tres metros de alto, así como las vallas metálicas, que resguardaban la fachada de Palacio Nacional y las calles que lo rodean.
“No quiero dejar de expresar mi sentir, mi tristeza y manifestar mi solidaridad con las madres y los padres de los jóvenes de Ayotzinapa, hoy se cumplen 10 años de la desaparición de los jóvenes […] Van a manifestarse, están en todo su derecho de hacerlo, hay que comprender lo que significa la pérdida de un ser humano, más cuando se trata de un hijo”, expresó el político tabasqueño.
No obstante, López Obrador dijo que las barreras de concreto se colocaron en los alrededores de Palacio Nacional, para detener a los “provocadores” y “conservadores”, que, según él, buscaban hacerle daño. Además, reiteró que la presidenta de la República electa, Claudia Sheinbaum Pardo, le daría continuidad al caso Ayotzinapa.
“Aunque son demandas muy justas, desde luego, siempre hay provocadores, gente que se aprovecha de las circunstancias, oportunistas, sectarios, conservadores que quisieran hacernos daño”, enfatizó el titular del Poder Ejecutivo Federal.
“Y tenemos que proteger los edificios históricos, en este caso la Catedral, el Palacio, porque no sólo vienen los papás, las mamás, vienen grupos de derecha, muy conservadores, de estos que se cubren el rostro, y que tiran piedras, y cohetones, y bombas molotov, y buscan hacer daño. Entonces, sin represión, porque en nuestro Gobierno no ha habido ni habrá represión, vamos a procurar que haya una manifestación pacífica”, aseguró el presidente.
“Decirles que, en lo que nos queda, estamos trabajando para encontrarlos y, como les expresé en la carta que les envié, Claudia Sheinbaum es una mujer muy sensible y le va a dar continuidad a la investigación”, agregó el político tabasqueño.
Un día antes, al presentar en su “mañanera” la carta que envió a los padres de los 43 normalistas desaparecidos, López Obrador rechazó que los militares no le hicieran caso y aseguró que miembros del Ejército no le tomaron el pelo.
“Dicen los del [Centro] Pro[dh] que no me hace caso el Ejército, que manda el Ejército y que aunque tenga buenas intenciones no puedo obligarlos a que digan la verdad. Yo soy un hombre de principios, independientemente de que soy comandante de las Fuerzas Armadas, lo he hecho hasta por escrito, dando instrucciones y órdenes, no me estoy chupando el dedo, está muy difícil que me tomen el pelo”, aseguró el mandatario nacional.
“Al contrario, los mandos de las Fuerzas Armadas han cooperado, han ayudado. Imagínense cuando le doy la orden al general [Luis Crescencio] Sandoval [González], de que cuide para que no se vayan a fugar algunos militares que presuntamente tienen responsabilidad, no solo instrucción verbal, sino por escrito y no se fugaron y se cumplieron las órdenes, en todo caso”, insistió el presidente.
Asimismo, el mandatario nacional acusó que a poderes extranjeros les convendría que en México hubiera un Ejército y una Presidencia debilitados. Además, en la carta a los padres de los 43 normalistas, López Obrador defendió que en su Gobierno habían actuado contra los militares que pudieron haber cometido delitos o omisiones en el caso Ayotzinapa.
“¿A quién le conviene que tengamos un Ejército debilitado, sin autoridad, no sólo Fuerzas Armadas, instituciones debilitadas, la institución presidencial? Pues a los poderes extranjeros, a las hegemonías […] Es importante aclarar que aún cuando no existe ninguna prueba de que el Ejército haya participado en la desaparición de los jóvenes, hemos actuado en contra de los militares que pudieron haber cometido los delitos de vinculación con la delincuencia organizada, o de omisión al no haber actuado para evitar los actos de violencia en contra de los jóvenes”, señaló López Obrador en su misiva.
“Los actos ilegales cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas no pueden manchar el prestigio de una institución creada para la defensa nacional, que debe ser un baluarte del Estado democrático, justo, libre y soberano de nuestra República”, expresó el político tabasqueño, en su carta.
El titular del Poder Ejecutivo Federal agregó que se habían procesado a 151 personas, de las cuales 134 son civiles, 16 militares, incluidos dos generales y un elemento de la Secretaría de Marina (SEMAR), y que se encontraban pendientes de ejecutar tres órdenes de aprehensión más, contra miembros del Ejército. También estimó que había sido poco lo alcanzado en el caso, aunque había ofrecimientos de algunos detenidos de dar información.
“Hasta ahora ha sido poco lo alcanzado, aunque existe el ofrecimiento de quienes ahora están detenidos de aportar, en un futuro cercano, información para encontrar a los estudiantes desaparecidos”, comentó el presidente, quien además manifestó que Gildardo López Astudillo, alias “El Gil” -ex líder de la organización criminal Guerreros Unidos y uno de los presuntos responsables de la desaparición de los 43 estudiantes-, quien aceptó ser testigo protegido y colaborar, no había mostrado voluntad de seguir cooperando.
“Uno de los miembros del grupo delictivo Guerreros Unidos, Gildardo López Astudillo, aceptó colaborar en calidad de testigo protegido y como resultado de su participación se logró identificar los restos de dos de los muchachos desaparecidos […] Sin embargo, no ha sido posible avanzar más porque el personaje principal que mencioné, que permanece en la cárcel, no ha mostrado voluntad para seguir cooperando”, acusó López Obrador.
Agentes de la Policía Federal Ministerial (PFM), de la Fiscalía General de la República (FGR) detuvieron, a las 21:35 horas del 6 de septiembre de 2024, a López Astudillo, cuando circulaba en la calle Morelos, de la colonia Santa Martha Acatitla, en la alcaldía Iztapalapa, de la Ciudad de México.
El testigo protegido de la FGR con nombre clave “Juan” fue detenido, también por elementos de la Secretaría de Marina (SEMAR), con base en una orden de aprehensión librada por el Juzgado Noveno de Distrito en Guerrero, por delincuencia organizada, en la modalidad de delitos contra la salud, según la causa penal 7/2016.
Según la ficha del Registro Nacional de Detenciones (RND), de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), “El Gil” fue trasladado a los separos de la Subdelegación de la FGR en Tacubaya y durante la madrugada del 6 de septiembre de 2024, fue internado en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) No. 1, El Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México.
En marzo de 2024, López Astudillo promovió un amparo para frenar cualquier posible detención en su contra, esto debido a que los beneficios por entregar información y colaborar con la FGR, solamente estaban relacionados con el caso de la desaparición de los 43 normalistas.
Luego, en mayo de 2024, la titular del Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en Materia Penal de la Ciudad de México le negó un amparo, por lo que se reactivó la orden para detener al presunto líder de los ‘Guerreros Unidos’.