En punto de las 10:25 de la noche el cuarteto tapatío liderado por David Velasco, la última gran sorpresa musical de Jalisco, avivó una velada memorable para más de 600 tijuanenses que se reunieron en la caja negra (Black Box), donde la libertad de danzar, separarse del suelo por instantes, y cantar a la par de las interpretaciones impregnadas de del experimento sonoro de pop, rock, electro, y psicodelia, encauzaron la noche.
“Cachito de galaxia”, “Pájaros”, “Cuervos”, “Espiral”, “Bandera”, “Guirnalda”, “Himno eterno” y “Rincón yucateco”, fueron algunos de los primeros episodios que programó Porter al son de la ovación de una inquieta ‘Tía Juana’ que envolvió con encanto los sintetizadores, las cuerdas eléctricas, y los rebosantes tambores apoderándose de los sentidos a unísono.
Atrapados en el galope psicodélico, los fronterizos de entre 18 y 45 años, tapizaron el aire con sus manos al son de “Mamita santa”, “Murcélago”, “Huitzil”, “Tzunami”, y “La china”, llevando de a poco al fin del encuentro con una ciudad que los abrazó desde hace dos décadas.
Encajonados en la oscuridad, con los altavoces dibujando su imaginería musical, la pintura de rostros sudados rozandose en el aire, y los destellos de una maqueta de luces con tonos morados, amarillos, azules, rojos y verdes, el inquieto cuarteto interactuó con encanto con los fronterizos la noche del último sábado de septiembre.
