Rumbo a su tercer informe al frente de la administración estatal, Víctor Castro Cosío enfrenta los peores índices de violencia contra la mujer en la historia de Baja California Sur: siete feminicidios oficialmente en lo que va de 2024, a comparación de los dos registrados en 2023; y seis en 2022. A esta cifra se suma la brutalidad de un doble feminicidio en Mulegé.
Los hechos ocurrieron el sábado 24 de agosto en el citado municipio. Pasadas las 11 de la noche fueron encontradas dos mujeres sin vida en el interior de un domicilio de la colonia El Rebaje en Mulegé Pueblo. Abuela y nieta fueron degolladas. La jovencita de 16 años estaba desnuda en una habitación, y su abuela, de 69 años, fue encontrada sin vida en la entrada de la vivienda.
Al cierre de esta edición, las autoridades estaban reuniendo la información y datos de prueba para emitir una orden de aprehensión en contra del primo de la adolescente, también menor de edad, quien estaría relacionado con el doble feminicidio ocurrido en el domicilio del poblado de Mulegé.
“Los datos que tenemos de manera inicial, pudiera tratarse de un intento de abuso sexual; quizá la abuela lo descubrió y este actuó de tal forma que asesinó a las dos víctimas. Esto es lo preliminar, pero una vez que se nos conceda la orden y podamos obtener la confesión del imputado, habrá más detalles sobre este lamentable hecho”, dio a conocer una fuente de la Mesa de Seguridad.
Preliminarmente, para las autoridades de procuración de justicia este doble feminicidio ya está esclarecido, sin embargo, se sigue en la espera de mayor información oficial.
GOLPEADA POR POLICÍAS EN LOS CABOS
Una mujer pudo documentar el abuso policial del que fue víctima por parte de elementos de Seguridad Pública Municipal de Los Cabos el pasado martes 6 de agosto del presente año, pues una grabación de poco más de dos minutos evidenció cómo elementos de la unidad DST-1066 la agreden cuando llegaba a su casa junto a un acompañante.
La agresión primero ocurrió afuera del domicilio de la afectada, quien llegó y se estacionó en la acera; allí estaba conversando con su acompañante y le pregunta si ella lo iba a llevar. Al cabo de instantes, se ve cómo le echan las lucen al rostro mientras están estacionados, y sin mediar una sola palabra, empieza la agresión por parte de los agentes, como se aprecia en la siguiente transcripción:
Policía (P): “Si no quieren que los molesten, métanse a su casa”.
Afectada (A): “Venimos llegando”.
P: “No me grites porque no somos iguales, no me grites hija de tu puta madre”.
A: (se ríe)
P: “Bájate” (le abre la puerta).
A: “No me puedes bajar”.
P: “Bájate, por favor, o te voy a bajar a chingazos”.
A: “No me puedes bajar”.
Acompañante: “No, no, no, no señorita, señorita”.
P: “Bájate pues, te estoy diciendo que te bajes”.
A: “Suélteme, porque no me voy a bajar”.
P: “Bájate, bájate; que te estoy diciendo que te bajes”.
A: “La que está gritando es usted. ¿Por qué me voy a bajar?, ¿por qué me está agrediendo, oiga?”.
P: “Bájate pues, porque va a ser peor”.
A: “¡Auxilio! ¡Auxilio!”.
P: “Bájate porque va a ser peor, porque en realidad no estoy usando la fuerza todavía”.
A: “O sea, me desgreña, me está desgreñando y todavía falta”.
La víctima fue identificada como Mercedes de la Cruz, la cual denunció el abuso de autoridad por parte de agentes de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos y presentó una denuncia penal, quedando bajo el número de carpeta de investigación CSL/4008/2023/NUC.
“Jamás pensé que me pasara esto a mí, y de verdad tengo miedo de la propia autoridad, y mis hijos también, porque vieron todo y fueron testigos, (así como) algunos vecinos que salieron. Iba llegando de mi trabajo como todos los días, venía llegando en el carro, estaba estacionada justo en mi casa en la avenida, cuando nos avientan las luces en la cara tres personas, dos del sexo femenino y un masculino, ni si quiera se presentaron. Me dicen qué estoy haciendo ahí, les dije que estoy llegando a mi casa y que vengo de mi trabajo; la señora me empieza decir que no le grite, cuando jamás le grite, se baja de la patrulla y me abre la puerta del vehículo para esto, queriéndome bajar del pelo, y me jaló el vestido”, aseguró la afectada.
Lo que parecía un simple jaloneo y una discusión entre la oficial y la afectada, subió de tono, y aunque la grabación de Mercedes fue pausada, las agresiones continuaron y en aumento: no sólo la policía que bajó de la unidad fue la agresora; se le sumaron los otros dos acompañantes y la agredieron físicamente.
La oficial al ver que estaba siendo grabada, no dejó de apuntar su lámpara hacia el celular de la ciudadana, echando la luz para evitar ser captada en video, lo que enfurecía a la oficial.
“Decidió esposarme arriba del auto y ahorcarme para que yo me bajara, y le dije que no lo iba a hacer; el policía hombre se sube al carro y me pone las esposas, y la otra policía se pone atrás del asiento a ahorcarme. Entre los tres estaban agrediéndome en mi vehículo, yo estando adentro, a mi acompañante se lo llevaron y me quitaron las llaves del carro. Empecé a pedir ayuda, y salió mi familia, mis hijos, mi tía y un vecino, y ni así les importó; seguían agrediendo, traigo mi mano súper hinchada y el cuello también, traigo un aruñón en la cara… De verdad tengo mucho miedo”, denunció la afectada.
Justo cuando Mercedes estaba siendo sometida arriba del auto, salió uno de sus hijos y cuestionó en varias ocasiones a los oficiales para saber cuál era el delito o infracción que había cometido, y los oficiales hicieron caso omiso de las interrogantes, reiterando “no se quiere bajar, la bajamos”, lo que alteró al adolescente.
“Agárrala del cuello y abrázala, agárrala del cuello pues, y aflójala, desmáyala”, fueron las últimas palabras que quedaron grabadas de los policías.
También el domingo 25 de agosto fue el día en que la violencia se ocultó detrás del uniforme, cuando dos elementos de seguridad fueron denunciados por golpear a mujeres en el municipio de La Paz; en ambos casos aseguraron que no les harían nada por pertenecer a cuerpos de seguridad y estar protegidos por el estado.
El primero de ellos ocurrió poco antes de las 9 de la noche. La víctima, Abigail “N”, denunció ante el Centro de Justicia para las Mujeres que había sido agredida por dos policías; la afectada narró que fueron encerradas y golpeadas en múltiples ocasiones, así quedó establecido en la carpeta LPZ/6129/2024/NUC en contra de José Alberto Falcón, elemento de la Policía Municipal de La Paz, y otro elemento más identificado como Ramsés.
La agresión tuvo lugar en la calle Amarilla entre Índigo y Terracota de la colonia Arcoiris 3. Lo curioso es que las afectadas, Abigail, su hermana y la hija del propio policía, de nombre Lizeth, llamaron al 911 para denunciar la agresión y las unidades de emergencia nunca llegaron; incluso la denunciante acudió al hospital con fractura y esguince cervical, aunque en la Procuraduría General de Justicia del Estado les dijeron que sólo fueron lesiones simples.
La afectada compartió fotografías de las lesiones que sufrió, como moretones en brazos, cuello y espalda, y en comunicación con su amiga -la hija del policía- relató que la estrellaron contra una barda y la golpearon muy fuerte.
“Me agarraron bien feo, Abby, ando bien golpeada y rasguñada de la cara. Qué te puedo decir, a mí me golpearon adentro los dos de tal manera que Arleth me tuvo que proteger, por eso salí y te dije ‘vete’ porque estaban muy bestias”, le comentó.
ZETA se puso en contacto con elementos de seguridad pública para conocer el parte informativo de este incidente, y de no ser por la carpeta de investigación, este suceso quedó sin registro oficial y apenas existe la prueba entre las llamadas del Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4) debido a que es chofer de uno de los comandantes de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz.
Minutos más tarde, a las 9:55 de la noche del mismo domingo, elementos de la unidad SPM-150 atendieron el reporte de una “riña familiar” en la calle Ballena Piloto y Kadeibi de la colonia Cola de Ballena en el municipio de La Paz, quedando registrado bajo el ticket número PAZ224135582, por lo que se aproximaron al sitio, ubicado al fondo de la colonia Calafia, a metros de la Policía Estatal Preventiva.
Pasadas las 10 de la noche, los policías se toparon a una mujer que perseguía un carro Nissan Sentra de color gris plata; les aseguró “ahí va la persona que me había pegado”, por lo que de inmediato emprendieron su persecución, alcanzando al vehículo a escasos 100 metros sobre la calle Calafia y Camino Vecinal. En el auto viajaba el piloto del sexo masculino identificado como Alejandro Salazar Avilés, de copiloto una mujer de nombre Norma Gutiérrez Fernández, y en el asiento trasero, recostado, un masculino.
En ese instante se acercó la denunciante de nombre Yedani Sánchez, que señaló al ocupante que iba escondido en la parte trasera como su agresor; y dijo que aproximadamente a las 9:40 p.m. llegó su mamá de nombre Neli García, acompañada de Jacob Neftalí Burciaga Rangel, y al encontrarse en su domicilio ubicado en calle Kadeibi entre Ballena Piloto y Agingandu, discutió con ambos y este último le dio un puñetazo en el ojo izquierdo y el estómago.
A quien se identificó como Jacob Neftalí, de 30 años y originario de Durango, de ocupación en inteligencia de la coordinación estatal de la Guardia Nacional, quedó detenido por el delito de lesiones, esto luego de ser señalado directo por la víctima.
CIFRAS NEGRAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Tan sólo en lo que va de este año cuatro mujeres fueron localizadas en fosas clandestinas; casos que colectivos de búsqueda solicitaron se investigue con perspectiva de género. A esto se suma la muerte de Jazmín Esmeralda Rosales Preciado, localizada con múltiples lesiones, por lo que la Procuraduría General de Justicia del Estado afirmó que fueron a consecuencia de un suicidio, línea de investigación que familiares y amigos de la hoy occisa rechazan.
En lo que refiere a violencia familiar, el aumento es de 26.4 por ciento en 2024 con respecto al mismo período de 2022; y 4 por ciento más que en 2023. En 2022 se cometieron 2023 delitos contra la familia; mientras que en los primeros siete meses del 2023 hubo un registro de dos mil 462 carpetas por violencia familiar. En el 2024 ya van dos mil 558 carpetas de investigación abiertas por atentados contra la familia. Por mes, se cometieron 292.33 delitos en 2022; 350.08 en 2023; y van 365.42 en este 2024.
Los ataques sexuales también han ido en aumento. Mientras que en 2022 se cometieron en promedio 84.66 ataques sexuales al mes, y en el 2023 ocurrieron 90.5 ataques mensuales; actualmente el registro es de 97.5 en promedio por mes, lo que refleja una alza de 15.16 por ciento de ataques sexuales con respecto a 2022; y en promedio 7.7 por ciento más ataques al mes que durante 2023.
“Hay un tema, y es uno de los tropiezos que me encontré. Es un problema estructural, muy sólido, muy pegado, que es la violencia contra las mujeres; habíamos hablado una y otra vez antes, pero yo no lo conocía hasta ahora que participo en mesas de seguridad. Ya tengo años, cinco años participando en la mesa de seguridad, y esto para mí es sumamente delicado; es el tema más importante para mi gobierno”, reconoció Víctor Castro Cosío.
Para enfrentar las cifras al alza, el Gobierno de Baja California Sur de nuevo sostuvo una reunión con los responsables de la Mesa de Seguridad y las dependencias de seguridad y justicia, con el fin de establecer mecanismos de protección y reducción de la violencia contra la mujer.
“Nos reunimos con los titulares de diversas dependencias estatales para trazar nuevas estrategias y fortalecer las acciones destinadas a combatir la violencia contra las mujeres. Nuestro compromiso es firme: trabajar desde el hogar y las comunidades para garantizar ambientes seguros, respetuosos y libres de violencia”, externó Castro, al tiempo que la suma de feminicidios y la violencia familiar tan sólo en este año demuestran que el discurso es rebasado por una lamentable realidad en Baja California Sur.