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miércoles, septiembre 18, 2024
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Descanso

— A ver, Luisito, vas a definir ante toda la clase la palabra “descanso”.

— Pero profesor, es que no sé lo que es.

— Te daré una pista: ¿qué hace tu papá después de trabajar?

— ¡Eso es lo que mi mamá quisiera saber!

Autor: La mamá del niño.

 

El mejor

— Pepe, ¿por qué estás tan contento esta mañana?

— Cómo no voy a estar contento, si mi mujer me ha dicho que soy el mejor besucón de todo el barrio.

Autor: El vecino.

 

El viajero

Un viajante llegó a su casa después de haber pasado toda una semana de viaje.

— ¡María! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa porque te trataré como nunca.

Entraron en la habitación, se metieron en la cama y toda la noche fue un escándalo. Fue tal el ajetreo y el ruido de la cabecera contra la pared, que al poco de empezar escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:

— Ya basta, ¡esta es la segunda semana así y siguen!

Autor: Un desvelado.

 

Causa de divorcio

La señora llega a casa de su hija y encuentra a su yerno furioso preparando una maleta.

— ¿Qué pasa? —pregunta ella.

— ¿¿Que qué pasa?? ¡¡Le voy a decir exactamente lo que pasa, señora!! Le mandé un e-mail a Catalina diciéndole que hoy regresaba a casa de mi viaje de trabajo. Llegué a casa y… ¿puede adivinar lo que me encontré? A mi esposa, ¡sí, su hija!, con un hombre como el Señor lo trajo al mundo. Este es el fin de nuestro matrimonio. ¡¡Yo me largo de aquí para siempre!!

— ¡Cálmate! —dice la suegra—. Hay algo que no me cuadra. Catalina nunca haría una cosa de esas. Yo la eduqué y la conozco bien. Espera un momento mientras averiguo qué fue lo que pasó.

Un momento después regresa la suegra con una sonrisa enorme.

— Ya ves, te dije que tenía que haber una explicación lógica y la hay: lo que pasa es que… ¡Catalina no recibió tu e-mail!

Autor: Catalina sonriente.

 

Entre “amigos”

Están dos amigos charlando; uno de ellos es muy pesado, hasta tal punto que el otro se le acerca y le da un guantazo enorme en toda la cara. El otro se le queda viendo y le dice:

— Compadre esto no se va a quedar así…

A lo que el otro le responde:

— Espera, en unos minutos se te va a hinchar.

Autor: Un vengativo.

 

Sin enemigos

Casi al final del servicio dominical el sacerdote preguntó:

— ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?

El 80 por ciento de la sala levantó la mano. El sacerdote insistió con la pregunta. Todos respondieron de nuevo, excepto una viejecita.

— Señora Josefa, ¿no está dispuesta a perdonar a sus enemigos?

— Yo no tengo enemigos —respondió dulcemente.

— Señora Josefa, eso es muy raro… ¿Cuántos años tiene usted?

— 99 —respondió.

La congregación se levantó y la aplaudió.

– ¿Puede pasar al frente y decirnos cómo llega a los 99 años sin tener enemigos?

La señora Josefa pasó al frente, se dirigió a la congregación y dijo:

— ¡¡Porque ya se murieron todos esos desgraciados!!!

Autor: El cura.

 

Diagnóstico

— Doctor, ¿tiene ya el resultado de mi análisis de laboratorio?

— Sí, usted tiene una infección múltiple por tifus, malaria, ébola, peste bubónica, viruela y cólera. Le tendremos que ingresar y le someteremos a una dieta a base de rebanadas queso.

— ¿Y con eso me curaré?

— Ni idea, pero es lo único que cabe por debajo de la puerta.

Autor: Recuerdo de la pandemia.

 

Gentilicios

Dos amigos se encuentran y uno le dice al otro:

— Pues he estado en Portugal de vacaciones.

— ¿Y qué tal por allí? ¿Qué tal las lusas?

— ¿Las lusas? Esto… sí… muy bien…

El amigo vuelve a su casa y busca el significado de lusas en el diccionario y ve que se trata del gentilicio de las portuguesas. Al tiempo se vuelven a encontrar:

— ¡Hombre!, ¿qué tal todo?

— Pues bien, ¡acabo de venir de Alemania!

— ¿Ah sí? ¿Y cómo te fue? ¿Te gustó? ¿Qué tal las teutonas?

— Eh…bien, las teutonas bien.

El hombre va a casa y busca en el diccionario la palabra teutona, y ve que es el gentilicio de las mujeres de Alemania. Al cabo de unos meses se encuentran:

— ¡Hoooola! ¿Qué tal? ¿Cómo te va?

— De maravilla, acabo de venir de Egipto.

— ¿Ah, sí? ¿Y qué tal por allí? ¿Te gustaron las pirámides?

— ¿Las pirámides? Uf, ¡¡¡son unas locas!!!

Autor: Un viajero.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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