— A ver, Luisito, vas a definir ante toda la clase la palabra “descanso”.
— Pero profesor, es que no sé lo que es.
— Te daré una pista: ¿qué hace tu papá después de trabajar?
— ¡Eso es lo que mi mamá quisiera saber!
Autor: La mamá del niño.
El mejor
— Pepe, ¿por qué estás tan contento esta mañana?
— Cómo no voy a estar contento, si mi mujer me ha dicho que soy el mejor besucón de todo el barrio.
Autor: El vecino.
El viajero
Un viajante llegó a su casa después de haber pasado toda una semana de viaje.
— ¡María! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa porque te trataré como nunca.
Entraron en la habitación, se metieron en la cama y toda la noche fue un escándalo. Fue tal el ajetreo y el ruido de la cabecera contra la pared, que al poco de empezar escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:
— Ya basta, ¡esta es la segunda semana así y siguen!
Autor: Un desvelado.
Causa de divorcio
La señora llega a casa de su hija y encuentra a su yerno furioso preparando una maleta.
— ¿Qué pasa? —pregunta ella.
— ¿¿Que qué pasa?? ¡¡Le voy a decir exactamente lo que pasa, señora!! Le mandé un e-mail a Catalina diciéndole que hoy regresaba a casa de mi viaje de trabajo. Llegué a casa y… ¿puede adivinar lo que me encontré? A mi esposa, ¡sí, su hija!, con un hombre como el Señor lo trajo al mundo. Este es el fin de nuestro matrimonio. ¡¡Yo me largo de aquí para siempre!!
— ¡Cálmate! —dice la suegra—. Hay algo que no me cuadra. Catalina nunca haría una cosa de esas. Yo la eduqué y la conozco bien. Espera un momento mientras averiguo qué fue lo que pasó.
Un momento después regresa la suegra con una sonrisa enorme.
— Ya ves, te dije que tenía que haber una explicación lógica y la hay: lo que pasa es que… ¡Catalina no recibió tu e-mail!
Autor: Catalina sonriente.
Entre “amigos”
Están dos amigos charlando; uno de ellos es muy pesado, hasta tal punto que el otro se le acerca y le da un guantazo enorme en toda la cara. El otro se le queda viendo y le dice:
— Compadre esto no se va a quedar así…
A lo que el otro le responde:
— Espera, en unos minutos se te va a hinchar.
Autor: Un vengativo.
Sin enemigos
Casi al final del servicio dominical el sacerdote preguntó:
— ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 80 por ciento de la sala levantó la mano. El sacerdote insistió con la pregunta. Todos respondieron de nuevo, excepto una viejecita.
— Señora Josefa, ¿no está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
— Yo no tengo enemigos —respondió dulcemente.
— Señora Josefa, eso es muy raro… ¿Cuántos años tiene usted?
— 99 —respondió.
La congregación se levantó y la aplaudió.
– ¿Puede pasar al frente y decirnos cómo llega a los 99 años sin tener enemigos?
La señora Josefa pasó al frente, se dirigió a la congregación y dijo:
— ¡¡Porque ya se murieron todos esos desgraciados!!!
Autor: El cura.
Diagnóstico
— Doctor, ¿tiene ya el resultado de mi análisis de laboratorio?
— Sí, usted tiene una infección múltiple por tifus, malaria, ébola, peste bubónica, viruela y cólera. Le tendremos que ingresar y le someteremos a una dieta a base de rebanadas queso.
— ¿Y con eso me curaré?
— Ni idea, pero es lo único que cabe por debajo de la puerta.
Autor: Recuerdo de la pandemia.
Gentilicios
Dos amigos se encuentran y uno le dice al otro:
— Pues he estado en Portugal de vacaciones.
— ¿Y qué tal por allí? ¿Qué tal las lusas?
— ¿Las lusas? Esto… sí… muy bien…
El amigo vuelve a su casa y busca el significado de lusas en el diccionario y ve que se trata del gentilicio de las portuguesas. Al tiempo se vuelven a encontrar:
— ¡Hombre!, ¿qué tal todo?
— Pues bien, ¡acabo de venir de Alemania!
— ¿Ah sí? ¿Y cómo te fue? ¿Te gustó? ¿Qué tal las teutonas?
— Eh…bien, las teutonas bien.
El hombre va a casa y busca en el diccionario la palabra teutona, y ve que es el gentilicio de las mujeres de Alemania. Al cabo de unos meses se encuentran:
— ¡Hoooola! ¿Qué tal? ¿Cómo te va?
— De maravilla, acabo de venir de Egipto.
— ¿Ah, sí? ¿Y qué tal por allí? ¿Te gustaron las pirámides?
— ¿Las pirámides? Uf, ¡¡¡son unas locas!!!
Autor: Un viajero.