Ha pasado medio año desde que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, anunciara la nacionalización de la Exportadora de Sal (ESSA) de Guerrero Negro, con una inversión multimillonaria que convirtió al Gobierno de México en el único accionista propietario de la salinera más grande del mundo.
Sin embargo, la celebración de la administración federal ha pasado a un escenario de preocupación, ante una crisis ya inocultable debido a problemas evidentes en la comercialización de la sal, que en estos momentos reporta un estancamiento de millones de toneladas.
Gracias a testimonios de trabajadores de la ESSA, la noticia comenzó a estar en el foco, y en julio de este año se cuestionó al gobernador del Estado, Víctor Castro Cosío, sobre la situación, no obstante, la información llegaba a cuenta gotas.
“La información que tengo es muy limitada de una empresa ya nacional, pero depende de la Secretaría de Economía. Lo que se ha hecho como algo público es que no han vendido la sal que se tenía programado”, dijo hace casi dos meses.
Fue hasta esta semana, con evidencia de fotografías y testimonios, cuando el mandatario confirmó que la crisis en la empresa ubicada en el municipio de Mulegé ya acumula alrededor de seis millones de toneladas de sal, que está estancada en los puertos de El Chaparrito y El Morro en Isla de Cedros.
Castro Cosío aseguró que en su más reciente visita a la Ciudad México logró un acercamiento con Marcelo Ebrard, quien será el próximo secretario de Economía en el sexenio de la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
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“Ya platiqué con el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, para tener una reunión en Guerrero Negro y buscar la manera de que la salinera pueda ser reforzada en este sexenio. La recuperamos para la nación, pero ahora necesitamos fortalecer la comercialización de la sal de Guerrero Negro”, dijo.
“Que no haya ese monopolio que tenían los japoneses y que ahora están presionando para bajar el precio de la sal, por eso hemos tenido problemas. Eran varios millones de toneladas, alrededor de cinco o seis millones de toneladas”, reiteró.
Al ser cuestionado sobre qué está impidiendo este fenómeno que trae en jaque a la exportadora, el mandatario respondió que se trata de una lucha por los precios que hay en el mercado de la sal en estos momentos.
“Están los precios; la empresa nuestra no ha querido malbaratarla, prefirió mantener la sal que no se echa a perder, pero buscar mercados nuevos y que paguen el precio de la sal que está por encima de 20 dólares la tonelada”, argumentó.
Cabe mencionar que el acumulado de sal que no se ha vendido estaría rebasando la mitad de la producción anual que se logra en ESSA.
De acuerdo con datos del Gobierno de México y de la Secretaría de Economía, al año la salinera de Guerrero Negro tiene una producción de ocho millones de toneladas.
“Efectivamente, está estancada una buena parte. Se vendió, pero no como queremos”, recalcó Castro Cosío.
En este punto de la entrevista, al intentar ahondar en el tema y cuestionar si hay una fecha para que Marcelo Ebrard acuda a Guerrero Negro, el gobernador reviró haciendo hincapié en que la nacionalización de la ESSA debería ser un tema de orgullo para la generación actual.
“La salinera, para tu interés, sí tiene que fortalecerse. Si algo hizo el Presidente fue recuperarla para el país, deberías estar orgulloso, ustedes los jóvenes: estar orgullosos de que se recuperen los bienes que se privatizaron, la gente que hizo tanto daño al país con la corrupción y los privilegios”, declaró.
“Eso deben de entenderlo los más jóvenes para que les transmitan a sus hijos que viven en una patria que hay que recuperarla toda; que todas estas empresas, que eran prácticamente del extranjero, vuelvan a la nación; que podamos desarrollar un país donde haya oportunidades para todos”, agregó.
Previamente, el titular del Ejecutivo estatal dijo confiar en que saldrán adelante de los problemas de comercialización y que el contexto actual es parte del proceso.
ANTECEDENTE
Desde agosto de 2023, Víctor Castro anunció que el Gobierno Federal trabajaba en la compra del 49 por ciento de las acciones de la ESSA, que estaban en posesión de Mitsubishi, esto en reuniones con empleados de la salinera.
“Lo está haciendo Andrés Manuel, aquí se comprometió en Guerrero Negro con el Sindicato de no privatizar la empresa. Andaba ya el ‘run run’ muy fuerte de que se quedaban los japoneses con ella”, prometió,
“Ahora está para comprarle a los japoneses la parte que le toca, así está planteando el presidente, tan si es necesario comprarles la planta. Vamos a ganar, ganaría Guerrero Negro y ganaría Mulegé, en vez de entregarla al extranjero o a los privados”, aseguró.
El 24 de febrero de este año, el Presidente de la República confirmó la inversión de mil 500 millones de pesos para comprar las acciones del capital de origen japonés; con esto el Gobierno de México pasó a ser el único propietario de la empresa.
López Obrador negó que se tratara de una expropiación y celebró la compra, insistiendo en que recuperaron la exportadora para los mexicanos, por lo que llamó a la transacción como la nacionalización de la ESSA.
“Va a seguir funcionando muy bien, con buenos resultados. Tenemos que sacarla adelante y alejarla lo más que podamos, para siempre, de la quiebra y de la privatización. Es una empresa del pueblo de México y en especial de Mulegé y Guerrero Negro”, expresó en ese momento.
La titular de la Secretaría de Economía del Gobierno Federal, Raquel Buenrostro Sánchez, precisó que estos mil 500 millones de pesos provenían en un 75 por ciento del Fideicomiso de Fomento Minero y en un 25 por ciento del Servicio Geológico Mexicano.
La salinera más grande del mundo abastece la zona del Pacífico en Asia y en la costa este de Norteamérica; las ocho millones de toneladas que produce al año representan el 84 por ciento de toda la sal que se genera para comercialización en el país.
Con un precio por tonelada que oscila alrededor de los 20 dólares, la solvencia de ESSA coloca a México como el séptimo productor de sal en el mundo y uno de los principales en toda América Latina.
Tan sólo en la última década ha generado más de dos mil 800 millones de pesos en impuestos para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) y para el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS).
INCERTIDUMBRE LABORAL
La situación no ha pasado desapercibida para la comunidad de Guerrero Negro, ya que, con una plantilla que supera los mil 300 empleos, la salinera representa la principal fuente de trabajo permite que fluya la economía en el poblado.
A través de testimonios anónimos, trabajadores mencionaron cómo se vive la situación ante el estancamiento de la mitad de la producción anual, apuntando a que el incremento de precio en la tonelada de sal es el motivo que ha llevado a la planta a esta problemática de comercialización.
“Relacionado a las ventas, a nosotros como trabajadores no nos dan muchas explicaciones; lo único que nos dicen es que la sal no se ha vendido porque le subieron mucho el precio”, comentaron.
“A nivel mundial el precio de la sal industrial por tonelada métrica es de 23 a 24 dólares la tonelada y nosotros o el Gobierno la quiere vender a 26; es por eso, es una de las causas que no quieren comprar sal porque es más cara”, explicaron.
Asimismo, mencionan que se han topado con algunas modificaciones en determinados departamentos, como reducción de turnos laborales.
A pesar de esto, dicen, afortunadamente el pago de salario no ha reportado ninguna afectación trascendental, sólo en el tiempo extra que podían generar antes, durante los domingos.
Antes de esta problemática, se hacía hincapié en la necesidad de modernizar la infraestructura, reto que puede requerir de una inversión de hasta 200 millones de pesos, debido a accidentes que se han registrado en los últimos años y a fallas que han provocado retrasos en cargas de navíos.
Ahora la esperanza está puesta en el cambio de administración federal, puesto que la población no tiene otra opción más que esperar a que la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, tome protesta e inicie su gobierno para definir si se pondrá solución a la crisis.
“Esperemos que el nuevo gabinete o los nuevos gobernantes traigan nuevas ideas para que se pueda vender la sal”, comparten.
Por otra parte, hay quienes refieren que, aunque hay incertidumbre notoria en la planta, se muestran más positivos de que todo se mejorará dentro de poco.
“Sabemos que va a cambiar muy pronto todo y va a ser para bien estamos esperando el cambio de gabinete; nada más que se acomode la nueva administración y tendrá un giro favorable porque nuestro Presidente compró las acciones de Mitsubishi para mejorar la empresa mexicana”.
Alonso Gutiérrez Martínez, subsecretario de Economía del Gobierno del Estado, insistió en que la producción ha estado trabajando de manera normal y que no es un tema de preocupación, sino de ocuparse en soluciones.
“Se platicó con Marcelo Ebrard en un acercamiento que tuvimos todos los secretarios de Desarrollo Económico del Estado; quedó de tocar este tema a la brevedad posible. Esperamos un pronto acercamiento para estar involucrados; te recuerdo que la exportadora de sal es un tema federal que también tiene repercusiones estatales, pero en el tema de los trabajadores está todo de manera normal”, declaró.
En este sentido, afirmó que esperan acercamiento con la próxima administración para hacer un análisis y plantear estrategias con el tema de la comercialización.
“Hay una demanda mundial por el producto de la sal, siempre se han estado acercando con la exportadora para buscar cualquier alianza o convenio comercial que se pueda hacer para proveerle este producto a varias empresas; sin embargo, el convenio que tenía Mitsubishi… pues, Mitsubishi tenía todo el tema de la comercialización”, explicó.
