Desde que AMLO implementó su “abrazos, no balazos” (que fue una derrota para él, fracaso total), ha sido de manifiesto público su demasiado amor político hacia candidatos de su misma corriente, muchos enropados con la bandera morenista mientras bajo esa indumentaria resaltan azul, amarillo, tricolor, verde, naranja… Ha sido campaña política y precampañas desde 2018 hasta hoy, que el partido político de AMLO y sus seguidores, a la hora de hacer política se apapachan, se besan cachetito con cachetito, sonrisas, alientos con alientos, lágrimas.
Que si ganan tales curules en espera, vienen y vendrán cascadas de billetes, carretilladas, viáticos, carros del año, vales, hoteles “nice”, viajes en avión, sueldazos… sin haber cursado o estudiado un manualito de cómo ser alcalde, gobernador, diputado, presidente del país. Eso y nada más es el talón de Aquiles, el porqué de demasiado amor político, fundido en un sólo interés, aunque no tengan agallas de servidor público ni funcionario.
Por eso todos quieren ser políticos y pertenecer a un partido. Hoy Morena es la “opción” de la abundancia, glamour, dinero, concertaciones, levantar dedo o mano en tales cámaras, coincidir con los pensamientos del poder que gobierna y gobernará México. Aunque por dentro les arda el alma y el corazón, sí tienen principios de partidos que los empujaron a llegar a la política; hoy gozan y resollan con Morena en la abundancia económica (buenos pagos), de ir a la ciudad de los Palacios o estar en su propia entidad como diputados locales encubiertos.
Así es la cargada de la 4t y su segundo piso que tanto pregona la electa señora Sheinbaum. Todos son uno y se verán todos de nueva cuenta en San Lázaro, coincidirán en el avión, aeropuerto, hotel, Paseo de la Reforma #135, calle Congreso de la Unión, y seguro harán leyes y reformas que no tendrán obstáculos contra tales ideales de los flamantes morenistas que estarán sentados y subirán al podio de tales cámaras a hablar. A todo dirán “sí, sí, sí”.
Deben someterse a la nueva “señora del poder”, el cual AMLO prácticamente se lo dio al decir “tú eres la elegida, la mesías política; yo te ungí, eres mi hechuras”, además de los millones que empezó a dar desde 2018: porque “los apoyos sociales son y fueron lo que yo hice que llevaran a Sheinbaum al poder”.
Todo esto es cierto. No hubo voto inteligente en millones de electores; se fueron y aseguraron su chivo de 2024 a 2039 (¿quién les da pan que llore?). El partido político Morena es el partido que arropará un montón de candidatos que ganaron sin hacer tanto proselitismo; sin poner a trabajar sus ramificaciones cerebrales ganaron por obra y poder del tabasqueño Andrés Manuel. Bueno, ya ganaron; necesita el país mucho para mejorar tantas carencias, vicios, corrupción (aún existe).
Y el elector, el electorado los tendremos bajo lupa para ver qué tanto han trabajado, y si tienen propuestas auténticas; no nomás levantar el dedo o mano y seguir lo que digan los demás. El país sigue ardiendo, no estamos bien.
Hay mayoría morenista y deben indagar, regresar a sus distritos y llevar las soluciones que prometieron en campaña. A ver si el amor político de Morena regresa a sus electorados y sus gobernados, que somos nosotros y los esperamos. Si conocen la palabra democracia y justicia social.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.