¿Dónde están los “combativos” dirigentes del Maclovio Rojas? ¿Dónde se han metido que ni resuellan? ¿Acaso el Estado burgués ya cumplió a cabalidad con las promesas que les hizo a los pobladores?
Los actuales liderzuelos del poblado Maclovio Rojas de la ciudad de Tijuana, Cassandra Hernández y Juan de Dios Escalante, han resultado ser unos fieles epígonos de Hortensia Hernández y de Artemio Osuna, los otrora bandoleros perredistas-morenistas que mangonearon, tiempo atrás, a los habitantes de dicho poblado.
Son Hernández y Escalante unos bribones. Anticomunistas y reaccionarios por añadidura. Con juntitas y diálogos con los representantes de la tiranía no se resuelven los problemas de los pobres. Esas juntas apestan a hipocresía y demagogia. A manipulación.
Solamente a través de la lucha revolucionaria, tesonera y sin cuartel, contra los déspotas en el poder es posible que la causa de los pueblos triunfe. El pacifismo y el legalismo burgués frenan la lucha popular.
Con reuniones con representantes del régimen absolutista en la Ciudad de México, tomando café con galletitas no se arregla nada… ¿Por qué no obligar a los déspotas gubernamentales para que las juntas se lleven a cabo en el poblado? Públicamente. Sin kaibiles policiacos de ningún tipo alrededor.
El plantón que llevaron a cabo del 19 al 25 de mayo frente a la terminal de almacenamiento y distribución de PEMEX, en Rosarito, fue una actividad de lucimiento. Sin energía. Mucho ruido y pocas nueces. Tratando de no herir a la burguesía. Sino tan sólo procurando “llamar la atención” de los déspotas en el poder.
Si en más de 30 años el régimen “no los ha visto”, es una absurdidad suponer que ahora con guangochudos plantones vayan a “llamar la atención” de la mafia de la “4T”.
Han transcurrido más de tres décadas de sobrevivir en ese pedazo de tierra, y podrán transcurrir otros 30 años más y la mayoría de los habitantes de esa comunidad seguirán sufriendo las penurias propias que padece la totalidad de la clase obrera bajo un régimen autocrático.
El gobierno de López Obrador no es ningún gobierno socialista proletario, como pretenden presentarlo algunos imbéciles, sino un maldito régimen pelele de la clase rica burguesa. Sobre todo, de los inversionistas-imperialistas extranjeros.
Preguntamos: ¿Será verdad que con un título de propiedad “legal” de sus solares estarían los habitantes del Maclovio Rojas protegidos para evitar a perpetuidad ser desalojados si así lo decidiera algún día el gobierno o algún todopoderoso capitalista? Claro que no. Pretextos “legales” para despojar a los pobres de sus casas sobran.
Hoy somos testigos como poderosas empresas (Coppel, Oxxo, gasolineras, Hyundai, etc.) se han apropiado de grandes extensiones de terreno en el susodicho poblado. Sin embargo, los liderzuelos han permanecido callados ante esa evidente usurpación. ¿Qué no se dijo desde el principio que los terrenos serian exclusivamente para casa-habitación, para gente pobre? ¿Por qué se ha permitido que gente rica se siga apropiando de innumerables solares en dicha comunidad? ¿Por qué no se han tratado de recuperar esos terrenos? Todo esto tiene un fétido tufo a complicidad, a tranza.
Los criminales priistas de Antorcha Campesina y los otrora bandoleros perredistas y hoy morenistas-petistas del Maclovio Rojas cojean de la misma pata. “Dinero habla”, dice la sentencia popular.
Es un hecho. Ni un solo proletario está a salvo en la actual sociedad burguesa de la rapacidad de la clase rica. Con título o sin título de su vivienda. ¿Acaso la mayoría de los trabajadores, de las diferentes colonias proletarias, de Baja California y de México, no viven en la misma incertidumbre?
Nosotros sostenemos que los recientes derrumbes ocurridos en las colonias Lomas conjunto residencial, la Sánchez Taboada, Lomas del Rubí, etc., no se debieron a falla geológica alguna. Fue la maldita CESPT la que provocó fugas intencionales para ocasionar la caída de casas y arrebatarles sus terrenos a los colonos. Derrumbamientos adrede para beneficiar a poderosos “desarrolladores”, como el Grupo Melo (entrañable compinche del magnate Jaime Bonilla).
Todos los trabajadores son hermanos de clase. Y deben apoyarse mutuamente. Sólo la unidad los hace fuertes. Pero quienes se unen con los enemigos de clase son unos traidores al proletariado y deben ser puestos en la picota. Aplastados. Como se aplasta a un venenoso escorpión.
¿Cómo es posible que para asegurar y tener en buen resguardo su predio se abracen y se besen con despreciables criminales? Qué cosa más repugnante. ¿No es extraño que ahora el multimillonario Bonilla y su rabioso mastín Blásquez Salinas se preocupen de sobremanera de los pobres? ¿Por qué no lo hicieron anteriormente? Mudos y ciegos, por muchos años, permanecieron el par de camaleones.
Hoy el par de granujas lucen muy orondos su nuevo atuendo, su nueva careta de “izquierda socialista”. Pero, ¿habrá hombre honrado que asegure que el Partido del Trabajo tiene algo de socialismo? El PT es un despreciable partido reaccionario que se alquila al mejor postor. Ayer palero del PRI y del PAN, y hoy del partido Morena.
Como es sabido, los reconocidos y despreciables porros Alejandro Moreno Berry y Mercedes Maciel (fieles mastines del hampón y anticomunista “profe” Alberto Anaya) han sido por décadas los verdaderos dueños del PT en Baja California. Hoy, como podemos ver, se han retirado de la escena política, dejando el PT en total control de Bonilla, que utilizará a sus anchas ese membrete mientras le sea provechoso. No hay que olvidar cómo en 2010 los antes mencionados par de porros se unieron a la candidatura del multimillonario priista, Carlos Bustamante. Con Hank Rhon y con el panista Jorge Ramos, siempre mantuvieron “estrechas” relaciones.
Pero no solamente Bonilla compra partidos. Ahora somos testigos de cómo el clerical partido PES ha pasado a ser propiedad del mafioso Hank Rhon.
Cassandra Hernández y Juan de Dios Escalante son unos títeres que bailan al son que les toca el burguesote Bonilla. Sus arrumacos con el multimillonario magnate de la radio y la televisión (PSN), y empresario de la industria maquiladora, los pinta como una pareja de hipócritas y embaucadores. De traidores. Igualitos a sus criminales maestros, Hortensia Hernández y Artemio Osuna.
Hay que luchar unidos todos los pobres. Pero no con criminales reaccionarios anticomunistas que le ponen una camisa de fuerza al movimiento. Abajo con el legalismo y el pacifismo burgués que maniata a los pueblos.
Luchar con tesón y con fe en el triunfo. Contra viento y marea. Sin esquiroles en nuestras filas. Adelante hermanos proletarios.
Atentamente,
Javier Antuna.
Tijuana, B.C.
Correo:triunfocomunista@gmail.com