En un insólito actuar de la Fiscalía General de la República (FGR) no precisamente se esperaba más de la dependencia que encabeza Alejandro Gertz Manero, pero no deja de sorprender, especialmente ahora que Ismael Zambada García, El Mayo, quien fue el capo más buscado por su liderazgo criminal en el Cártel de Sinaloa, ha pasado de ser un narcotraficante peligroso a una víctima a la que se le está acercando la justicia en México.
Si por casi 50 años no se hizo justicia a las víctimas del depuesto líder del Cártel de Sinaloa, que murieron ante las balas de sus sicarios, fueron secuestrados, desaparecidos, extorsionados o envenados con la droga que esa organización produce, distribuye y vende en México, en Estados Unidos y otros países, a Zambada García, a menos de un mes de su captura por autoridades norteamericanas, le están haciendo justicia.
El depuesto capo liberó, a través de su abogado el 10 de agosto, exactamente a 17 días de haber sido detenido en territorio norteamericano, una carta donde daba su versión sobre dos hechos relevantes para él: el motivo de su captura, y el asesinato del priista y ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuen.
Sobre su detención, confirmó lo que las autoridades norteamericanas habían trascendido desde el 25 de julio, día de su captura: que no se entregó voluntariamente. Según su versión epistolar, Zambada fue secuestrado por Joaquín Guzmán López y sus secuaces, aprisionado, encapuchado, subido a un avión con destino la Unión Americana, y trasladado para su detención.
De Melesio Cuen, asesinado el mismo 25 de julio, y de acuerdo entonces a la Fiscalía General de Sinaloa por la noche, cuando fue atacado a balazos en una gasolinera donde pretendían robarlo, pero lo mataron, El Mayo dijo que no. Que lo habían asesinado en el mismo lugar donde a él lo secuestraron, y al cual habían llegado ambos, Zambada y Cuen, convocados por Joaquín Guzmán López para mediar un conflicto político entre el ex rector de la Universidad y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien dijo, también acudiría.
Pues el 21 de agosto de 2024, la FGR informó de manera extrañamente pública, dado que no suele informar sobre investigaciones en proceso (algo que es evidente utilizan a conveniencia) sobre la indagación a partir de los dichos de Zambada García en su carta, para establecer “con toda precisión, la pista de donde salió el avión que fue utilizado para el presunto secuestro de Ismael ‘N’”, y sí, así dice, “con toda precisión”.
De la misma forma, informaron que a menos de un mes de la captura y escasos 12 días de la denuncia pública del Mayo, localizaron “el inmueble donde se llevaron a cabo los probables delitos de privación ilegal de la libertad, homicidios, lesiones y actos vinculados con desaparición forzada, en los cuales está vinculada la agresión que llevó a la muerte a Héctor N”, confirmando así, de manera oficial, la versión del narcotraficante en su carta del 10 de agosto, y prácticamente ubicando a Guzmán López como el responsable, sobre quien la FGR adelanta que ha solicitado orden de aprehensión, pero no por ser miembro de la célula de Los Chapitos o por ser señalado narcotraficante y productor de fentanilo, sino por lo que le hizo a Zambada García al privarlo de la libertad.
Así lo informa la FGR: “Por lo que hace a Joaquín ‘N’, ya está preparada la solicitud de orden de aprehensión por secuestro y también por la privación ilegal de la libertad de una persona en territorio nacional para entregarla a las autoridades de otro país, trasladándola fuera de México con tal propósito (artículo 123 del Código Penal Federal)”.
Increíblemente, es evidente que la FGR solicitará una orden de extradición hacia México sobre Joaquín Guzmán López, capturado por los estadounidenses, para procesarlo por secuestrar y entregar a autoridades de EU a Ismael Zambada García.
A la fecha de la emisión del comunicado de la FGR, dando por válidas -con investigación de por medio- las versiones del Mayo, y preparando la solicitud de aprehensión contra Joaquín Guzmán López, ni él ni alguno de sus hermanos, todos hijos el otro fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán López contaba con orden de aprehensión en México, pese a ser señalados por actos de corrupción, narcotráfico, lavado de dinero, producción de drogas químicas y trasiego de las mismas tanto a territorio nacional como hacia la Unión Americana.
De hecho, en Estados Unidos Los Menores -como se conoce en el mundo del hampa a los hijos del Chapo Guzmán- están no sólo señalados, investigados y acusados en carpetas de investigación como la célula del narcotráfico dedicada principalmente al tráfico de fentanilo hacia su territorio, sino también incluidos en la lista negra del Departamento del Tesoro del vecino país por la estructura financiera que han establecido, al margen de la Ley, para el lavado de dinero.
Sin embargo, en México no eran investigados, hasta que en conjunto o por iniciativa de Guzmán López, quien sí tenía un acuerdo con autoridades de EU para entregarse, “secuestró, y privó de la libertad” a Ismael Zambada García para “entregarlo a autoridades de otro país”, lo cual entra en el catálogo de delitos federales como traición a la patria.
Increíble que la FGR, que no investigó por narcotráfico a Zambada o a cualquiera de los hijos del Chapo, ahora esté a punto de solicitar orden de aprehensión contra uno de estos últimos, por sacar de circulación a uno de los narcotraficantes más buscados, y acercarlo para su captura (seguramente a cambio de un beneficio para él y sus hermanos) a Estados Unidos.
Para la autoridad mexicana, El Mayo pasó de sujeto de investigación (ligera, pues no lo estaban buscando) en una carpeta, a ser víctima, a la que sí le harán justicia.
Terrible lo que sucede con el narcotráfico en México.