Los magnates mexicanos Carlos Slim Helú y Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, los dos hombres más ricos de Latinoamérica y el Caribe, acumulaban mayor riqueza que la mitad más pobre de la región, es decir, un total de 334 millones de personas.
Así lo reveló un informe publicado, el 5 de julio de 2024, por OXFAM, una confederación internacional fundada en 1942 y con sede en el Reino Unido, formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizaban labores humanitarias en 90 países.
Slim Helú es presidente del Consejo de Administración de Grupo Carso, S.A.B. de C.V., un conglomerado que controla y opera gran variedad de empresas en el ramo comercial, comunicaciones, industrial y de consumo. Mientras que Larrea Mota Velasco es director ejecutivo de Grupo México, la empresa minera más grande de México y la tercera productora de cobre más grande del mundo.
Según se lee en el informe ‘Econonuestra: Es tiempo de una economía para todos y todas’, en Latinoamérica y el Caribe había 98 multimillonarios cuya riqueza acumulada ascendía a 480 mil millones de dólares, el equivalente de todo el Producto Interno Bruto (PIB) anual de Chile y Ecuador juntos, lo que evidenciaba que dicha región era donde existía la mayor polarización entre la riqueza y la pobreza,
“América Latina y el Caribe es la región del mundo en la que existe una mayor polarización entre la riqueza que concentra el 1% más rico de la población y la que está en manos del 50% más pobre”, se lee en el informe -citado por la agencia española EFE-, que fue presentado en el Festival Gabo, llevado a cabo en Bogotá, Colombia.
Según lo reveló OXFAM, desde el 2000, el conjunto de las fortunas de ambos magnates mexicanos se había incrementado 368 por ciento, lo que significaba que creció seis veces más rápido que la economía de toda la región y a una velocidad de 43.7 millones de dólares al día.
Es decir, “un trabajador con el salario mínimo promedio de la región tendría que trabajar 90 años para ganar lo mismo que gana un milmillonario latino-caribeño promedio en un solo día”, ejemplificó el informe de la confederación internacional de ONG.
Sin embargo, según OXFAM, la pobreza de la región en 2023 alcanzó a casi el 30 por ciento de la población, es decir a 183 millones de personas y la pobreza extrema tuvo niveles superiores a los de 2010. Esto es posible, señaló el informe, porque “la mayoría de sistemas fiscales de la región toman medidas que favorecen a los más ricos y poderosos y no a la población”.
En la mayoría de los países, los millonarios y empresas hacían cabildeo para que “se tomen medidas que favorezcan, redistribuyan, que impiden que Estados tengan autonomía para tomar medidas que beneficien a la población“.
Para cerrar la brecha de la desigualdad se necesitan “políticas públicas orientadas a la reducción de las desigualdades interseccionales que prioricen los ingresos, el acceso a la salud y la educación”, indicó OXFAM, lo que supondría una “alta inversión pública en servicios universales que garanticen derechos básicos de forma igualitaria”.
En este sentido, los impuestos a las grandes fortunas en la región “podrían generar una recaudación adicional para el conjunto de la región de 264 mil millones de dólares. Lo que equivale al 4 % del PIB regional o al incremento de un 24% en la recaudación de los ingresos públicos de la región”.
OXFAM también propuso promover la justicia climática que limitara el cambio climático que afectaba más a la población más pobre y excluida, además “impulsar políticas que promuevan la corresponsabilidad del trabajo de cuidados”, que históricamente habían recaído en las mujeres que los realizaron de forma gratuita.
