Recital en Voz Alta fue ayer al mediodía.
Tañen las campanas mientras se oyen poemas,
todos con gran talento,
esplendorosas gemas
que al corazón alegran en las frescas mañanas.
Con voces de colores y tonos diamantinos
van leyendo los versos que ha escrito mi pluma;
igual como las olas
que van haciendo espuma
así van los lectores entre los pergaminos.
Hacen magia en la sala los invitados todos
con el sonoro canto de su voz melodiosa,
y muy agradecida yo les brindo una rosa
por cautivar mi pecho con sus bonitos modos.
Quiero darles las gracias a tan ilustres seres
que se han tomado el tiempo
de dar vida a mis versos,
que entre los libros andan tan solos y dispersos
como un puño en la paja de opacos alfileres.
A mi obra embellecieron sus voces magistrales
mientras allá en la iglesia repican las campanas;
mis letras son sencillas cual flores provincianas
que nacen solitarias muy cerca a los maizales.
Al oír la lectura me sonó diferente,
con hermosos matices que sus voces le dieron;
mis poemas volaron y a mis manos volvieron
porque son pedacitos
de mi luna creciente.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California.