Por más que el discurso del oficialismo en Morena Baja California, trata de colocar a la diputada con licencia Julieta Ramírez Padilla como el futuro del partido vinotinto al nombrarla la senadora “más votada de la historia”, tal premisa es totalmente falsa. En días pasados, la legisladora morenista y ex secretaria particular de Marina del Pilar Ávila Olmeda cuando era alcaldesa de Mexicali, levantó la mano airosa con un abrumador resultado que le dio la victoria en su competencia por el Senado de la República. Ramírez, quien compitió con Armando Ayala Robles en la fórmula de Morena para el Senado, presumió ser la candidata al Senado “más votada de la historia en Baja California”, al alcanzar –según conteos oficiales- 771 mil 242 votos, lo que representó el 50.37% de las preferencias electorales emitidas el 2 de junio de 2024. La legisladora morenista, quien se ha hecho famosa por publicar videos con los que descalifica a la oposición en redes sociales, pero no por hacer un trabajo legislativo sustancial, es la promesa del marinismo -no así de Morena- y por ello la ubican como “la más votada”. Pero ni con todo el poder y estructura del Estado pudo superar los votos que obtuvo hace seis años, en la elección del 2018, su antecesor (y el de su jefa), Cuando compitió por primera vez en el Senado, el hoy senador del PT, quien perdió abrumadoramente este 2024, logró sacar al PAN de Baja California de la Cámara Alta con 824 mil 241 votos, algo así como unos 50 mil sufragios más de los que obtuvo Julieta Ramírez Padilla, con lo que el título que se abroga la diputada, es realmente de “el senador más votado de la historia”. De hecho, el logro aquel tendría mayor mérito, dado que en 2018, Baja California era gobernado por el PAN y Morena no tenía estructura operativa como ahora, sólo descansaba en la popularidad de su líder, Andrés Manuel López Obrador. Contrario a Julieta Ramírez, que contó con la operación completa de la Secretaría del Bienestar y del trabajo del Poder Ejecutivo, ahora sí en manos de Morena, ni así logró lo que presume, pues en estricto sentido, ella es “la segunda senadora más votada”… aunque quiera vivir en la simulación.
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