Kelsey Mann le ha seguido bien la pista a Riley (Kensington Tallman), aunque ya pasaron tres años y esta niña sigue siendo excelente porque mantiene el punto de equilibrio entre la Alegría, la Tristeza, la Ira, el Desagrado y el Miedo y así ha ido moldeando su personalidad.
Sin embargo, un buen día llega la pubertad y entonces vemos a Riley pasar de la niñez a la angustia de una adolescente con nuevas emociones por controlar: la Envidia, la Ansiedad, el Aburrimiento y la Vergüenza.
Entonces, todo está listo para esta secuela de Disney/Pixar dirigida por Kelsey Mann, en donde los chicos que crecieron ya desde la primera entrega de este filme seguramente disfrutarán mucho más esta nueva aventura de Riley, ahora presa de la angustia por un futuro que ve con pesimismo, el no saber cómo le irá en la escuela luego de que sus amigos irán a otros colegios, y demás peripecias que dejan una importante lección: la ansiedad es una emoción muy peligrosa que debe controlarse. Y ahí es donde está el poderoso trasfondo de esta película, aunque para construirlo el realizador no logró mantener la comicidad de la primera cinta.
Lo que no se sacrificó fue una animación creativa, impecable y francamente sorprendente, además de una historia que valió la pena contar, y ya con eso tenemos para que “Intensamente 2” sea una estupenda opción en la cartelera, aunque quizás no resulte tan divertida para los espectadores más pequeños. *** y media.
Punto final.- Algún día le harán un documental a Amy Winehouse que valga la pena.