Un mes después del homicidio de tres surfistas extranjeros en la delegación Santo Tomás en Ensenada, la Fiscalía General del Estado (FGE) colocó sellos de clausura en la propiedad de Jesús Gerardo García Cota, alias El Kekas.
Autoridades forenses tienen identificado al cuarto cadáver localizado en el pozo de agua junto a los extranjeros australianos y el estadounidense. Se trata de Alejandro Romero Siraitare, quien se sabe, era trabajador del rancho llamado El Embarcadero.
Los hermanos australianos Callum Ryan Robinson y Jake Martin Robinson, así como el norteamericano Carter Redd Rhoad, ingresaron el 27 de abril a una de las zonas más peligrosas y despobladas de Ensenada: Punta San José, donde fueron asaltados, golpeados, asesinados y sepultados en un pozo de agua en un rancho.
Los involucrados en la investigación por la desaparición y homicidio de los extranjeros y el empleado del rancho son, además del Kekas, Irineo Francisco García Montaño, Ángel Jesús León Aguilera y Ary Gissel Silva Raya. Esta última, pareja de García Cota, es procesada ante la Fiscalía General de la República (FGR) por el delito de posesión de drogas, mientras que los otros dos implicados están bajo investigación, sin vinculación a proceso.
La FGE tiene conocimiento de que las rutas de los ejidos son controladas por integrantes de cárteles de la droga, específicamente del de Sinaloa.
Los primeros días de junio, agentes y peritos llegaron a la casa del Kekas en Avenida Aquiles Serdán y Calle Cuarta, dentro del Ejido Uruapan, para llevar a cabo un cateo.
De acuerdo con el sello, el aseguramiento por el caso 0202-2024.06886 estuvo a cargo de la Unidad Especializada de Delitos contra la Vida, con fundamento en los artículos 16 y 31 de la Constitución en la puerta de la casa.
Agentes de investigación están en la búsqueda de un arma de fuego propiedad del Kekas, con la intención de sumar más pruebas en su contra en la siguiente audiencia, a celebrarse en noviembre.
Aunque no localizaron la pistola que buscan, misma que estaría relacionada con otros crímenes, se confirmó que el arma homicida se localizó en la camioneta Ford Ranger color blanco con placas de Baja California propiedad de Gissel, su pareja sentimental.
ALEJANDRO, EL MEXICANO ENCONTRADO JUNTO A SURFISTAS EN SANTO TOMÁS
Alejandro, de 63 años de edad, cuarta víctima del Kekas, se dedicaba a cuidar ranchos en la zona; su cuerpo fue identificado por sus hermanos a través de pruebas de genética, debido a las condiciones de descomposición en que se encontraban los restos.
Peritos estiman que el cadáver estuvo al menos dos meses dentro del agua, y de no ser por el hallazgo de los surfistas, aún no hubiera sido localizado porque no había una pesquisa, pues era común estar incomunicado en esa zona de Ensenada, donde los caminos están destruidos, casi inaccesibles, y no hay señal de teléfono o internet.
A Alejandro lo habían contratado para cuidar el predio y vivía en una casa de adoquín en el rancho. Al momento de que fue inspeccionada por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional y FGE, les sorprendió que los cuartos estaban habitables, había alimentos en buen estado, cocina, una cama, ropa y un baño en funcionamiento.
El propietario del rancho El Embarcadero vive en Estados Unidos, y de acuerdo con declaraciones, uno de los vecinos del área recomendó a Alejandro Romero, quien tenía su casa en el Ejido Uruapan, para el trabajo de vigilante.
POBLADORES Y HEREDEROS DE SANTO TOMÁS SE ORGANIZAN
Tras el asesinato de los tres surfistas y del hallazgo del cadáver de Alejandro Romero, propietarios de ejidos aledaños a Santo Tomás, así como empresarios y comerciantes, iniciaron acciones para poner mayor orden en las rutas y dentro de los predios.
Una de las vecinas de la comunidad de San José informó a ZETA que por primera ocasión han decidido armar una asociación civil.
“Estamos haciendo algo por el bien común, pues muchas personas cambiaron su rutina o salieron de Santo Tomás por los problemas de inseguridad, sobre todo para las personas adultas mayores que viven solas, cuyas familias en otros estados o países, han manifestado preocupación”, externaron.
Tras el hallazgo de los cuerpos en El Embarcadero, la mujer, quien pidió el anonimato para evitar problemas de seguridad, mencionó que han acordado recuperar la tranquilidad de la zona.
Tanto comerciantes como las familias propietarias de las tierras alrededor en La Bocana, Ejido Uruapan, Eréndira y Santo Tomás, consideran que la inseguridad los ha golpeado e incluso algunos han decidido abandonar sus tierras por miedo.