Como recuerdo de su padre, el señor Javier tenía una vagoneta Mazda modelo 2000 de color verde, la cual mantenía en buenas condiciones dentro de su propiedad en la colonia García, cerca de la presa Abelardo L. Rodríguez en Tijuana. Por lo menos una vez a la semana sacaba la camioneta de la cochera para limpiar su terreno, estacionándola sobre la calle La Esperanza, pero la última vez no pasaron ni ocho horas cuando un vehículo de Grúas y Arrastres de Tijuana levantó la unidad con el pretexto de “Estacionarse sobre la vía pública más de lo permitido (72 horas) en el mismo lugar”. Luego del incidente, ocurrido el 24 de mayo y tras varios testimonios, el ciudadano comprobó que su panel tenía menos del tiempo establecido que marca el reglamento, y a la autoridad municipal no le quedó de otra que condonarle la infracción. Pero cuando pensaba que había realizado todos los trámites solicitados, le pidieron uno más: un sello de liberación del Departamento de Arrastres en el Ayuntamiento de Tijuana. Para lograr ese trámite, ha tenido que dar “vueltas y vueltas” porque el “encargado” es imposible de localizar en las oficinas de Palacio Municipal. En sus idas y vueltas, una mujer le comentó al señor Javier que se encontraba en la misma situación, y si quería lograr el dichoso sello, tendría que desembolsar 3 mil pesos, dato que fue corroborado de forma extraoficial por personal del Ayuntamiento. “No entiendo por qué me quieren cobrar 3 mil pesos si me condonaron todo, ellos se equivocaron. Mi vehículo tiene un valor sentimental, es una carcachita que no vale ni 12 mil pesos. Es injusto que abusen de los ciudadanos de bien”, refirió.
A la fecha, el señor Javier no ha recuperado su vehículo; no tiene los 3 mil pesos para pagar por un sello municipal.