“Había botones e interruptores por todos lados; para pedir comida, música y ropa. […] Y, por supuesto, los botones para comunicarse con los amigos. Aunque el cuarto no contenía nada, estaba en contacto con todo lo que a ella le importaba…”. Esta es una cita de 1909, del novelista Edward Morgan Foster. Resulta fascinante observar que, más de un siglo después, estas posibilidades se han materializado.
Este 17 de mayo se celebra el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, fecha que conmemora el comienzo de la era de la comunicación a larga distancia1. Este día nos recuerda la relevancia de la tecnología como catalizadora de una sociedad más informada, conectada y participativa, y a la vez, nos invita a reflexionar sobre el impacto transformador de las telecomunicaciones en un mundo cada vez más conectado.
En México, para regiones como la frontera norte, la fecha cobra especial significado dada la importancia que la tecnología y la conectividad tienen en zonas cada vez más dinámicas y competitivas. En una economía impulsada por sectores como el manufacturero, el comercial y el inmobiliario, la integración de tecnologías a los procesos esclave2, ya que no sólo optimizan la operación de las industrias, también abren puertas a oportunidades de desarrollo social y económico, a partir de prácticas como la educación a distancia o el comercio electrónico.
Así, conforme nuestro país progresa, el fortalecimiento de su infraestructura de telecomunicaciones debe prevalecer como un imperativo para la evolución y mejora de los distintos sectores. Por ejemplo, según datos del INEGI3, Baja California es líder nacional en el uso de servicios de internet y telefonía celular, con casi el 90 por ciento de su población teniendo acceso a estos servicios4.
Ahora bien, somos testigos de que los avances tecnológicos traen una inercia muy acelerada. Prácticas que hace una década eran novedosas, en estos tiempos son cotidianas, como la mensajería instantánea o las reuniones a distancia. Esto hace que el intercambio de información sea mucho más continuo y, por lo tanto, los riesgos contra la privacidad sean mayores.
Y en este turbulento avance, la inteligencia artificial ya no es el futuro, sino el presente. La esencia de la inteligencia artificial es precisamente el intercambio de información entre personas y ordenadores de cómputo con algoritmos de procesamiento lógico, con el fin de proporcionar resultados útiles. Esto supone nuevos retos que apenas dilucidamos y estamos comenzando a descubrir, por ejemplo, su impacto sobre la posible vulneración de los espacios más íntimos de las personas, como podría ser la propia mente humana. Parece ciencia ficción, pero debemos tomarlo muy en serio, y así lo hacemos desde los organismos garantes de transparencia en México.
No obstante, el panorama no es sólo sombrío. Estos avances también ofrecen una oportunidad sin precedentes para el dinamismo económico en las regiones del país. Como he referido, en la frontera norte y en sectores donde Baja California destaca, la inteligencia artificial está revolucionando la forma en que se diseñan, producen y gestionan los productos, impulsando la eficiencia y la eficacia5.
El reto es claro: fortalecer los conocimientos y capacidades de nuestro capital humano hacia el uso adecuado de estas nuevas herramientas, para aprovecharlas de la mejor manera y mantener un enfoque de desarrollo, con el objetivo de mantener una competitividad alta en un mundo en constante evolución, y, al mismo tiempo, ser absolutamente responsables en el manejo de la información.
Nos encontramos, pues, en una encrucijada donde será necesario potenciar el uso de las tecnologías y la inteligencia artificial, al tiempo de salvaguardar la esfera privada. El compromiso de proteger los derechos de la ciudadanía surge así, como una responsabilidad social de las instituciones gubernamentales, donde existe la oportunidad de mejorar considerablemente la vida de las personas, al ofrecer mejores productos y servicios, y reducir sus costos de producción.
Merece la pena revisitar obras de ficción sobre inteligencia artificial, donde podamos encontrar advertencias distópicas, al igual que lo hizo Foster hace más de cien años; pero no perdamos de vista que podemos aprovechar los beneficios de la tecnología para progresar conscientemente en esta sociedad de la información.
1https://www.un.org/es/observances/telecommunication-day
3Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022.
4https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2022/#informacion_general
Adrián Alcalá Méndez es bajacaliforniano, presidente del INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información, y Protección de Datos Personales).