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viernes, julio 26, 2024
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Célula de La Rana en crimen de surfistas

Los hermanos australianos Callum y Jake Robinson, y el estadounidense Jack Carter, se internaron en una de las zonas más siniestras y despobladas de Ensenada: Punta San José en la delegación Santo Tomás. De acuerdo a investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), esos caminos terrosos son controlados por integrantes del crimen organizado, por los cárteles de la droga.

La costa de Baja California, desde el Paralelo 28 hasta Tijuana por el Pacífico mexicano, está conformada por rutas estratégicas trazadas entre grandes extensiones ejidales y con frente de mar por la zona marítimo federal, que los cárteles controlan para el manejo y trasiego de cargamentos de droga que llegan de países sudamericanos por vía marítima o aérea.

El poderío criminal lo ostenta de manera impune, el Cártel de Sinaloa (CDS), cuyos tentáculos se extienden de Norte a Sur, a excepción del Recinto Portuario en Ensenada, donde convergen distintos grupos delictivos identificados en las Mesas de Seguridad, con la autoridad máxima de la Secretaría de Marina. El tráfico mayoritario en el puerto es de productos marinos, drogas y migrantes.

En ese contexto de toma de espacios de esparcimiento en la costa bajacaliforniana, los tres turistas extranjeros llegaron la última semana de abril, procedentes de San Diego, California -donde residía Callum- para practicar surf en las olas del Pacífico. Pero los criminales los encontraron primero.

Los tres fueron asesinados y sus cuerpos lanzados en lo que parecería un depósito de cadáveres, pues bajo los restos de los turistas extranjeros, autoridades que dragaron el pozo de agua para sacarlos, encontraron a un cuarto muerto que ya tenía -según los peritajes- más de un mes y medio de haber sido asesinado y arrojado en el sitio.

Una camioneta tipo pick-up Chevrolet Colorado blanca, en el que presuntamente viajaban los extranjeros, fue localizado en el área incendiada.

Documentada la desaparición de los jóvenes extranjeros desde el 27 de abril, cuando sus familiares y amigos en Australia y Estados Unidos lanzaron alertas a través de redes sociales buscando apoyo para su localización, la FGE actuó con celeridad. La nota de la desaparición ya dominaba el ámbito internacional de las noticias y los departamentos diplomáticos de tres países se comunicaban.

Cuatro días después de la alerta de búsqueda privada de los jóvenes, la fiscalía a cargo de María Elena Andrade detuvo, a saber, a tres personas, aun cuando los restos de los surfistas no habían sido localizados. Las pesquisas funcionaron porque los familiares de los extranjeros proporcionaron datos sobre los teléfonos móviles que ellos utilizaban, lo cual facilitó la ubicación de quienes los tenían en su posesión.

Según declaraciones posteriores de la fiscal, el sábado 3 de mayo, los detenidos fueron Jesús Gerardo García Cota alias El Kekas; su hermano Cristian Alejandro García Cota y su novia, Ary Gisell Silva Raya. Al primero se le consignó en el ámbito estatal por desaparición de personas, y a los otros dos los turnó a la Fiscalía General de la República (FGR) por delitos federales de posesión de drogas. Sin embargo, a la instancia federal sólo fue presentada Ary Gisell, desconociendo el paradero de Cristian Alejandro.

El jueves 9 de mayo trascendió que al hermano del Kekas lo turnaron a la Unidad de Narcomenudeo de la FGE, aunque esta información no ha sido confirmada por la fiscal Andrade.

De cualquier forma, ninguno de los tres ha sido vinculado al asesinato de los tres surfistas o del cuarto cuerpo localizado en el pozo de agua. El 8 de mayo, en respectivas audiencias estatal y federal, El Kekas fue vinculado a proceso por desaparición de personas, y Ary Gisell, por posesión de sustancias ilícitas con fines de venta.

El círculo criminal del Kekas …seguir leyendo

Según investigadores estatales, en el crimen habrían participado más personas para someter a los tres extranjeros, entre ellos un atleta de 1.95 metros de estatura. Sin embargo, no ha habido avances en la investigación y los resultados hasta el momento son los dos detenidos, la mujer que tenía -además de droga- el celular de Jack Carter en su posesión, y El Kekas, señalado de desaparecerlos. A los dos les fue decretada la prisión preventiva oficiosa.

MUNICIPALES TIENEN “ÓRDENES” DEL CDS DE NO ENTRAR A LA ZONA

La delegación Santo Tomás y sus comunidades colindantes, son operadas por integrantes del Cártel de Sinaloa bajo las órdenes criminales de Luis Zazueta, delincuente de bajo perfil que hace trabajos por su cuenta, incluso con otros cárteles. Es conocido en la zona por reclutar delincuentes para robar ranchos, a los que ofrece condiciones para permanecer al margen de la Ley.

Investigadores ubican al grupo de Zazueta en la célula criminal que comanda René Arzate García alias La Rana, quien junto con su hermano Aquiles, representan a un ala del CDS ligada a Ismael “El Mayo” Zambada García. A Arzate se le atribuyen los delitos de mayor impacto en la zona, y el Buró de Investigación Federal de los Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) lo tiene como sospechoso de coordinar y ejecutar operaciones violentas en nombre del cártel, incluidos múltiples asesinatos y secuestros.

Respecto al dominio que tienen sobre la zona donde acamparon los turistas extranjeros y fueron asesinados, un elemento de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Ensenada confió a ZETA: “Los compañeros tienen órdenes directas del C-D-S (así lo deletreó) de no meter patrullas a todos esos terrenos”.

Elementos de la FGE coincidieron con lo dicho por el agente municipal: “Esos malandros siempre han trabajado así, asaltando extranjeros. A eso se dedican, al robo, robo de ganado, casas, robos con violencia principalmente a extranjeros”.

Informaron que además de ser identificado oficialmente como parte de una célula dedicada al narcotráfico, al Kekas lo ubican por el robo de salvia, leña de encino, desmantelar casas móviles de extranjeros, robo de motores de bombeo de agua en los ranchos, de llantas y de vehículos.

LA BOCANA, ÁREA INACCESIBLE PARA LA POBLACIÓN: RESIDENTES

Propietarios de ranchos alrededor del perímetro de Santo Tomás, hasta Uruapan y Maneadero,

conocen el historial delictivo de los detenidos en el caso de los surfistas extranjeros, como a otras personas que tienen acechados a comerciantes, productores y residentes de la localidad.

Surfistas se manifiestan tras asesinato de los turistas hermanos australianos y norteamericano, Fotos: Cortesía

Durante un encuentro con ZETA, dijeron que la zona que conecta a La Bocana con San Juan de las Pulgas y Punta San José, es un área inaccesible para la comunidad en general. Es decir, sólo quienes tienen influencia o protección de los criminales pueden ingresar.

Hay una llantera ubicada en el poblado de Santo Tomás rumbo a la playa, donde delincuentes actúan de punteros. Son conocidos como Los Enanos y rumbo al Ajusco hay otra zona más de vigilancia del CDS. De esa manera tienen el control de quién entra y sale por las rutas del narco.

Los pobladores del Ejido Uruapan están bajo el yugo de esta célula criminal que cuenta con el involucramiento de elementos de la Policía Municipal, cuyo asentamiento es en Los Malcriados. Dicho grupo opera entre el filtro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la entrada al Ejido Uruapan.

Los residentes lamentaron el suceso de los tres surfistas y no descartan que hayan acampado en el punto exacto del trasiego. Mientras que la fiscal María Elena Andrade informó el domingo 5 de mayo que la familia Robinson explicó que al parecer los surfistas llegaron a ese punto remoto de Ensenada, porque en internet un surfista publicó que era el mejor lugar para practicar dicha actividad.

Otra versión señala que habían visitado la zona anteriormente. “Los muchachos venían seguido a Rosarito y Ensenada, dependiendo donde estuvieran las mejores olas”, indicó uno de sus amigos.

LOS ASESINARON ENTRE CINCO Y SIETE DÍAS ANTES DE ENCONTRARLOS

Cuando el sábado 3 de mayo, investigadores de la FGE llegaron a lo que llaman un rancho, aunque en realidad es una hechiza instalación comprendida por dos unidades que asumen como cabañas y un pozo de agua, sabían dónde buscar los restos de los tres surfistas extranjeros. Lo que no esperaban, era encontrar un cuarto cuerpo.

En un pozo de agua de 15 metros de profundidad, dragaron hasta sacar los restos. Todos los cuerpos, ya en estado de descomposición, tenían disparos en la cabeza. El cuarto hombre se encontraba en peor estado, dado que, calculan, habría sido arrojado hace más de un mes y medio.

De acuerdo al reporte del Servicio Médico Forense (Semefo), “los 3 cuerpos presentan fenómenos cadavéricos compatibles con una data de muerte de 5 a 7 días aproximadamente”, lo que indicaría que los tres surfistas fueron asesinados el mismo día en que sus familiares reportaron su desaparición, el 27 de abril.

Al análisis de los restos, el Semefo determinó:

“Cuerpo número 1, masculino de 30 a 40 años de edad aproximadamente. Causa de fallecimiento: Heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego penetrante y perforante de cráneo. Se recuperó un proyectil.

“Cuerpo número 2, masculino de 30 a 40 años de edad aproximadamente. Causa de fallecimiento: Herida producida por proyectil disparado por arma de fuego penetrante de cráneo. Se recuperó un proyectil.

“Cuerpo número 3, masculino de 30 a 40 años de edad aproximadamente. Causa de fallecimiento: Herida producida por proyectil disparado por arma de fuego perforante de cráneo”.

Del cuarto cuerpo no fue proporcionada información, e investigadores sospechan que se trataría de la persona que cuidaba el rancho tomado por los criminales para deshacerse de cadáveres, ya que en un recorrido, oficiales de la Guardia Nacional, Secretaría de Marina, Sedena y FGE, encontraron elementos para determinar que la casa estaba habitable, con cama, sillones y cocina en buen estado. Al realizar una inspección dentro de la cabaña, encontraron restos de comida fresca, ropa recién usada y algunos artículos personales, botellas y bolsas.

En un inicio, solo localizaron dos casquillos calibre 42, pero hasta el momento las comitivas han realizado al menos cuatro visitas de campo en el faro de San José y en el mismo rancho donde fueron localizados los cuerpos.

Uno de los familiares de los extranjeros acudió a la Punta San José y encontró la casa de campaña quemada, y durante las visitas de periciales, hallaron manchas de sangre, ropa desgarrada y piezas dentales que están siendo examinadas.

EL PELIGROSO FARO DE SAN JOSÉ

Una de las hipótesis que maneja la FGE para reconstruir los hechos en los que le fue arrebatada la vida a los extranjeros, es que Callum, Jake y Jack se detuvieron en el poblado, y a partir de ahí los delincuentes los siguieron hasta llegar al sitio del faro, donde colocaron su casa de campaña.

El despoblado terreno llamado Punta San José Lighthouse, el faro, con el objetivo de ser una alerta terrestre para la navegación, también es usado como un deshuesadero de lanchas con un acceso a la playa muy limitado. Básicamente es una pequeña extensión arenosa, sin oleaje.

En un operativo de rescate en un pozo de agua en un rancho de la comunidad de San José, delegación de Santo Tomás, en Ensenada, extrajeron los cuerpos de cuatro personas. Todo el perímetro a la redonda es un lugar solitario y despoblado donde se caracteriza por la presencia de integrantes de bandas. La FGE confirmó que los cuerpos hallados en el pozo en la zona conocida como La Bocana, al sur de Ensenada, corresponden a los de nombre Jake y Callum Robinson de 30 y 33 años de edad, de origen australiano, así como el estadounidense Carter Rhoad de 30.

Punta San José está a un costado del camino vecinal que conecta a toda la costa de Baja California. Son más de mil kilómetros de redes de terracería que pasan por ejidos, cuya mayoría de caminos son usados por el crimen organizado para el trasiego de droga.

Alrededor del faro hay apenas diez casas. Sólo dos son de material firme, el resto, cuarterías inhabitables hechas con madera en mal estado, en medio de restos de materiales de lanchas, motores, basura y gran cantidad de trampas de langosta. Es un predio abierto, sin seguridad ni medidas aparentes para evitar sustraer cualquier cosa que se encuentre en el área.

Justo ahí, asumen en la FGE, cuando decidieron robar a los extranjeros, presumiblemente las llantas de su pick-up “atrajo” a los delincuentes, pero los asesinaron.

ANDRADE: “HUBO RESISTENCIA Y ATACANTES SACARON ARMA DE FUEGO”

En el lugar donde supuestamente acamparon los surfistas, fueron encontradas varillas pertenecientes a la casa de campaña, restos de material de las casas de material, un casquillo de arma ensangrentado, botellas de plástico, manchas hemáticas y huellas de arrastre de bultos. “Lo anterior nos hacía sospechar que habían sido agredidos y sabíamos que la localización con ellos convenía por las huellas de arrastres”, relató la autoridad estatal.

Posteriormente, dijo la fiscal, continuaron con las investigaciones correspondientes para el protocolo de la localización de personas desaparecidas y se entabló comunicación con autoridades de Estados Unidos y embajadas de Australia para contactar a familiares.

Sobre cómo ocurrieron los hechos, Andrade indicó que seguramente hubo resistencia por parte de los surfistas, por lo que los atacantes sacaron un arma de fuego y dispararon primero contra el que se opuso al robo, después lo atacaron físicamente.

La titular de la FGE también reconoció que la zona es casi inaccesible. Tuvieron que trasladar a la Agencia Estatal de Investigación y al Instituto de Ciencias Forenses para recabar información, utilizar binomio canino, así como adentrarse con unidades para llevar red satelital y tener conexión a redes de internet y telefonía.

Asimismo, la funcionaria confirmó que hay más implicados en el homicidio: “Estamos seguros que fueron más personas, no descartamos a las otras dos personas que están retenidas, pero por la investigación llevamos grandes avances. Las primeras evidencias ahí están, y queremos decir que vamos a aplicar todo el peso de la Ley para esclarecer”.

Aunque los sospechosos sólo están siendo procesados por desaparición de personas y posesión de estupefacientes para venta, la fiscal aclaró que no existe un impedimento legal para llevar una desaparición como homicidio agravado.

“ME CHINGUÉ A TRES GRINGOS”: EL KEKAS

En la audiencia que se realizó en la Sala 1 del Poder Judicial de Estado por la causa penal 1452/2024 que celebró el Juez de Control, a las 10:00 horas del miércoles 8 de mayo, en presencia del imputado, Jesús Gerardo García Cota el Kekas, se le decretó la vinculación a proceso por desaparición de personas.

En compañía de García Cota, quien llevaba uniforme naranja, esposas en pies y manos, de complexión delgada, alrededor un 1.60 metros de estatura y barba, estaban dos abogados de oficio, quienes en ningún momento se opusieron a los señalamientos del juez.

El juez leyó los derechos del imputado y al mismo tiempo las evidencias presentadas por la parte investigadora, que solicitó un plazo de seis meses para la siguiente audiencia y prisión preventiva.

El mismo 8 de mayo por la tarde y en un Juzgado federal, compareció Ary Gissel a su audiencia inicial, donde desahogaron medios de prueba, como la testimonial de su hermana y un video, los cuales resultaron insuficientes; fue vinculada a proceso con medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, otorgándole un plazo de dos meses para la investigación complementaria.

La mujer declaró que vivía en un contexto de violencia con El Kekas, quien la agredía física y psicológicamente. Que ella sabía que él tenía armas, y en ocasiones la había amenazado de muerte.

Agregó que el sábado 27 de abril por la noche, El Kekas fue a su domicilio en la colonia Ajusco, para pedirle su camioneta prestada, un pick-up Ford Ranger color blanco con placas de Baja California. No regresó hasta el día siguiente, domingo por la mañana, a bordo de un pick-up Chevrolet Colorado 2016, propiedad de las víctimas.

Explicó que El Kekas llegó alrededor de las 13:00 horas y le dijo que le traía unas llantas para su Ranger. Cuando supuestamente lo cuestionó sobre la procedencia de la camioneta, ella refiere que él respondió: “Me chingué a unos gringos porque traían mucha feria”.

La mujer declaró que, como le tenía miedo, prefirió no reclamarle a su pareja, que de forma inmediata cambió las llantas a su Ranger y le pidió ir a ‘cotorrear’ y a ‘desafanarse’ (de la camioneta Colorado). Posteriormente llevaron la unidad a un predio y le prendieron fuego.

Gissel fue reiterativa al señalar que El Kekas “hace cosas muy malas”. Además, que no quiere ser incriminada y que tiene un hijo de 4 años.

Ella fue detenida el 1 de mayo por elementos de la Policía Municipal de Ensenada, y llevaba consigo un celular iPhone con la imagen de uno de los desaparecidos, quien asumen, era el propietario del aparato de comunicación, Jack Carter.

En ese contexto, el juez consideró que los extranjeros se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad al no estar en su país, con otra cultura e idioma, lo que disminuyó la capacidad de Ary Gisell de pedir ayuda.

Fidel Cordero Gutiérrez, fiscal de Desaparecidos, estuvo en el proceso. Se abstuvo de dar declaraciones cuando se le preguntó respecto al posible encubrimiento de otros participantes que estuvieron presentes durante el día de la desaparición el sábado 27 de abril. Será la fiscal general María Elena Andrade quien dé mayores detalles sobre los cargos de homicidio doloso.

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