La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) -institución de la Iglesia católica, conformada por obispos mexicanos colegiados, que realiza funciones pastorales- reportó, el 29 de abril de 2024, la localización con vida del monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, de quien se desconocía su paradero desde el día 27 del mismo mes y año.
“[…] ha sido localizado y se encuentra en el Hospital General ‘Dr. José G. Parres’, perteneciente al sistema de salud pública del Estado de Morelos en la ciudad de Cuernavaca. Agradecemos profundamente a todas las autoridades y personas que colaboraron en su búsqueda”, señaló la CEM, en un comunicado.
“En cuanto se tenga más información sobre su estado de salud y las circunstancias de su localización, se dará a conocer oportunamente. Invitamos a la comunidad católica y a la sociedad en general a mantener a Mons. Rangel Mendoza en sus oraciones, pidiendo por su pronta recuperación”, indicó la Conferencia del Episcopado Mexicano.
IGLESIA CATÓLICA CONFIRMA DESAPARICIÓN DE SALVADOR RANGEL, OBISPO EMÉRITO DE CHILPANCINGO-CHILAPA
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) -institución de la Iglesia católica, conformada por obispos mexicanos colegiados, que realiza funciones pastorales- confirmó, el 29 de abril de 2024, “con profunda consternación”, la desaparición de monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, de quien se desconoce su paradero desde el día 27 del mismo mes y año.
“Ante estos lamentables hechos, la CEM manifiesta su preocupación y solicita enérgicamente a las autoridades de los tres niveles de gobierno su pronta y decidida intervención para la localización de Mons. Rangel Mendoza. Hacemos un llamado al Gobierno Federal, a los Gobiernos de los Estados de Morelos y Guerrero, y a las autoridades municipales correspondientes para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, actúen de manera coordinada y eficaz a fin de traer de regreso a casa, sano y salvo, a nuestro hermano Obispo”, indicó la institución de la Iglesia católica.
“Asimismo, hacemos un respetuoso pero firme llamado a quienes mantienen en cautiverio a Mons. Rangel Mendoza para que, en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud, le permitan tomar de manera adecuada y oportuna los medicamentos que requiere para su bienestar. Reiteramos nuestra solicitud para su pronta liberación y regreso seguro a casa”, agregó la CEM.
“Destacamos que ya se ha procedido a la apertura de la carpeta de investigación correspondiente ante la Fiscalía General del Estado de Morelos, específicamente en la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas y Cometida por Particulares, a fin de que se realicen todas las diligencias necesarias que conduzcan al esclarecimiento de los hechos y al pronto regreso con bien de Mons. Rangel Mendoza. La CEM hace un llamado a la sociedad en general para que, en la medida de sus posibilidades, proporcione cualquier información que pueda contribuir con las investigaciones”, finalizó la institución de la Iglesia católica.
“El obispo Salvador Rangel Mendoza se encuentra desaparecido desde el sábado pasado, según el reporte el religioso salió de Jiutepec, Morelos con dirección al estado de Guerrero y nada se sabe de su paradero”, escribió el párroco de la catedral de Chilapa, Antonio Salgado Bravo, a través de su cuenta de la red social Facebook.
Rangel Mendoza, de 78 años de edad, es un religioso católico mexicano, miembro de la orden de Frailes Menores o Franciscanos. Fue obispo de Huejutla, del 12 de marzo de 2009 al 20 de junio de 2015, así como de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, del 20 de junio de 2015 al 11 de febrero de 2022.
Es originario de Tepalcatepec, Michoacán. Inició su carrera sacerdotal en el seminario menor de los Operarios del Reino de Cristo, de donde pasó al seminario de la Orden de Frailes Menores, ingresando en la orden franciscana en la provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán.
El 24 de noviembre de 1970 pronunció sus primeros votos y realizó su profesión perpetua el 19 de diciembre de 1973. El 29 de junio de 1974 fue ordenado presbítero por el entonces obispo de Celaya, Victorino Álvarez Tena.
Desempeñó el ministerio sacerdotal principalmente en la Arquidiócesis de Morelia, donde estuvo destinado a las poblaciones de Acámbaro, Nuevo Chupícuaro y Morelia. Entre 1993 y 1997 estuvo destinado a la Custodia de Tierra Santa.
Retornó con el cargo de rector del seminario franciscano en Celaya, Guanajuato entre 1997 y 1998 y de 1999 a 2005 fue ecónomo y administrador de la Pontificia Universidad Antonianum en Roma. En 2005 fue vicario episcopal y consultor de la Arquidiócesis de Morelia.
El 12 de marzo de 2009, el papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Huejutla, en el estado de Hidalgo. Fue consagrado en dicho cargo el 5 de junio de del mismo año, por Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia y Christophe Pierre, nuncio apostólico en México.
El 20 de junio de 2015 el papa Francisco lo trasladó de Huejutla a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa. El 2 de abril de 2018, manifestó públicamente que los líderes locales del narcotráfico se habían comprometido con él, a no interferir más en el proceso electoral en curso y no causar la muerte de candidatos.
Su última intervención pública fue la interlocución entre los líderes de los grupos delictivos de Tlacos y los Ardillos, para lograr la tregua que desde finales de febrero 2024 permitió que cesarán los enfrentamientos que habían paralizado al transporte y al sector educativo de la región Centro de la entidad, incluyendo la capital guerrerense Chilpancingo.
En una entrevista con el diario Milenio, Rangel Mendoza confirmó que la paz la había pactado Celso Ortega Jiménez, líder de Los Ardillos, y con un enviado de Onésimo Marquina Chapa, alias “El Necho”.
AMLO AVALA QUE OBISPOS DE IGLESIA CATÓLICA SE REÚNAN CON CAPOS DEL NARCO, PARA BUSCAR LA PAZ
El presidente Andrés Manuel López Obrador avaló, el 15 de febrero de 2024, que José de Jesús González Hernández, Joel Ocampo Gorostieta, Dagoberto Sosa Arriaga y Leopoldo González González, obispos y arzobispo de las diócesis de Chilpancingo-Chilapa, de Ciudad Altamirano; de Tlapa; y, de Acapulco, respectivamente, se hayan reunido con líderes de la delincuencia organizada para pactar la paz, aunque no lo lograron.
“Siempre los integrantes de todas las iglesias ayudan en la pacificación del país. Lo veo muy bien, todos tenemos que contribuir, pero desde luego la responsabilidad es del Estado, eso debe de quedar muy claro”, comentó el mandatario nacional, durante su conferencia de prensa matutina, llevada a cabo desde Acapulco, Guerrero.
El titular del Poder Ejecutivo Federal aseguró que respaldaría que las negociaciones entre los líderes religiosos y los capos del narcotráfico continuaran, además de que reveló, que tenía información que también en Michoacán, la Iglesia católica había buscado la pacificación.
“Sí [respaldo que continúen las negociaciones], todos los que puedan ayudar. Lo hace la Iglesia, me consta en Michoacán y lo hacen en otras partes […] Sí, nosotros lo vemos bien, lo vemos muy bien. Nada más que nada de acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios, licencias para robar”, dijo el presidente.
“Pero el que quiere abandonar ese infierno, porque también eso se tiene que tener muy claro, la jaula aunque sea de oro no deja de ser prisión […] vale la libertad, la tranquilidad, la paz”, expresó el político tabasqueño.
Por otra parte, López Obrador presumió el gran número de elementos del Ejército desplegados en Guerrero y destacó que la Guardia Nacional estaría permanentemente en Acapulco, para salvaguardar la seguridad de la población.
“Nunca antes en Guerrero como ahora habían estado protegiendo al pueblo con elementos del Gobierno federal, deben ser como 20 mil elementos, entre marinos, Ejército y Guardia Nacional. En el caso de la Guardia Nacional se tomó la decisión de concentrar 10 mil elementos sólo en Acapulco y la construcción de 21 cuarteles en Acapulco y Coyuca”, indicó el presidente.
“En total 29 mil elementos, esto antes no existía, por eso había el pretexto de que se formarán las autodefensas, pero ahora se tiene la protección del Estado y quienes están trabajando para la pacificación están haciendo una buena labor”, añadió el mandatario nacional.
OBISPOS DE GUERRERO SE REUNIERON CON LÍDERES CRIMINALES, PARA BUSCAR LA PAZ, PERO NO LO LOGRARON
José de Jesús González Hernández, Joel Ocampo Gorostieta, Dagoberto Sosa Arriaga y Leopoldo González González, obispos y arzobispo de las diócesis de Chilpancingo-Chilapa, de Ciudad Altamirano; de Tlapa; y, de Acapulco, respectivamente, se reunieron con líderes de la delincuencia organizada para pactar la paz, pero no hubo acuerdos, por la división del territorio de dichos grupos.
Así lo reveló el obispo de Chilpancingo-Chilapa, de la Iglesia católica, durante una conferencia de prensa, el 14 de febrero de 2024, luego de la celebración litúrgica del Miércoles de Ceniza, llevada a cabo en la Catedral de la Asunción de María, ubicada en la capital guerrerense.
El obispo informó que él y sus tres homólogos buscaron un diálogo con los criminales, antes de que se desatara la crisis por la violencia contra transportistas en Acapulco, Zihuatanejo, Taxco, Chilpancingo e Iguala.
“Los obispos de Guerrero empezamos a buscar diálogos con jefes que pueden darnos la paz, pero todavía les di misa, se mueven intereses en el corazón y en la cabecita de cada uno, y no se logró, pero no nos detendremos en seguir buscando los espacios de diálogos”, sentenció.
González Hernández detalló que los líderes de los grupos criminales en Guerrero “pedían una tregua con sus condiciones, pero esas condiciones no fueron de agrado a algunos de los participantes”.
Según el obispo de Chilpancingo-Chilapa, dichas condiciones fueron relacionadas a los territorios. “Entonces no lo sueltan, les ha costado vidas, les ha costado trabajos, les ha costado dizque ganárselos”, indicó.
González Hernández dijo que se tendrían que buscar “otras maneras” de ofrecer la mediación a los delincuentes. “Nosotros creemos que el Gobierno tiene la solución […] ellos [las autoridades] tienen poder, tienen los recursos, tienen los medios, ellos pudieran mediar, pero parece que los han abandonado, o nos han abandonado”.
A pregunta expresa de con cuántos grupos se reunieron, el líder religioso explicó que cada obispo católico se reunió por separado con distintos líderes criminales. Detalló que, en su caso, tuvo encuentros con capos que operaban en la región Tierra Caliente y la Sierra guerrerense.
Según González Hernández, dichos encuentros se llevaron a cabo tras la reunión con el papa Francisco, en el Vaticano, en junio del 2023. Asimismo, enfatizó que los cuatro líderes religiosos de Guerrero “estamos muy motivados, de poder nosotros alzar la voz”, e incluso afirmó que el papa Francisco les sugirió invitar a otros obispos, de Morelia, Puebla, Oaxaca y a toda la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM).
El obispo de Chilpancingo-Chilapa aseguró que los líderes religiosos de Guerrero decidieron intervenir, debido a que la ola de violencia que afectaba a dicha entidad y al país entero. “Ya nos caló también a nosotros, ya nos llegó también a nosotros, y no podemos quedarnos cruzados de brazos”, aseveró.
“A nosotros nos han matado a ministros de la comunión, acólitos, presidentes de la comunión, mayordomos, catequistas, ahorita no nos han matado sacerdotes, pero sí ya los hubo anteriormente y eso nos da tristeza”, comentó el líder religioso.
“Nosotros vamos al corazón, no a las cosas materiales, pero ellos [los líderes de las organizaciones criminales] están metidos en las cosas materiales y nosotros tenemos que seguir con estrategias para llegar al corazón”, expresó González Hernández.
“Nosotros hacemos un llamado a que las cosas se hagan con sana intención, porque si lo hacemos con otras intenciones caemos en hipocresía, ¿verdad?. Es decir, se busca la paz y no se ve. Nos dicen que hay un cambio y no lo hay. Y prometen mejores condiciones y no las tenemos; ¿entonces qué es lo que hay? Hay mentira, hay falsedad”, agregó el obispo, al cuestionar al Gobierno estatal, encabezado por Evelyn Cecia Salgado Pineda.
“Son preocupantes las situaciones de violencia e inseguridad que como sociedad enfrentamos diariamente en Chilpancingo, esta crisis es lacerante pero también inaceptable […] nos unimos al llamado para que se lleven a cabo las acciones necesarias por parte de las autoridades competentes para restablecer la paz y se ponga un freno a la crisis de violencia en Chilpancingo”, indicaron sacerdotes del Decanato de dicho municipio.
“Hacemos un llamado respetuoso y firme a nuestras autoridades de los tres órdenes de gobierno para que no se difundan mensajes en los que se normalice la violencia, ya que Chilpancingo está ante una emergencia que demanda de toda la sociedad acciones concretas, inmediatas y vinculadas en favor de la paz”, abundaron los clérigos de la capital guerrerense, en un comunicado.