De acuerdo a videos captados por cámaras de vigilancia distribuidas en los municipios bajacalifornianos, entre 15 y 20 segundos son suficientes para que ladrones abran un auto y se lo lleven.
Después, los envían a otros estados para venderlos, los venden al kilo en yonkes, los desmantelan para comerciar en partes o los usan para cometer crímenes.
Las mismas imágenes han mostrado el miedo y nerviosismo de los ciudadanos cuando les apuntan con un arma a la cara mientras les exigen las llaves del carro. También han permitido ver cómo los golpean y avientan contra el piso cuando se resisten al atraco. En algunos casos, los menos, han terminado con desenlaces fatales.
El pasado mes de enero, en Mexicali, en un cateo por robo de vehículos efectuado en la colonia González Ortega, un ladrón armado tomó a una mujer como rehén durante una hora antes de ser capturado; mientras que en Ensenada, la empresa Logística Estratégica 101, en la delegación El Sauzal, fue sorprendida en posesión de al menos 50 vehículos de lujo modelo 2024 que tienen reporte por fraude en Estados Unidos, listos para enviarlos a otros países.
En el caso de los servidores del transporte público, los asaltos son prácticamente a diario, hay bandas dedicadas exclusivamente a robar con violencia a conductores de las plataformas Uber y Didi. Incluso el año pasado en Tijuana, integrantes de una célula criminal dedicada al homicidio y trasiego de droga decidieron diversificar su actividad delictiva con el secuestro de conductores, a los que liberaban dos horas después, cuando el auto sustraído con violencia ya estaba en Mexicali.
De acuerdo a la Base de Datos de Vehículos Robados y Recuperados (VRyR) del Gobierno Federal (http://www.informeseguridad.cns.gob.mx/files/VROBADOS_31032024.pdf), por entidad federativa entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de marzo de 2024, en el último año, Baja California desplazó del segundo lugar nacional en denuncias por robo de automóviles al Estado de Jalisco. Además, es líder de este delito en el Noroeste del país (ZETA edición 2611).
Actualmente el robo de vehículos representa el 10 por ciento de todos los delitos denunciados en BC, y el 35% del total de robos. Localmente, también ocupa un nada honroso segundo lugar, ya que en 2023, las poco más de 11 mil denuncias por este crimen sólo quedaron por debajo de las 14 mil carpetas iniciadas por violencia familiar.
Gobernadores y alcaldes de todos los partidos han prometido combatir este crimen y, a pesar de las decenas de conferencias anunciando el desmantelamiento de bandas y cientos de autos recuperados, todos han fracasado. Así, la entidad se ha mantenido en el top 3 nacional por este delito por lo menos desde hace 15 años.
En el último año del ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán se robaban mil 400 carros al mes; al final del mandato de Francisco Vega de Lamadrid eran mil 166 autos sustraídos mensualmente; y 956 vehículos hurtados cada 30 días con Jaime Bonilla Valdez.
El gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda promedia en 2024, mil 051 carros robados por mes; 2023 cerró con 11 mil 563 coches desaparecidos, un promedio de 963 denuncias mensuales; y en su primer año de administración, con 12 mil 353 carpetas iniciadas, se perdieron mil 029 autos al mes.
Las historias de vehículos robados se multiplican en todas y cada una de las familias bajacalifornianas, impactando fuertemente la economía de los hogares con menos recursos porque los automóviles no están asegurados contra robos ni tienen manera de recuperar la pérdida patrimonial. De acuerdo al análisis presentado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) el año pasado, esto sucedió en el 55% de los casos.
Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), entre el 25 y 28% de las familias mexicanas reportaron haber sido víctimas de distintos tipos de robo de auto en 2023. En ese contexto, los bajacalifornianos no han sido informados ni por la gobernadora Ávila, ni por su fiscal general María Elena Andrade -autónoma sólo en papel- de la existencia de algún programa contra robo de auto.
Los miles de millones de pesos gastados en la instalación de arcos lectores de placas y los reducidos operativos de búsqueda realizados en yonkes y recicladoras, sumados a los pocos retenes carreteros de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana, han mostrado ser insuficientes. La evidencia es que ha faltado labor de inteligencia.
Rumbo a su tercer año de administración y de frente al fracaso, Ávila Olmeda está obligada a la eficacia, a presentar y ejecutar una estrategia integral de combate al robo de vehículo, incluso podría abrirse a la participación de propuestas ciudadanas. También es urgente que se siente a trabajar con los alcaldes para que hagan lo propio en materia de prevención.
No se puede permitir ser omisa, el robo de autos es uno los principales problemas de inseguridad en la entidad que gobierna, golpea la economía de las familias, que además experimentan el estrés y el trauma de ser invadidos en su propiedad, en el peor de los casos, a punta de pistola, como les sucedió a 2 mil 718 personas en BC en el primer bienio de Marina…y qué decir de quienes perdieron la vida a causa de este flagelo.
Contener el delito no basta, su responsabilidad como mandataria es combatirlo sesudamente, no con el corazón. Reducir la incidencia, dar verdaderos resultados que se demuestren en el día a día de una entidad federativa donde ni los autos están seguros.