Los estudiantes de Ingeniería, involucrados en el sector aeroespacial, son los más beneficiados por el fenómeno del eclipse solar registrado el pasado 8 de abril. La comunidad científica se concentró en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, para estudiar la masa coronal, la ionósfera, el comportamiento de la flora y fauna; así como el impacto de la contaminación entre las capas de la atmósfera.
Los universitarios se concentraron para apreciar el fenómeno astronómico en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y parte del ejercicio fue la observación y la medición de los cuerpos, considerando que desde Tijuana el eclipse fue parcial.
“A través de la observación y de identificar los cuerpos celestes y de cómo se van comportando con el avance del año; y son capaces de tomar mediciones de distancias de los cuerpos, por ejemplo, viendo los cuerpos celestes y tomando diferentes puntos al mismo tiempo, se pudo comprobar la curvatura de la tierra”, explicó José Jaime Esqueda Elizondo, profesor de la UABC en Tijuana.
Un equipo de la NASA, incluyendo a los científicos Kristina Gibbs y Gregory Schmidt, miembros del Instituto Virtual para la Investigación del Sistema Solar (SSERVI), estuvieron presentes en Mazatlán durante el eclipse. Este equipo trabajó junto a la Sociedad Astronómica Mazatleca (SAMAZ) para organizar los eventos públicos de divulgación científica y observación del Eclipse Total de Sol.
Los estudios observaron las reacciones de animales, de la Ionosfera, una capa de la atmósfera terrestre que es crucial para las comunicaciones de radio para mejorar la comprensión de las comunicaciones a larga distancia y la meteorología espacial. Observaron fenómenos como las eyecciones de masa coronal (EMC), explosiones de plasma y campo magnético desde la corona solar, que tienen el potencial de afectar las redes eléctricas y las comunicaciones en la Tierra.
Aunque los resultados serán divulgados en los próximos meses, en lo inmediato fueron los universitarios los que construyeron instrumentos domésticos para disfrutar y medir el fenómeno. Fue Joshua Velázquez el universitario que logró reparar y adaptar un telescopio doméstico para grabar el eclipse visto desde Tijuana, pues le entusiasma lo relacionado con lo aeroespacial.
“Soldé el brazo y estaba dañado, así me lo regalaron, pero yo quería ver el eclipse y le pedí ayuda a la maestra para lograrlo y ver de cerca el paso de la luna”, comentó Joshua.
“Este tipo de instrumentos caseros se han podido hacer por la evolución de la ciencia y se ha visto que la óptica es fundamental para diseñar este tipo de instrumentos. Por ejemplo, este caso es una caja estenopeica que genera una proyección de lo que se ve”, comentó el profesor Esqueda Elizondo.