Cientos de personas se dieron cita en el museo El Trompo, en Tjuana, para disfrutar del eclipse solar ocurrido la mañana de este lunes 8 de abril.
Arturo Ibarra, miembro de la Sociedad Astronómica de Baja California, dijo a ZETA que este fenómeno es parcial en el Estado, pero total en Sinaloa, Durango y Coahuila.
Añadió que el próximo eclipse será el 23 de marzo de 2052, y será visible en Jalisco, Nayarit, Durango y Coahuila, nuevamente de forma total, mientras que en Baja California será del 54 por ciento de visibilidad.
Arturo González, acudió con sus hijos de 9 y 11 años de edad, a ver el eclipse, preparados con un telescopio, una sombrilla, lentes certificados y bloqueador solar.
“Yo tenía 10 años cuando fue el eclipse del 91, y ahora los traigo a ellos para que puedan ver este, porque el que viene faltan muchos años”, dijo.
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Mencionó que su hijo menor, Daniel, es el que está completamente interesado en el universo, por lo que decidió obsequiarle un telescopio, y más recientemente, uno más profesional, “a él sí le interesa todo lo que tiene que ver con el Universo, me dice que quiere dedicarse a la Astronomía y por eso le regalé un telescopio más profesional”.
La fiesta astronómica en El Trompo comenzó desde temprana hora, personas de todas las edades buscaron su lugar en la explanada, mientras que otros se fueron a los jardines, como si fuera día de campo.
Los lentes especiales que vendieron en el lugar, se agotaron desde el viernes, pero había unos cuantos de reserva que se comercializaron de inmediato.
Para los que no alcanzaron, podían recurrir a los empleados de El Trompo, que tenían lentes para prestar, o bien, hacer fila en las carpas de la Sociedad Astronómica de Baja California o la empresa Meade, las cuales llevaban su propio equipo de telescopios, protección y cámaras.
Adentro en el recinto se instaló una pantalla de proyección, donde se transmitió en vivo desde Torreón, Coahuila, por parte del Comité Eclipses México.
A las 11:10 horas, cuando el fenómeno llegó a su punto máximo en Tijuana -60 por ciento-, se escuchó un grito de asombro al unísono de todos los asistentes, seguido de chiflidos y aplausos.
Rosario Camacho, directora del museo, reconoció que es un gusto ver a tanta gente interesada en la ciencia y que busquen conocer más, razón por la que se seguirán abriendo las puertas a este tipo de eventos.
